jueves, 27 de marzo de 2014

El calendario egipcio


          Mucho se ha comentado sobre la precisión del calendario maya y ciertamente lo era, pero parece ser que otras culturas aún más antiguas que las sudamericanas desarrollaron calendarios igual de precisos.
            Por ejemplo, ¿sabía el lector que en el Egipto faraónico el año constaba de 12 meses, cada uno de los cuales tenía 30 días? Adicionalmente se añadían al año cinco días festivos, por lo cual puede decirse que el año egipcio abarcaba (12 x 30) + 5 = 365 días. Pero es que además, cada día egipcio, como el nuestro, comprendía 12 horas diurnas y otras doce nocturnas. Es decir, que hace más de 5.000 años los moradores del país de las pirámides ya se regían por un calendario similar al nuestro.

            Los egipcios distinguían tres estaciones, de cuatro meses cada una, que se correspondían con el ritmo de río Nilo, considerando así el periodo de inundación (de junio a septiembre), el de la siembra (coincidiendo con la retirada de las aguas, de octubre a febrero), y el de la recolección o periodo más seco (de febrero a junio). De esta forma, el primer día del año egipcio ocurría cuando se observaba por primera vez, tras su periodo de ausencia, la estrella Sothis en el cielo (la actual Sirio). Esto ocurre cada 19 de julio.
            Pero, ¿cómo sabían los egipcios en qué momento concreto del año se encontraban? Fácil, tras un conjunto de observaciones. Primero, por el estado del curso del río Nilo (concretamente, de su cantidad de agua relativa). Y, una vez ubicada la estación en la que se encontraban, mediante la observación de las estrellas reflejadas en recipientes de agua que hacían las funciones de espejo del cielo nocturno, podían precisar el mes y el día. La hora la marcaban los relojes solares y la posición de las constelaciones y de la Luna respecto a un punto fijo.
   Este calendario, según los historiadores, surgió allá por el tercer milenio antes de nuestra era, siendo el primer calendario solar del que se tiene noticia. Se han encontrado diferentes jeroglíficos con la mención de meses o de estaciones. En la imagen, por ejemplo, se muestra un detalle de uno de los muros decorados en la tumba de Mereruka, donde aparecen distintos egipcios sentados. Consiste en la representación de la celebración del Nuevo Año (o Año Nuevo, como le decimos en España), llamada Wepet Renpet por los egipcios. Dado que este comienzo de año variaba en el tiempo, diversos investigadores creen que, en determinados momentos en que el año nuevo coincidía con un hecho solar destacado, se realizaban determinadas construcciones que inmortalizaran ese momento (recordemos que el faraón era considerado el hijo del Sol). Si se desea profundizar algo más en este aspecto, recomiendo visitar la siguiente página.

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