miércoles, 6 de agosto de 2025

El pueblo de las brujas de la Alpujarra, en España

¿Sabía el lector que en la alpujarra granadina (sur de España) existe una localidad con fama popular de haber albergado brujas?

Se trata de Soportújar, una población que ha sabido dar la vuelta a su mala fama convirtiéndola en un lugar digno que visitar si se encuentra alguien por estos bellos parajes. Parece que la atracción por las brujas y su idea más o menos romántica, inventada en las últimas décadas, no deja de aumentar como ya se vio en una entrada anterior (en Inglaterra, afectando incluso a la famosa escritora inglesa de novelas románticas, Jane Austen, picar aquí)


Como otras localidades de la Alpujarra, tras la expulsión de los moriscos, allá por el siglo XVI, la zona fue repoblada con gentes llegadas de Castilla y especialmente de la región galaica, llena de tradiciones prerromanas fuertemente arraigadas en la población. Fruto de ello es el nombre de muchas de las localidades refundadas: Capileira, Pampaneira, etc.

Incluso se dice que parte de los que emigraron a estos parajes montañosos andaluces, tan lejos de su Galicia natal, lo hacían porque huían de situaciones de hambrunas e incluso de la mala fama adquirida que hacía insostenible la convivencia con sus vecinos. Entre estas personas estarían mujeres con fama de haber hecho pactos con el diablo para causar el mal de determinadas personas, provocar que sus cosechas se echaran a perder o que su ganado enfermara.

Era costumbre culpar a las brujas de las epidemias que asolaban a la población y al ganado, como se aprecia en la película “En tiempo de brujas”. San Roque, protector contra las enfermedades de la piel, es el patrón de Soportújar.

      Algunas de estas personas, tanto hombres como mujeres, parece ser que decidieron continuar con sus tratos con el Maligno pues se cuenta de ciertos casos que obligaron a la Inquisición a personarse en la localidad por las quejas de vecinos que decían ver a determinadas personas echando mal de ojo…o incluso volando sobre escobas.



Hasta aquí lo que se cuenta pues, para ser justos, no existe documento antiguo ni acta inquisitorial en archivo alguno que mencione algún fenómeno relacionado con la brujería –al menos de manera oficial-, en la zona de Soportújar. Por dicha razón, son varias las personas escépticas que consideran que se trata de un gancho turístico como otro cualquiera y que está resultando ser sumamente acertado, a juzgar por el número de curiosos que se acercan a la población, desde entonces.

El pueblo ha sabido sacar provecho a esta fama de embrujado, transformando el temor que generaba y que hacía que muchos evitaran pasar por él o por sus cercanías, cambiando el nombre de las calles o de zonas (por ejemplo, la Era del Aquelarre, en la parte más elevada del pueblo, que en realidad era el lugar destinado para aventar el grano cosechado, separando la semilla de la paja, y que se ha reinventado como zona en la que se reunían las brujas durante las noches de luna llena) a crear un Centro Temático de la Brujería (donde se habla de este pasado, y de paso, del uso de ciertas plantas medicinales que crecen en la Alpujarra, entre otras cosas), senderos temáticos para recorrer por el pueblo y alrededores, incluyendo una gruta natural reinventada como residencia de una anciana y poderosa bruja que nunca existió allí; y ya dentro de la población, se han colocado estatuas que evocan relatos relacionados con brujas, en distintas culturas.


El pueblo ha sabido reinventarse convirtiéndose en un parque temático de brujas, en lugar de sacar provecho a su entorno natural, que no deja de ser impresionante.

        Así podemos ver la casita de chocolate y gominolas de Hanzel y Gretel, en el relato de los Hermanos Grimm; un Pozo de los Deseos para solicitar lo que se ansíe (aunque cuidado, pues según se dice, puede concederse tal cual si interviene una bruja buena o blanca, o bien totalmente a la inversa de lo solicitado, si lo hace una bruja mala u oscura; una gigantesca Araña tejedora de sueños, que según las leyendas, ardía en el fuego si había una bruja presente; o la casa de la bruja rusa de Baba Yaga (y que aparece en la tercera entrega de la saga de películas de cómic de Hellboy; además de entre todos los personajes folklóricos de los que hablo en mi libro Guía de Lugares y Objetos Embrujados y Malditos, 2022), entre otros elementos.


Además, en agosto se engalana el pueblo con decoración propia de Halloween para festejar la llamada Feria del Embrujo, con eventos para todas las edades, puestos callejeros, etcétera. Suele hacerse la segunda semana de agosto, antes de la celebración del patrón de la población, San Roque (hecho que nos habla de un evento de peste, en algún momento de la historia del pueblo).

 


 

 

 

 

 

 

 

 

 

Eso sí, es indispensable tener en cuenta un comentario sumamente repetido por muchos visitantes: aparcar en los aparcamientos habilitados para ello en la entrada y salida del pueblo si no se desea sumar una multa que pagar a nuestros recuerdos de la visita.

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