Esa incógnita se nos presentaba
en octubre de este año 2014, cuando la UNESCO respondía negativamente a las
aseveraciones realizadas en mayo por el aventurero norteamericano
(“cazatesoros”, según otros) Barry Clifford al divulgar a los cuatro vientos
que había hallado los restos de la Santa
María, el tercer barco con el que Cristóbal Colón y otros
marineros españoles llegaban por primera vez a tierras americanas saliendo del
puerto de la onubense Palos de la Frontera y pisando Haití, como recogí en otras entradas
respectivas (aquí y aquí).
Pero, ¿en qué se basan ambas partes para hacer afirmaciones tan
contrarias?.
Barry Clifford dijo haber hallado
en aguas de Haití una embarcación cuyos restos dejaban muy pocas dudas (según
sus propias palabras) de pertenecer a la nao en la que Colón viajó en su
viaje inaugural, iniciando así un sinfín de viajes similares que se realizarían posteriormente a América, por parte de
los europeos, a partir del 12 de octubre de 1492. Clifford llevaba varios años
empeñado en dar con los restos de la famosa embarcación y, de
acuerdo con sus declaraciones, fueron las imágenes tomadas en una expedición
que efectuó hace ya diez años las que le ayudaron a dar con los restos de la
afamada embarcación capitana (abajo, reconstrucción de las tres naves, la nao más grande y las dos carabelas; tras ella, a la derecha, la reconstrucción de la Santa María en el puerto de Cádiz, España).
El
norteamericano fue más allá en sus declaraciones de mayo al aventurar que, de
ser realimente los restos de la Santa María,
era su deseo que quedaran en Haití para que pudieran ser visitados
por los turistas aportando así una fuente de dinero que ayudase al país a
sostenerse y progresar. Además pidió la participación de España
(fundamentalmente monetaria) para desenterrar los restos del pecio que, a pesar
de encontrarse a escasos 6
metros de profundidad, estaba cubierto por gran cantidad
de arena y rocas en algún punto frente a la costa norte haitiana. Contagiados
por el entusiasmo, el Gobierno de Haití dio luz verde para que se procediera a la recuperación del malogrado navío.
Por su parte,
las declaraciones de Clifford provocaron que el ministro de cultura de la República Dominicana
exigiera al norteamericano que compartiera la posición exacta de la nao
colombina dado que históricamente fue su país el primero en ser pisado y, por
tanto, al que debería igualmente corresponder parte de los beneficios generados por las visitas a
esa embarcación. Así las cosas, distintos historiadores españoles -tales como
Consuelo Varela, del CSIC, o Carlos Martínez Shaw, entre otros- expusieron sus
serias dudas acerca de la certera identificación de la nave. Finalmente, el 22 de septiembre,
era el arqueólogo submarino Xavier Nieto el que tras revisar parte de los
restos, negó que se tratase de la nao Sao Santa María, considerando que los
hallazgos debieron hundirse posiblemente a fines del siglo XVII o comienzos del
XVIII.
Con
estos argumentos en mente la
UNESCO consultó a otros especialistas en el tema que del 9 al
14 de septiembre estuvieron sopesando los restos hallados llegando a
conclusiones análogas a las de Xavier Nieto. Por eso a finales de septiembre
concluyó un informe con todas estas argumentaciones y a principios de octubre se daba
a conocer el informe del alto organismo internacional sobre estos vestigios. En su opinión en realidad corresponderían a una
embarcación mucho más moderna que la
Pinta, la Niña y la Santa María (las tres naves
de la hazaña colombina).
Haití optó por retirar el permiso
de excavación a Clifford mientras en España se volvía a reconsiderar la
posición de los restos de la nao en un lugar tierra adentro de Haití, si bien 5 metros bajo una montaña
de sedimentos. En ese lugar ya se estuvo excavando en su día, coincidiendo con el golpe de estado de
1991, hace 23 años, lo que obligó a concluir las investigaciones y regresar a nuestro
país. Actualmente el Gobierno español vuelve a considerar proseguir con este
proyecto, en colaboración con el Gobierno de Haití, que se ha apresurado a dejar
claro que no desea que Barry Clifford intervenga, decantándose a favor de un
equipo de científicos del CSIC español.
La
embarcación capitana de la expedición colombina encalló la madrugada del 24 de
diciembre (al 25 de diciembre) tras chocar con unos arrecifes de coral en la
costa de la isla Gaunahani, posteriormente “La Española”, formada por
los actuales países de Haití y la República Dominicana. Una ley de Murphy se cruzó en la trayectoria de la expedición colombiana e hizo
que el timón de la embarcación cayera en manos de un marinero poco
experimentado, la noche que se registraba la mayor pleamar de todo ese año 1492
en la zona, haciendo que quedara encallada en los arrecifes, que en otra circunstancias
no habrían sido cubiertos por el mar. En la imagen se muestra una recreación del suceso, junto a una imagen de la supuesta campana que Rodrigo de Triana hizo sonar al avistar tierra el 12 de octubre de 1492. Con ello comenzaba un nuevo capítulo en la historia de América y de Europa.
En la imagen se aprecia el famoso cuadro de la llegada de Cristóbal Colón a la Española, entre dos escenas cinematográficas de "1942, La conquista del Paraíso" (izquierda) y la serie de RTVE "Isabel" (derecha). Lo más curioso de todo es que Cristóbal Colón nunca llegó a saber que había descubierto un nuevo continente hasta entonces inexplorado. Y que, al contrario de como sostienen muchos, los Reyes Católicos ya reconocieron a los ciudadanos americanos derechos semejantes a los de cualquier habitante de Castilla y de Aragón, respetándoles sus tierras, como consta en los documentos de la época firmados por ellos.
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