miércoles, 28 de mayo de 2014

La polémica llegada del hombre a la Luna (IV)


9. ¿Por qué no hay más misiones a la Luna?
Hasta el infinito y más allá”.    Esta frase se hizo famosa tras el estreno de una de las películas de la factoría Disney. La decía Buzz Lightyear, un juguete que representaba a un astronauta decidido y resuelto, dotado de un traje espacial con escafandra y alas que le permitían volar.
            El lector se estará preguntando qué tiene que ver este personaje de animación norteamericano con el tema de los alunizajes.  La respuesta es que, precisamente el nombre de este juguete, Buzz, procede del mote con el que cariñosamente conocían a Elwin Aldrin, el piloto del módulo lunar Eagle 3 que , junto con su comandante Neil Armstrong, pisó la Luna por primera vez en 1969 durante la misión Apollo 11.

            Efectivamente, ambos hombres lograron romper los límites que el ser humano se había creado inconscientemente, al ser capaz de pisar la Luna y volver. Sin embargo ya se ha visto que aún son muchas las personas que cuestionan este hecho. Algunas, dudan de que se llegara a la Luna en 1969, mientras otras muchas tienen sus reservas de que incluso se haya llegado alguna vez al satélite, negando las seis misiones norteamericanas que lo han logrado, entre otras cosas. El argumento más repetido para ello es  opinar que si realmente el hombre llegó a la Luna en 1969, por qué no ha vuelto a hacerlo.
            Ya hemos aludido antes (en lo relativo a la iluminación) a las palabras de Enrique Pasco, jefe de la Comisión Nacional (norteamericana) de Investigación y Desarrollo Aeroespacial. Pues bien, también en este tema tiene mucho que decir, ya que como es sabido, los norteamericanos han estado en la Luna en seis misiones. Pues bien, en todas ellas se tomaron muestras y realizaron experimentos, de manera que actualmente se sabe que no hay en el suelo lunar aparentes yacimientos de petróleo, oro u otros elementos que interesen. Tampoco se han encontrados formas de vida y ya cuentan con numerosos kilos de roca y polvo lunar así que no hay nada que justifique realizar el enorme gasto de dinero, tecnología y hasta vidas que supone cada misión a la Luna. Al menos esta es la opinión del gobierno norteamericano. Otras naciones no cuentan con el suficiente avance tecnológico como para realizar sus propios cohetes y materiales suficientes para llegar al satélite. Así que todo se reduce a una sencilla cuestión de liquidez económica y de medios.
            El documento que aparece en la fotografía es el escrito oficial en el que Neil Armstrong, el comandante de la misión Apolo 11, certificaba el éxito de la misión que se le había encomendado.

10. El viaje de regreso a casa
            Incluso en el regreso a la Tierra ha habido críticas de los escépticos, pues dicen que en 1969 no había conocimientos suficientes para hacer despegar a un módulo lunar, desde la Luna a la Tierra. El argumento que usan es sencillo: puesto que nunca antes el hombre había estado en la Luna, no era posible saber la fuerza necesaria para vencer la gravedad lunar y no tan intensa como para despegar con tanta aceleración que la nave pasara de largo la órbita a seguir para regresar a casa. Tampoco sabrían la cantidad de combustible necesario. Por tanto, aún en el supuesto de haber llegado a la Luna, nunca habrían sabido cómo salir de ella.
            Con todos los respetos, el argumento es tan erróneo como absurdo, puesto que tampoco el hombre había viajado antes a la Luna y había sido capaz de llegar a ella y alunizar sin problemas. Todo ello fue posible gracias a complejos cálculos (a pesar de lo compleja que resulta nuestro satélite, como se analiza aquí). Y por estos mismos se supo cómo regresar a la Tierra sanos y salvos. En la imagen se muestra el aterrizaje del Eagle 3 a la Tierra (en el océano).


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