Ahora, en las navidades, los
canales de televisión ponen numerosas películas de todo tipo para entretener a
los espectadores y cómo no, “una de romanos” es algo que siempre
gusta. Lo más curioso de todo es que últimamente acaban todas
relacionadas con las islas Británicas, cuando en realidad esas tierras no
dejaron de ser una posesión más, que no aportaba mucho, para el Imperio Romano.
Y
sin embargo, como digo, casi todas las películas últimas de este género se han ubicado en las islas Británicas o el personaje principal provenía
de allí, como es el caso de la nueva versión de
los últimos días de “Pompeya”.
Entre los temas que más han
atraído la atención de productores y directores de Hollywood está el caso
de la legión IX, masacrada en una emboscada por los pictos o habitantes
prerromanos de la actual Escocia. Pues bien, no sabemos por qué extraña razón,
en estas películas “se olvidan” decir que esas legiones eran de procedencia
hispana y por tanto tenían de inglesas o escocesas lo que Afganistán por
ejemplo pueda tener de norteamericana porque allí estén destinados determinados
escuadrones de marines estadounidenses.
De
hecho, si nos atenemos a las evidencias arqueológicas, que son las que realmente
hablan del pasado que existió ( no del que gustaría que hubiera, en palabras
del Sherlock Holmes de Conan Doyle: “Es un
error capital el teorizar antes de poseer datos. Insensiblemente, uno comienza
a deformar los hechos para hacerlos encajar en las teorías en lugar de encajar
las teorías en los hechos”), en los fuertes y campamentos romanos excavados
en Caerleon (Gales) y en distintos puntos del muro de Adriano (frontera con
Escocia, dejando los pictos al otro lado), las cerámicas de aceite y vino
procedían de la Bética
(la Andalucía
española de época romana).
En la imagen se ven los restos
excavados de barracones del campamento romano, el anfiteatro aún tapado por
vegetación y sedimentos, así como una reconstrucción del aspecto que la zona
debió presentar en los primeros siglos de la era cristiana.
Pero no sólo eso. Se sabe que los romanos usaban tablillas de cerámica y de cera de abeja para escribir sus cartas. De hecho, entre los basureros de estos destacamentos de las legiones romanas destinadas en las islas Británicas se han encontrado restos de estas antiguas cartas y en ellas los legionarios pedían a sus familiares de la Península Ibérica el envío de mantas y ropas de abrigo. El propio emperador romano que mandó realizar el muro era sevillano, nacido en Itálica (Santiponce, Sevilla). Ya en otra entrada mencioné los textos que nos han llegado que se burlaban del zezeo del emperador. No estoy diciendo que todos los destacamentos romanos que se encontraban en las islas Británicas estuvieran conformados por soldados hispanos (de la actual España) pero sí que en base a los datos y restos arqueológicos si fueron mayoría en la defensa de la romanización de las islas y sería injusto no mencionarlo. Así por ejemplo, una de las aras encontradas en el muro de Adriano, datada en el 71 d.C., y llamada Ara II Asturum, ya que en su inscripción se puede reconocer esta palabra y Exercitus Britannicus (es decir, destacamento en Britania) bajo un relieve de un jinete sobre un caballo (o tal vez la diosa Epona celtibera) tan iterativo en la zona de la Celtiberia y que sin embargo nadie relaciona con Hispania.
Pero no sólo eso. Se sabe que los romanos usaban tablillas de cerámica y de cera de abeja para escribir sus cartas. De hecho, entre los basureros de estos destacamentos de las legiones romanas destinadas en las islas Británicas se han encontrado restos de estas antiguas cartas y en ellas los legionarios pedían a sus familiares de la Península Ibérica el envío de mantas y ropas de abrigo. El propio emperador romano que mandó realizar el muro era sevillano, nacido en Itálica (Santiponce, Sevilla). Ya en otra entrada mencioné los textos que nos han llegado que se burlaban del zezeo del emperador. No estoy diciendo que todos los destacamentos romanos que se encontraban en las islas Británicas estuvieran conformados por soldados hispanos (de la actual España) pero sí que en base a los datos y restos arqueológicos si fueron mayoría en la defensa de la romanización de las islas y sería injusto no mencionarlo. Así por ejemplo, una de las aras encontradas en el muro de Adriano, datada en el 71 d.C., y llamada Ara II Asturum, ya que en su inscripción se puede reconocer esta palabra y Exercitus Britannicus (es decir, destacamento en Britania) bajo un relieve de un jinete sobre un caballo (o tal vez la diosa Epona celtibera) tan iterativo en la zona de la Celtiberia y que sin embargo nadie relaciona con Hispania.
