Uno de los enigmas que encuentro en
la arqueología y protohistoria de nuestro país está relacionado con las Damas
Iberas, esas preciosas estatuas realizadas por los Iberos, como los visitantes
del Mediterráneo Central y Oriental denominaron a los habitantes de las zonas
costeras peninsulares. De acuerdo con nuestros académicos, tales bustos (y en
ocasiones, estatuas) son debidos a la influencia que culturas como la griega,
etrusca, fenicia o cartaginesa pudieron tener en el mundo Ibero. Hasta ahí la
teoría. Sin embargo, encuentro una terrible paradoja en todo ello, en la que
nadie ha parecido reparar. Pero vayamos, como Jack el Destripador, por partes.
Transcurría 1897 cuando, de manera
totalmente fortuita, se encontraba la bellísima Dama de Elche, un busto de una
gran señora, barrocamente adornada. En la parte posterior de la pieza
presenta una cavidad rectangular posiblemente para fijarla a alguna pared (de
un santuario o tumba) o tal vez para introducir una pequeña urna con las
cenizas de una persona eminente para la sociedad de aquel yacimiento.
No transcurrirían muchos años para
que pudiéramos contemplar todo un abanico de “damas iberas” que comenzaron a
ser encontradas de manera casual o no y que nos hicieron cuestionar si
respondían a alguna creencia o rito religioso concreto.
Distintas Damas Iberas:
A. Dama de Guardamar (Alicante), B. Dama de Elche (Alicante), C. Damas del
santuario del Cerro de los Santos (Albacete), D. Dama de Baza (Granada), E.
Dama del Caudete (Albacete), F. Dama de Galera (Granada).
De hecho, incluso se llegó a
plantear el aspecto que habría tenido la Dama de Elche, de corresponder a una estatua de
cuerpo entero, reconstruyéndose según el patrón de la elaborada Dama oferente
del Cerro de los Santos, de Albacete.
A. Reconstrucción de cómo luciría la Dama de Elche de cuerpo entero (notar que porta una cerámica campaniforme del II-I milenio a.C.), B. La Gran Dama Oferente de Albacete, C. Reconstrucción de la Dama de Elche con los restos de pigmentos que se encontraron en ella, D. Aspecto de falleras actuales (Valencia) y que recuerdan al tocado de la Dama de Elche, E. Ejemplar del periódico que dio cuenta del fallecimiento del descubridor de la estatua.
Y es que la Dama de Elche está tan
finamente elaborada (hay quien la han comparado con la sonrisa enigmática de la Mona Lisa de Da Vinci),
que se vio inmersa en una gran polémica sobre su elaboración, pues fueron
muchos los que la tildaban de elaboración actual. Con todo el revuelo armado,
trascendieron fotografías de la estatua a diversos lugares y en los lentos
trámites de adquisición de la estatua por parte del Museo Arqueológico Nacional,
se interpusieron funcionarios del Louvre (París, Francia) que rápidamente
hicieron entrega de la suma pedida, llevándosela a Francia, hasta que
finalmente el Gobierno Español logró recuperarla desembolsando una gran suma.
Hoy es una de las piezas clave del Museo Arqueológico Nacional (Madrid,
España), junto con la Gran
Dama Oferente y otras piezas ibéricas maravillosas.
Pero, ¿qué representa?, ¿a una gran
dama de la sociedad de La
Alcudia? ¿a una suma sacerdotisa? ¿o tal vez a una diosa
matrona?.
Recuerdan Antonio Blanco de Freijeiro y Jesús
Valiente Malla en “Historia De España 1. La España Antigua: De
Altamira a Sagunto” <En rigor la
cerámica de Elche-Archena es casi la
única manifestación del arte ibérico levantino en donde podemos contemplar
directamente a los dioses> hoy, 36 años de investigaciones más tarde,
lamentamente podemos decir que es la única cerámica que nos muestra a las
deidades iberas. Y por cierto, que bellamente, añadiría yo, pues las cerámicas
levantinas de la zona de Liria tienen un diseño hipnotizante.
Detalle de un par de
dibujos de cerámicas iberas de Liria (Valencia) donde se observan jinetes junto
a frases en lenguaje Ibero y un desfile con guerreros desfilando o combatiendo
al son de la música (que toca un personaje vestido de manera muy similar a una
de las estatuas oferentes del Cerro de los Santos, Albacete).
