lunes, 27 de mayo de 2024

2024, un año de sorpresas astronómicas

Cada año que pasa tengo más la sensación de vivir en un mundo progresivamente más materialista que nunca, con centros comerciales con marcas internacionales (las mismas de todas las ciudades) por todas partes, que lanzan sus campañas publicitarias cada vez más agresivas (por ejemplo, en agosto a “la vuelta del cole” le sucede la campaña de Halloween y tras ésta ya la de Navidades, aunque falte aún mes y medio largo para el 24 de diciembre) y que a su vez parece volver al personal cada vez más necesitado de participar en todas las fiestas (se están alcanzando récord de ocupaciones hoteleras y de casas rurales con cifras no vistas en los 4 años anteriores), el turismo descontrolado masifica todas las ciudades conllevando la incomodidad a sus vecinos que ven asombrados colas de tráfico, de la compra, encarecimiento del alquiler de pisos, encarecimiento de los productos de consumo, falta de plazas de aparcamiento, etc.

 Es como si acabásemos de descubrir el planeta y quisiéramos aprovecharlo al máximo, de la manera más egoísta sacando todo lo que pueda dar de sí y allá el que venga detrás (no es la primera vez que me ha pasado este año de ir a comprar un producto y la persona que está allí me mira, incluso saluda y se lleva todas las existencias, 3 o 4 paquetes) o de ver a la gente tirando ya no papeles o envoltorios de plástico al suelo sin ninguna consideración aunque pudieran llevarlos consigo y depositarlos en una papelera o contenedor de basura, sino arrojar litronas, paquetes de galletas vacíos o incluso abandonar bolsas enteras con basura. ¿Es que no saben que eso va a quedarse allí de por vida?, ¿qué les justifica actuar de esa manera tan reprochable y destructiva?

 Hay más droga, alcohol, prostitución, agresividad y abusos sexuales que nunca, nuestra “raza” se está degradando a pasos agigantados (baste ver un noticiario)… y por el contrario nuestro planeta parece atravesar un año astronómico digno de tener muy en cuenta, como si nos dijera: “eh, vosotros, dejad de comportaros de manera tan mezquina y mirad a vuestro alrededor, deleitaros con los espectáculos que os muestra la naturaleza, que no son pocos y que algunos siglos atrás supisteis admirar”.

 Porque aunque la vorágine competitiva, materialista y absurda que nos invade prosigue, paralelamente va sucediendo una serie de cosas que son casi únicas a escala temporal del ser humano, para que vuelvan a repetirse todas a la vez en un mismo año. Seamos conscientes de ellas y disfrutémoslas.

 El 8 de abril de 2024 sucedía un eclipse total que apenas supuso una breve referencia en los noticiarios o medios informativos, pero que dejó imágenes fascinantes.

             Un eclipse total ocurre gracias a una serie de proporciones ocurridas que son en ellas mismas maravillosas y es que el tamaño del Sol y de nuestro satélite, la Luna, es tal que –sumado a la distancia concreta que hay entre nosotros y el astro rey, y entre la Luna, nosotros y el astro rey- en determinados momentos de la trayectoria que nuestro planeta realiza alrededor del Sol (con la Luna girando alrededor de la Tierra), se produce un momento concreto en el que la Luna se coloca delante del Sol y en dirección a él. Es entonces cuando entra en juego la distancia existente entre los tres elementos citados, Tierra, Luna y Sol; de manera que la Luna llega a presentar el mismo tamaño, en perspectiva, que el Sol y de ahí que lo tape por completo.

            Es como cuando estamos en un cine, concierto o clase y se levanta la persona sentada delante de nosotros, que por estar más cerca de nosotros nos impide ver objetos detrás de ella tal vez más grandes pero que con la distancia resultan más pequeños en tamaño.

         Y hay una muy buena noticia que compartir al respecto y es que en 2026 podrá verse desde España un nuevo eclipse de sol completo. Por si ello no bastase, también podrá verse otro el año siguiente, 2027, y de nuevo otro más en 2028, este último ya parcial. Por ello, son ya varios los hoteles que comienzan a colgar los carteles de “completo” para esas fechas tan señaladas y dignas de tener en cuenta, por gentes de todo el mundo que desean contemplar tan extraordinario evento. A continuación se muestran las zonas donde podrá disfrutarse de tal soberbio espectáculo celeste.