Basándose tanto en
documentos de la época como en epigrafías y otras evidencias arqueológicas, se
sabe que entre los constructores y “mantenedores” de la línea defensiva que era
el muro de Adriano estaban las legiones II Augusta (conformada en parte por
hispanos partidarios de Octavio Augusto contra Pompeyo, luchando contra
cántabros y astures teniendo su principal bastión en Segisama Iulia, en la localidad
burgalesa de Sasamón y sus veteranos recibieron tierras asentándose en la Colonia Iulia
Gemella Acci, en la bética Guadix), IX Hispana (conformada enteramente
por hispanos y con un toro como emblema) y XX Valeria Victrix (se desconoce su
procedencia y reclutamiento, si bien en el 25-13 a.C. diversos textos e
inscripciones la ubican en Hispania peleando contra cántabros y astures, su
emblema era un jabalí).
En
la imagen se compara el Ara II Asturum hallada en Inglaterra con una estela
expuesta en el Museo Numantino de Soria, con la imagen común del jinete, o tal
vez de Epona, que se repite por toda Celtiberia, incluyendo sus monedas.
También
del entorno del muro de Adriano (Escocia, U.K.) procede una inscripción en la
que se alude a los 3.000 legionarios de la Hispania
Tarraconensis, en la Legio VII y que sorprende que nadie asocie
con la Península Ibérica
ya que la tarraconense estaba en ella (el bello arco romano
de Medinaceli marcaba la frontera administrativa de este provincia
romana). Otras aras (o posiblemente estelas funerarias) encontradas en Escocia que muestran tridentes, anclas y aluden al mar y al dios Poseidón considero
que pudieran estar relacionadas también con legionarios hispanos, ya que el
templo más conocido dedicado a dicho dios del mar se encontraba en Cádiz.
Con
respecto a la Legio IX
Hispana que estuvo defendiendo el muro de Adriano, la película “Centurión”
(de Neil Marshall, 2010) se centra precisamente en ella, “olvidando” claro está,
citar tanto su procedencia como el origen de los propios soldados que sin
decirse claramente, deja entender que eran britanos, craso error. Aún así, no
deja de resultar cómico que la película comience con el protagonista caído en
la nieve mientras se oye “Mi nombre es Quintus Dias. Soy un
soldado de Roma, y este no es ni el principio ni el final de mi historia”. ¿Se supone que ese “Dias” latino se
corresponde con el apellido español “Díaz”? ya que dudo bastante que ningún italo se llamara o "apedillara" de semejante forma.
También la película
“La legión del Águila” (originalmente llamada “The Eagle”, “el águila”, 2011), con
el actor que encarnó a Billy Elliot haciendo ahora de esclavo picto, posee
similar argumento y comete el mismo “error de memoria” al no mencionar que la
legión IX era hispana (llamándola únicamente “legión novena”).
No
es la única. También en la película “la última legión”, cuando el personaje que se supone
dará lugar al mítico Arturo (de la Mesa
Redonda) recluta a los legionarios que quedan en las
proximidades del muro de Adriano para defender los restos del desaparecido
Imperio Romano contra los pueblos godos, cae en similar fallo de memoria.
En
la imagen de abajo se muestran restos encontrados y pertenecientes a la
Legio IX Hispana expuestos en el museo de
Carlisle (Escocia, Reino Unido), donde destacan las cartas de los legionarios
encontradas en el antiguo basurero de Vindolanda.
Y es que no se
dice en ningún momento que precisamente esa última legión con la que finalmente
se topan en los confines del imperio y gracias a la cual consiguen su objetivo de venganza,
era de procedencia hispana. Una auténtica pena ya que las evidencias, aunque
escasas, relatan esa información. Entonces, ¿por qué ningunearla?.
LEG IX HISP
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