Regresando a Antonio Blanco de Freijeiro y Jesús
Valiente Malla, informan más adelante < (…) la impresión que recibimos es que la deidad predominante es de género
femenino. Nada de dioses blandiendo rayos, ni hachas, ni tridentes. Diosas son,
indudablemente, las que vemos, reposadas, en compañía de animales (…) y con flores o palmas en las manos. Todo
ello parece propio de una divinidad protectora de la fecundidad y de la vida
natural.> Es cierto que esta descripción se ajusta bien a los dibujos
iberos. Pero no es menos cierto que nuestras “vírgenes-trono” negras, románicas
y góticas que recibían culto en iglesias protegidas por el grueso manto
templario, en zonas cercanas a santuarios ancestrales, se ajustan a rajatabla a
tal descripción. Es algo que nunca me cansaré de señalar.
De izquierda a derecha:
bronce del Carriazo (Camas, Sevilla), la Dama sedente de Galera (Granada, notar cómo
recoge en el recipiente, la leche materna) y la virgen de Valvanera (en la sierra
riojana plagada de antiguos eremitorios primero godos y posteriormente
mozárabes).
Siempre que oímos hablar de los pueblos Iberos, aparecen en nuestra mente las
imágenes de la Dama
de Elche o la Dama
de Baza. Sin embargo, si acudimos a los escritores de la antigüedad, los
cronistas griegos y romanos que visitaron nuestras costas recogieron cómo en la
zona de Albacete y parte de Levante se encontraba un pueblo concreto, el de los
Contestanos.
Pues bien, la paradoja la encuentro
en que según nuestros académicos, todas estas estatuas son debidas a una
notable influencia de fenicios, cartagineses y griegos, llegados del ámbito del
Egeo y Próximo Oriente. Sin embargo, las evidencias parecen discrepar con esta
idea tan fuertemente arraigada en nuestras universidades de historia pues de
ser así, ¿por qué no ha aparecido una sola Dama en la región tartesia, tan
intensamente colonizada por estos comerciantes mediterráneos?. Es más, la
mítica Gadir, fundada por los fenicios pocos años después de caer Troya (según
los cronistas, aunque la arqueología no lo ha confirmado, por el momento) no ha
proporcionado una sola de estas estatuas. ¿No es una gran paradoja?. Más aún
cuando, de acuerdo con Avieno (461 s., Ora Marítima) escribe sobre posiblemente
el cabo de la Nao
(Jávea, Valencia): “aquí estuvo antaño el
límite de los tartesios”. ¿Cómo es posible que los tartesios ocuparan toda
Andalucía, Murcia y parte del levante español y únicamente se diera el fenómeno
de las damas iberas en la zona ocupada por los Contestanos?. No, hay algo que
se nos escapa.
Comenzando por la propia datación y es que para que todo este
conjunto estatuario pueda atribuirse a una influencia extranjera, hay que
catalogarlo como posterior al siglo V a C., que es el Periodo conocido como
Orientalizante y en el que nuestros académicos no dudan en meter prácticamente
casi todas las joyas del mundo protohistórico peninsular. Ya se sabe que los
peninsulares debían ser algo justitos para que la Península Ibérica
se poblara ya en el millón y medio de años antes de nuestra era, pero
tuviéramos que ir en plan hombre de las cavernas casi hasta el cambio de era
cuando, a Dios gracias, se apiadaron los buenos de los fenicios. Ellos tuvieron que hacer mil preparativos para que
desde el actual Líbano llegaran a enseñarnos todo, desde los adornos hasta el
alfabeto, estatuaria, deidades, ritos y el carro, claro está. Y cómo no, la
navegación, pues aunque la Península Ibérica sea casi una isla y ya en el
Antiguo Testamento se ensalzaran las “naves de Tarsis”, es de común consenso
considerar que aludían a las embarcaciones usadas por los fenicios instalados
en Tartessos, que además poseían los célebres Hippoi, célebres embarcaciones que portaban en sus proas la cabeza de un caballo (animal que curiosamente pasaba por encontrarse los más veloces, en la Península Ibérica). Creo que si los académicos con tales mentalidades insistieran
algo más en sus estudios, hasta las chirigotas acabarían siendo fenicias.
Que no se me malinterprete, no tengo nada contra
el pueblo Fenicio siempre y cuando se le
dé “al César lo que es del César”.
