Como hacía un tiempo que no
comentábamos ningún nuevo hallazgo que se ha producido en relación con la
Historia, hoy vamos a comentar una pequeña recopilación de diversas noticias
que se han producido en los últimos días o semanas, a fin de seguir un poco “al
día” de los descubrimientos que se van produciendo.
Los tiempos en que vivimos son
absolutamente insustanciales, con casi todo el mundo jugando a tener su momento
de gloria ya sea gastándose una gran cantidad de dinero en peluquería,
maquillaje o moda, creyéndose las nuevas top models, ya sea conectadas al móvil
en todo momento para comentar lo más nimio que se les pasa por la cabeza; o
luciendo coches caros para hacer auténticas salvajadas al volante, conscientes
de que a muy pocos esa maniobra que pudiera costar una vida, les cuesta una
multa. Programas en los que se pasa el día viendo a famosillos como si fueran hámster
en una jaula, ahora encamándose con quién sea para permanecer más en audiencia,
o cocinando un huevo frito con aires de gran chef, dan récord de audiencia, mientras
los telediarios se llenan de noticias cada vez más morbosas, sin respetar
secretos de sumario y con nuestros políticos –que el que no se ha contradicho
veinte veces está salpicado por asuntos de corrupción, plagios o directamente
por falsificar su curriculum vitae- no se cansan de repetir que vivimos en uno
de los países más democráticos del mundo….tan democrático que tenemos un
presidente que nadie ha votado, que expulsó al que sí había sido elegido por el
pueblo, comprando los favores de los diputados sin molestarse en ver qué
convenía al pueblo sino lo que conviene a sus bolsillos, siendo el presidente
que más repite en una conversación que él es el presidente, acudiendo a las Naciones
Unidas a ponerse sin vergüenza alguna de ejemplo de tenacidad y resistencia y
siendo el vivo ejemplo (él y su Gobierno) de la frase mítica que dijera Groucho
Marx: “estos son mis principios… si no le
gusta, tengo otros”. Pero que nadie se lleve a vergüenzas del país que
tenemos porque, lamentablemente, estos males comienzan a ser endémicos de todas
las sociedades, me temo.
Prueba de ello son las dos
primeras noticias que hoy voy a comentar,
en las que queda de manifiesto cómo la sociedad ha perdido ese afán de
querer saber de verdad, sin embustes, contrastando las informaciones. Así pues,
pasemos a la primera noticia, que es todo un bombazo:
1. Los Manuscritos del Mar Muerto…¡¡son falsificaciones!!
En efecto, tal cual (o eso es al menos
lo que afirman ciertos prestigiosos investigadores). Y es algo que cuesta creer
si tenemos en cuenta la gran cantidad de libros que se han escrito sobre ellos
y basados en ellos, por no citar los cientos de documentales en los que se
hablaba del Templo de Salomón, de su afán por volver a reconstruirlo y del “mapa
del tesoro” del Mar Muerto que incluso el National Geographic o el Canal
Historia y Odisea no dudaron en considerar que incluso los mismísimos
templarios se hicieron con él, recuperando parte de las codiciadas piezas que
fueron las que les dieron su fama y poder y que, como no podía ser de otra
forma terminaron llevando a Escocia o a Inglaterra (¡¡cómo no!!) para hacer de
ellos los dignos descendientes del Temple a través de los Masones… y usted que
se lo crea.
Para el que ande algo perdido, les
informaré con más datos. Los pergaminos del Mar Muerto fueron hallados en 1946 por
un pastor en una cueva cercana al susodicho mar salino, en Qumrán, mientras
buscaba una cabra que había perdido. Encontró, según la tradición repetida,
varios pergaminos dentro de unas vasijas de cerámica que resultaron ser la
versión más antigua que se había encontrado, de los primeros grupos cristianos –posiblemente
esenios- en la zona bíblica. Entre estos pergaminos se encontraba uno de metal
con una caligrafía muy precaria-e incluso con faltas ortográficas- que “los
entendidos” se apresuraron a justificar como una consecuencia de tener que
labrar los textos en metal, obligando a hacer algunos fallos más fáciles de “imprimir”
mediante punzón y martillo. Este pergamino de metal contenía una referencia de
lugares en los alrededores, que contenían parte del tesoro del Templo de
Salomón que se apresuraron a esconder antes de que las tropas de Tito (Imperio
Romano) saqueara el Templo y Jerusalén, en un afán de volver a alzar el Templo
de Salomón tras los romanos, alimentando así la tradición que habla de que el
nuevo Mesías llegará cuando el pueblo de Israel vuelva a hacerse con el control
de Jerusalén y construya el nuevo templo, el tercero, echando de allí a
Palestinos y demás musulmanes (recordemos que actualmente se alza la Mezquita
de la Roca en el solar ocupado en su día por el Templo dado que en una de las
piedras de su subsuelo Jacob soñó cómo descendían en una escalera varios
ángeles, pero en esa misma roca Mahoma subió a los cielos).
