martes, 24 de febrero de 2015

Werwolf, los hombres-lobo nazis


¿Sabía el  lector curioso que hubo hombres-lobo nazis?. ¿Qué su existencia está muy bien documentada tanto en archivos alemanes como en archivos británicos y que causaron el terror durante la Segunda Guerra Mundial?. No, no es que se me haya ido la cabeza ni comience a creer en un folclore sin pruebas que lo corroboren.

             Lo que ocurre es que los hombres-lobo a los que aludo distan mucho de esos hipotéticos seres convertidos en lobos que aúllan a la luna. Me estoy refiriendo a los Werwolf, que si bien el término significa en alemán “hombre-lobo”, por aludir a un libro del escritor Hermann Löns (favorito de los nazis por compartí ideales similares), realmente se refería a la expresión “wehrwolf” significando “lobo de defensa”. Y es que el plan consistía en desarrollar una guerra de guerrillas hacia el final de la Segunda Guerra Mundial, cuando los mandatarios nazis asumieron que perdían terreno que estaba siendo ocupado por los Aliados.
         El ingenioso y sangriento plan consistía nada menos que en distribuir comida y bebida previamente envenenada, por los territorios que iban dejando tras de sí con la intención de causar el mayor números de muertos entre la población civil y los ejércitos aliados que avanzaban en sus posiciones hasta el mismo Berlín, capital del imperio nazi.
            Esto es al menos lo que se deduce de la desclasificación de determinados documentos del MI6 o Centro de Inteligencia británico, basados en documentos apresados tras la caída de los nazis en distintos hangares y archivos alemanes.
            Los werwolves llegaron a ser hasta cinco mil efectivos, reclutados entre las filas de la SS y las Juventudes Hitlerianas, recibiendo entrenamiento en táctica de guerrillas aprendida de los soviéticos, así como a crear bombas caseras, usar distintos elementos cotidianos aparentemente inofensivos…y convertirse en auténticos McGyvers.

            En la imagen se observa al ingenioso personaje norteamericano junto a la seña distintiva de los hombres-lobo nazis.






         Aunque este boicot con tácticas de guerrillas fue propuesto por el Teniente General de las SS, Hans Adolf Prützmann, y aprobado por Heinrich Himmler así como por el propio Adolf Hitler, a la hora de la verdad, cuando ya los alemanes se encontraban perdiendo batallas y territorios frente a los Aliados, fueron muy pocos los efectivos de las SS que dieron armamento y material a estas tropas de guerrillas, temiendo que realmente fueran capaces de cumplir con las tareas que se les había encomendado debido a la escasa edad y experiencia en suelo enemigo de los werwolves.
        Por tanto, aún hoy se desconoce realmente qué acciones pudieron realizar estos “hombres-lobo nazis” ya que de acuerdo con los interrogados en Nuremberg y con testimonios de soldados tanto nazis como aliados y rusos, parece ser que estos efectivos nunca llegaron a recibir armas ni instrucciones precisas, por lo cual posiblemente nunca llegaron a combatir.
        Es cierto que el discurso dado el 23 de marzo de 1945 por el Secretario de Estado del Ministerio de Propaganda alentó a los nazis a luchar hasta morir antes que dejar que los enemigos tomaran el territorio. Y con tal fin, se publicó bajo el título "Capitular,  ¡nunca!". Muchos han querido ver en este discurso, las bases de la Werwolf (o werewolf). No obstante, lo cierto es que nunca se les dio a estas tropas órdenes precisas de cómo proceder una vez que los aliados hubieran tomado los territorios en los que ellos se encontraban y mucho menos, qué hacer una vez que Berlín hubiera caído en manos enemigas. Es por eso que hay tanta confusión en lo relativo a las acciones atribuidas a estos hombres-lobo, ya que donde un investigador cree observar la acción de éstos, otros no ven más que el loco propósito de luchar hasta la muerte de nazis convencidos que no desean ser hecho prisioneros, prefiriendo morir matando.
 
           En la imagen, de izquierda a derecha observamos al director de la SS, Himmler, hablando con el general Hans Adolf Prützmann (inventor del werwolf). Junto a ellos, imagen de niños nazis reclutados para este movimiento. A la derecha, jóvenes de las Juventudes Hitlerianas desfilando.

          Ante todo este caos derivado de las reticencias de Hitler al considerar que pudiera perder la guerra, la falta de órdenes precisas y planes de actuación provocaron el descontrol total, de manera que finalmente muchas tropas nazis, en su huída, terminaron enterrando su armamento de manera espontánea y sin conocimiento de otras tropas, de forma que casi todos estos escondrijos fueron finalmente detectados y desenterrados por soviéticos y aliados. De haber existido unas órdenes claras al respecto, posiblemente el final de la guerra hubiera sido mucho más sangrienta, con niños nazis provocando auténticas carnicerías. Afortunadamente, esto nunca llegó a ocurrir. 
          Una posible referencia a un werwolf la encontramos en cierto momento de la película dirigida por George Clooney, Monuments men, cuando dos de los protagonistas son sorprendidos por un francotirador en territorio ya rescatado y resulta ser un niño perfectamente vestido con un uniforme de la SS. ¿Era realmente un werwolf y por tanto, sí llegaron a activarse, o era un joven nazi que al verse aislado prefirió resistir a su manera?, eso es lo que muchos investigadores se están cuestionando respecto a estos hombres-lobo nazis.


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