Ya en una entrada anterior sobre Gladiator comentábamos varios
errores encontrados en esta película, pero debido a que aún pueden mencionarse
otros, ampliaremos la lista en esta entrada.
Comencemos por el principio.
Estamos en la batalla de Germania y si nos fijamos en cierto momento, hay un
entusiasta extra que hace de germano que está, él sólo, rodeado de legionarios
romanos que van en dirección contraria. ¿Sería este hombre un pariente lejano
de Obélix, en su afán por ser siempre el primero en repartir leñazos a los
latinos?
Vayamos ahora a otra de las famosas escenas de la película, en el Coliseo.
¿Pensaba el espectador que en la escena de los carros, los caballos eran
dirigidos por los actores que aparecían llevando las riendas? Pues mal pensado,
ya que si nos fijamos bien (ver imagen) puede distinguirse a un hombre vestido
con un polo y vaqueros, agachado delante del actor que parece conducir el carro
y que es el verdadero dirigente de los animales. ¿Y cómo sé que iba agachado? Pues porque
en otra toma se observan las suelas de unas botas tipo trekking asomando entre
las piernas de otro actor.
Da calor sólo con ver esas
botas asomando. Y algo así debieron pensar los extras de las gradas pues en
otra imagen uno de ellos saca una botella de plástico de litro y medio para
tratar de calmar la sed.
Por otro
lado, ¿recuerda el lector cuando hablábamos de los botines a lo Robin Hood tan
“cucos”, usados por Gladiator y nada propios de la época romana? Pues bien,
fijémonos en los que calza el gladiador al que se enfrenta, con careta de plata
de Hércules (Tigris de Grecia, era su personaje) que son más atípicos aún.
Mírenlos bien. Sí, sí, no se equivocan. ¡¡Lleva unos preciosos zapatos
deportivos!!, suponemos que marca Nike, por aquello de que así se llamaba la
diosa griega patrona de Atenas...
Eso por no hablar del precioso traje de noche tan atípico en la moda femenina griega, que lleva una mujer perseguida por un hombre que la sigue en un carro, en la coraza-peto del emperador Cómodo.
Y en fin,
que a pesar de darse bastantes fallos de este tipo (como que las armas cambien
de manos de una toma a otra), comprensibles por lo caro que resultaría la
repetición de tomas para arreglar estos detalles, sigo considerando que tanto
la ambientación como los personajes de esta película son de lo mejor que he
visto en mucho tiempo en “una de romanos”.
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