             Por otro lado, cada cierto tiempo se observan en algunas partes del planeta extraños bólidos o luces en los cielos que confunden a la población y que no saben si considerar que se trata de un arma (misil) enviada por algún país, es un meteorito o incluso algo extraterrestre.

         Hay personas que se cuestionan si estamos ante un ataque extraterrestre ocultado por los gobiernos debido a que este tipo de fenómenos lumínicos en nuestros cielos parecen ir en aumento. La triste noticia es que esto es cierto pero la razón responde de nuevo a la costumbre destructiva del ser humano de contaminar todo a su paso, e igual sucede con el universo más cercano a nosotros, que lo hemos convertido en un auténtico vertedero espacial, lleno de fragmentos de cohetes, sondas, satélites y demás. De hecho, hay tanta basura espacial orbitándonos que comienza a suponer un costo millonario a las diversas agencias que cuentan con satélites “allá arriba”, a consecuencia de los impactos que causan estos trozos de desperdicios con sus aparatos, al colisionar.


             Sin embargo, al margen de estas basuras arrojadas al espacio y que cada cierto tiempo son atraídas por la gravedad del planeta, entrando en nuestra atmósfera a gran velocidad y desintegrándose a consecuencia de la fricción con las partículas de nuestra atmósfera y de las altísimas temperaturas que ello supone; es cierto que por la órbita seguida por nuestro planeta alrededor del Sol, se atraviesa de tiempo en tiempo, partes del universo donde se concentran rocas espaciales (meteoros, fragmentos de planetas al impactarles meteoros, restos de cometas, etc) y entonces nuestra gravedad atrae a los más próximos ocurriendo una llamada “lluvia de estrellas” (fugaces). Pues bien, este año es posible observar estos fenómenos (siempre en lugares a resguardo de las luces de ciudades, polígonos industriales y demás), las siguientes fechas concretas:

             Por si todo ello no fuese poco, este mes de mayo ha sido toda una revolución al observarse auroras boreales en distintas localidades españolas. Esto es algo inusual puesto que por lo general suelen verse estos fenómenos cerca de los polos de nuestro planeta, pero no en latitudes tan cercanas al ecuador (o punto medio de la Tierra) como las españolas. Conviene recordar que las auroras boreales suceden cuando el Sol desprende una de sus eyecciones o llamaradas solares, con partículas cargadas eléctricamente y al estar la Tierra en su trayectoria éstas inciden en la ionosfera y magnetosfera (capas exteriores de nuestra atmósfera, cargadas eléctricamente como consecuencia de nuestro campo electromagnético terrestre, haciéndolas visibles al desprender cargas –electrones- en forma de luz, al interactuar con la atmósfera terrestre).

            Igual de extraño que se observen en los cielos españoles es que podrán seguir viéndose en los próximos meses, lo cual nos lleva a pensar en las complicaciones electrónicas que podrán ocurrir si dichas eyecciones solares afectan a los satélites de telecomunicaciones terrestres.

            Pues bien, como estamos en aumento de espectacularidad celeste, la guinda del pastel llegará de la mano de los planetas que conforman nuestra galaxia, el Sistema Solar, y que nos deleitarán con un espectáculo inusual los próximos días. Efectivamente, EL 3 DE JUNIO DE 2024 ocurrirá esta maravilla astronómica que no podemos perdernos. Pero es que es posible que muchos desconozcan que el 20 del pasado mes de abril de este año ya ocurrió una alineación entre nuestros planetas vecinos, que pasó sin apenas mención alguna por los noticiarios. En palabras del periodista Javier Frade que habló con entusiasmo del fenómeno que estaba presto a suceder, en el periódico El Independiente (19/04/2024): «La alineación planetaria del 20 de abril de 2024 será visible en el horizonte oriental justo antes del amanecer. Los planetas se alinearán en una coreografía celestial, comenzando con Saturno, que será el primero en aparecer, seguido de Marte con su característico tono rojizo.

Neptuno, un planeta más esquivo, requerirá prismáticos de alta potencia para ser avistado debido a su baja magnitud. Finalmente, Mercurio y Venus, los planetas más brillantes de la alineación, completarán la formación en el horizonte oriental al amanecer.»

     ¿No es algo fabuloso? Pues atentos todos al próximo 3 de junio para volver a disfrutar con tan majestuoso espectáculo.


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