Si para celebrar lo grande que era ese pueblo debo dar la espalda a las
evidencias arqueológicas y a la mitad de nuestros museos, considerar que los
cronistas de la antigüedad erraban al hablar de los pueblos peninsulares
(entiéndase las alusiones a la escritura turdetana, por Estrabón, entre otros escritos) y creer que
un hallazgo arqueológico peninsular por ser anterior al de piezas similares
encontradas en niveles estratigráficos posteriores en otras partes
mediterráneas es porque las nuestras están mal datadas (considérense por
ejemplo el caso de los carros de las “estelas de guerrero” sublusianas,
andaluzas y extremeñas, o el tesoro de Villena del 1200-1100 a.C., atribuido a influencias orientales que llegarían en el s. VIII a.C.), ese proceder no lo comparto.
Quisiera aprovechar la entrada para agradecer a Alfonso, del Museo Arqueológico Municipal de Alcoi (Alicante) toda su grata explicación de los fondos del museo, de anécdotas sobre ciertos hallazgos y el atractivo debate que surgió con respecto al Campaniforme y cerámica a la Almagra en la Comunidad Valenciana.
Apasionante articulo, Valeria. Plantea la gran pregunta que entiendo es muy logica. Como se da por sentada la orientalizacion peninsular (a pesar de las muchas contradicciones) si como parece probado los primeros vestigios de la especie humana se dan en Africa y geologicamente se daban las condiciones para que los flujos migratorios cruzaran a la Peninsula Iberica?. No es más fácil considerar que se dieron grandes y remotas culturas autoctonas en el Sur peninsular, como insinua en su articulo?.
ResponderEliminarHe releido las entradas antiguas sobre mitologia clásica y cultura tartesica. Hace una lectura valiente de los datos y contradicciones en las posiciones de la arqueologia oficial. Parece que no se tiene demasiado en cuenta que "errar es de sabios" o que la revision y actualizacion de teorias es una de las bases del metodo cientifico.
La animo a seguir en este camino. A muchos nos resulta muy estimulante
Buenas tardes, me temo que ha puesto usted el dedo en la herida con su cuestión pues aunque todo indica que efectivamente la Península se pobló antes que otras áreas más alejadas de África como cuna de los homínidos, la lógica así lo respalda y los hechos lo sugieren (proximidad de las costas norteafricana-andaluza, conocimientos de la navegación, etc) lo cierto es que las evidencias por el momento son reacias a despejar esta duda. No he sentido mayor impotencia que en una campaña de excavaciones en las que participé, en el yacimiento de Torralba y Ambrona (cerca de Medinaceli, Soria). Encontramos restos faunísticos fabulosos, hachas líticas que evidenciaban la presencia de homínidos hace más de un millón y medio de años en los entonces pantanos que allí había...y sin embargo no hallamos ni un hueso humano, que hubiera producido toda una conmoción en la Paleontología humana. Hasta entonces, se sabe que los homínidos estuvieron en estas tierras en épocas muy remotas (anteriores a muchísimas otras zonas europeas, evidenciando que el poblamiento del continente muy seguramente fue a la contra de como se piensa), pero hasta no tener un hueso homínido que lo avale...la intuición no basta. Seguramente me argumentará que ya lo hay, en Orce (cuenca de Baza) pero hasta el momento es un hallazgo aislado (¿pudo ser un homínido que se arriesgó a cruzar el Estrecho, muriendo y fosilizando aquí?, nada respalda que se creara un grupo social y progresara). Esa es la impotencia que a veces ocurre en la Ciencia, que avanza muy lentamente, pero segura y firme. Hasta entonces, andaremos pendientes de cada nuevo hallazgo o de reinterpretaciones de los existentes. Muchas gracias por sus palabras. Un saludo.
EliminarHoy vi dos damas pequeñas parecidas a la de baza en un mercadillo de antiguedades pequeñas. Aqui en Extremadura donde tambien se ha encontrado un templo gigantesco Tartesso.
ResponderEliminarGracias, Manuela, por compartirlo. Esperemos que fueran réplicas o figurillas inspiradas en las íberas, aunque por desgracia el expolio de nuestro Patrimonio es una práctica habitual y frecuente en nuestro país, destrozándose irreparablemente yacimientos para saquear piezas que ni se saben que existían y que podrían cambiar los libros de historia. Lamentable y triste. En otra ocasión no estaría de más que informara de su encuentro y de sus dudas a algún policía que encuentre cerca, porque tal vez sean actuales (y no pasaría nada) pero si son auténticas podrían recuperarse e incluso terminar con alguna red de saqueadores. Un saludo.
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