A pesar de haberse rodado en 1961, los errores históricos cometidos en esta película no son tan graves como en otras posteriores. Bien es cierto que los ropajes usados por el personaje principal se ajustan más a los recogidos en las miniaturas del s. XII que a las que cabría esperar para la segunda mitad del s. XI, que es cuando transcurren los hechos. No obstante, los godos usaban una indumentaria parecida.
También los edificios usados como decorado (castillos y palacios) son muy posteriores a la época que se retrata,
cosa disculpable si consideramos que en 1961 los medios eran más que limitados y por ello se esforzaron en escoger edificios y mobiliario lo más parecidos a los de la época que se pretende mostrar. Cabe destacar asimismo, a los más de 5.000 extras contratados para la última batalla.
Dicha falta de rigor histórico la justifican especialistas como Fernando Alonso Barahona y Juan Antonio Barrio Barrio en el hecho de basarse, el equipo técnico que realizó la película, en la obra “La España del Cid” de Ramón Menéndez Pidal, publicada en 1929 y no actualizada con los últimos estudios y descubrimientos medievalistas existentes en 1961.
Esta película -favorita para muchas personas entre las que podemos citar al presidente norteamericano JFK- está basada en El Cantar de Mio Cid, un escrito en verso compuesto por tres juglares anónimos que relatan la vida de Rodrigo Díaz de Vivar, al que los árabes denominarían "el Cid" o "mio Cid".
Por eso mismo sorprende que el guionista y el director, lejos de seguir fielmente el texto escrito, se alejaran de él deliberadamente en varios momentos clave de la historia. Todos estos errores pueden abarcarse fundamentalmente si decimos que ignoran todo lo relativo a las hijas del Cid y la afrenta de Corpes. De hecho, en la película las hijas no llegan a alcanzar la pubertad. Sin embargo, en El Cantar de Mio Cid queda claro que, en el momento que Rodrigo muere, sus hijas estaban casadas en segundas nupcias.
También Ben Yusuf, al que se trata de fanático islámico sin saber muy bien porqué, fallece a la vez que el Cid (en 1099), si bien en la realidad lo hizo siete años después de morir el héroe castellano.
Otros siete años son de nuevo otro error cometido al hacer fallecer al infante Sancho a continuación de su padre, el rey Ramiro I. Además de cometer el grave error de representar al Cid de la película como el salvador de España frente a los destructivos árabes, algo que no ocurre en el Cantar, donde el Cid se presenta como un mercenario que igual trabaja para beneficio de cristianos que de musulmanes. Es decir, para el Cid de las leyendas, importan más las conquistas territoriales que las de religión. De hecho, los personajes que mayor daño causan al Cid en los relatos son el rey Alfonso VI al desterrarle, otros cristianos que le acusan injustamente de quedarse con tributos pagados por los musulmanes de Sevilla y los infantes de Carrión, al humillar a las hijas de Rodrigo.
Por otro lado, el caballo del Cid –Babieca– suele mostrar en sus "faldones" el decorado de Castilla y de León, similar a la bandera de la Comunidad Autónoma que aparecerá bastantes siglos más tarde.
En esta línea está el gran error de repetir en varias ocasiones la palabra “España” cuando por aquel entonces sólo existían diversos reinos cristianos guerreando contra los reinos árabes. La idea de nación no aparecerá hasta mucho más tarde, con los Reyes Católicos.
Además de esto, el hecho de que Rodrigo entre en Valencia (realmente Peñíscola) a ritmo de pasodoble roza lo absurdo, pero quién sabe si ya en aquellos años algún juglar se adelantó a su tiempo, innovando musicalmente…
Continuando con los miles de anacronismos cometidos en la película, destaca el uso de ofensas no consideradas como tales, en la época. Me refiero, entre otros detalles, a la escena en la que el Cid da un guantazo, nunca mejor dicho ya que le abofetea con un guante, a un personaje al que reta a batirse con él. Esto, en la segunda mitad del s. XI, sencillamente era una acción absurda. Lo correcto habría sido acariciar las barbas al rival, o, menos frecuentemente, el bigote (de ahí nació la expresión "no me toques las narices.." como señal de advertencia, ante un comportamiento ajeno que nos irrita).
A pesar de todo lo dicho, considero que esta película cumple sobradamente su objetivo ya que tanto Charlton Heston como la banda sonora (Miklós Rózsa), así como las localizaciones, mobiliario y vestuario elegidos por el director Anthony Mann logran que, en conjunto, el espectador llegue a obtener una visión muy ajustada de la época y sobre todo, de los ideales de un caballero que hacía del honor su mayor virtud, recordándonos al mismísimo Miguel de Cervantes (cuya vida bien merece una entrada en esta web) cuando dijo aquello de “un hombre vale lo que su palabra”.
Quisiera hacer ina puntualizacion sobre el uso de la palabra España, si, la idea de España fue de los Reyes católicos pero nunca se realizó, las coronas de Castilla y de Aragón permanecieron independientes hasta los decretos de Nueva Planta, 1707 en Valencia y 1714 en el resto de la corona de Aragón.
ResponderEliminarGracias, anónimo, por respaldar lo que digo, que es simplemente absurdo observar que en tiempos del Cid se utilizara dicho término. Un saludo.
EliminarSi los hechos narrados empiezan en 1080 mal podia aparecer como rey Fernando de Castilla, muerto en 1065, ni Ramiro I de Aragón, muerto en 1063. El escudo de la panoplia de dicho rey y de su paladín se avanza unos setenta años a la unión entre Petronila, princesa aragonesa, y Ramon Berenguer IV de Barcelona (hijo del futuro yerno del Cid) que era quien utilizaba el escudo de las cuatro barras. No se menciona al hijo mayor de Rodrigo por ningún sitio, muerto en 1097. Tanto Rodrigo como Ximena eran descendientes de dos hermanos y emparentados con la casa real de Castilla, supongo que necesitarian licencia papal para el matrimonio. Su hija Maria fué primera esposa de Ramon Berenguer III. Habrá otros fallos garrafales sobre todo en el aspecto histórico. Me gustaria saber si contrastaron las fuentes históricas a la hora de hacer el guión o fue cosa de satisfacer a los gobernantes de aquel momento. Por cierto, aparece más veces la palabra "España" que la palabra "Fuck" en cualquier episodio de Deadwood.
ResponderEliminarMuchas gracias por su aporte, Sr. Arnau. Como digo en mi entrada, la película no se caracteriza precisamente por ser un documental histórico, pero dichas ya varias correcciones, no deseo hacer "sangre" puesto que no dejaré de agradecer que sea la primera película "holibudiende" que a)se centra en un gran personaje histórico nuestro, b) lo caracterizara el Galán del momento y no un enclenque de segunda fila embadurnado en betún como ocurrió en "el Hidalgo de los Mares", entre otras; a pesar de que resultara ser la ruina de su director. Con todo, creo que gracias al film muchos en todo el mundo vieron una versión de España diferente (menos acorde a la que mostraba la leyenda negra europea). Un saludo.
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