De nuevo
sonaron voces de alarma dado que si uno acude al Arco del Triunfo de Tito, en
el foro de Roma, puede observarse labrado en relieve parte de la procesión de
las tropas romanas con muchos de estos tesoros (tal como muestro en mi obra Hitler quiere el grial) que desfilaron
por la capital del Imperio, lo que hace pensar que las piezas que sobrevivieron
–las escondidas- fueron insignificantes, ni mucho menos las más destacadas. Por
otro lado, al aroma de las joyas y del oro escondido, varios aventureros (ahora
se llaman así) británicos acudieron a este paisaje desolado cerca del mar
Muerto a hacerse con las piezas escondidas según las señas del pergamino
metálico. Sobra decir que no encontraron nada. ¿La solución?, los sufridos
templarios. Fueron ellos los que dieron con esos objetos, entre los que se
encontraba, cómo no, el Grial e incluso el Arca de la Alianza, dado que como
prueba de esta versión estaban las palabras de uno de esos buscadores
británicos que dijo haber encontrado “cruces templarias, herramientas metálicas
y algún trozo de espada”, todo ello indudablemente templario, en alguna de las
localizaciones del pergamino metálico. Ah, claro, entonces todo resuelto (me
pregunto qué tendrá una cruz para que sea “inequívocamente templaria”, al estar
aislada, en una zona donde proliferaron las sectas cristianas….). Eso sin
entrar a cuestionarnos si cuando en febrero de 2017, un equipo de arqueólogos
de la Universidad Hebrea de Jerusalén anunció haber encontrado la cueva de los
manuscritos, sin ninguno de ellos pero sí con recipientes cerámicos vacíos y
rotos y hachas de hierro de 1950, posiblemente de saqueadores, podríamos estar
ante “las herramientas indudablemente templarias” citadas.
Pero todos estos pequeños detalles contradictorios eran minucias, lo que
llevó a construirse un costoso museo en Jerusalén para albergar y exponer estos
pergaminos, saliendo en numerosos documentales y alguna que otra película,
aumentando la fama de estos manuscritos. Pero lo cierto es que el cabrero que
los encontró comentó su hallazgo con otros vecinos, de manera que pronto se
vendieron varios de ellos (de restos de pergaminos, no de vecinos, se entiende)
al mejor postor. Y de esta forma es cómo fueron a parar a Berlín parte de estos
manuscritos, expuestos en una sala contigua al elegante y bellísimo busto de
Nefertiti. Y aquí va concluyendo nuestro recorrido, dado que precisamente son algunos
de estos investigadores alemanes los que se percatan de ciertas incoherencias
lingüísticas en algunos restos. Estos fallos cada vez fueron adquiriendo mayor
solidez hasta que se decidieron a pedir al museo de los manuscritos de
Jerusalén parte de algunos originales que ellos albergan (o facsímiles, copias
exactas de ellos) y tras serias investigaciones, no han dudado en publicar en
un serio análisis de los textos evidenciando que al menos cinco de los rollos
de “los manuscritos del Mar Muerto” son falsos. Lógicamente, la polémica ha
corrido como la pólvora, llegando incluso hasta el prestigioso Museo de la
Biblia de la capital norteamericana y que, tras analizar su propio material, no
ha dudado en afirmar que también su manuscrito-polémico, por otra parte, ya que
fue obtenido en Iraq, tras quedar este país desolado por la intervención
militar norteamericana y haber sido saqueado su magnífico museo de arte
babilonio- es falso (picar aquí para más información)
.
Detalle del paraje donde se encontraron estos manuscritos, imagen de
alguno de ellos y fotografía del Museo de Israel donde se exponen parte de
estos rollos del Mar Muerto, imitando uno de dichos recipientes cerámicos.
Para el que desee leer más datos sobre
estos manuscritos, puede descargarse un documento en pdf que la web
Verbodivino.es gentilmente ha facilitado, picando aquí. El propio museo israelí, en un trabajo conjunto con Google y tras invertir
más de 3 millones de dólares en su digitalización, permite acceder a parte de estos
manuscritos desde nuestro ordenador (picar aquí)
.
Llegados a este punto debemos considerar
la afirmación de la falsificación en su conjunto. ¿Son falsos todos estos
pergaminos?, lo son al menos cinco de ellos. Ahora bien, ¿de cuántos?, y aquí
aparece otro problema puesto que mientras que para algunos el conjunto
ascendería a unos 12 pergaminos, para otros para a ser cientos. ¿Cómo es
posible tal diferencia?, la explicación radica en lo que se entienda por pergamino
(¿una hoja?, ¿un rollo?.... ¿o incluso cada fragmento?). Por tanto, mucho me
temo que la polémica está más que servida en este asunto.
Los rollos del Mar Muerto han sido -y son- recompuestos a partir de
numerosas piezas. En el centro, el controvertido rollo falso del Museo de la
Biblia, USA.
* * *
2. “La Manhattan maya”…. “tampoco es para tanto”, según arqueólogos que
están trabajando en el lugar.
Ya
desde el año pasado numerosas publicaciones de todo el mundo no dudaron en
hacerse eco de un gran descubrimiento realizado desde el aire, a imagen de
satélite primero y de dron después, de lo que se estimaba era la mayor ciudad
maya conocida hasta la fecha.
Lo más destacable es que conforme
se iban haciendo eco del hallazgo, la ciudad parecía crecer en esplendor y
extensión, y por descontado, hubo quién aprovechó la noticia para volver a
hacer esa tendencia tan saludable en el mundo anglosajón de atacar al Imperio
Español, volviendo “a recordar” (como si fuera cierto) cómo los malos y
sanguinarios codiciosos españoles no dudaron en masacrar a unos pueblos que
rozaban el conocimiento de Leonardo Da Vinci, o incluso lo superaban, olvidando
reparar en que ese superavanzando pueblo maya hizo predicciones del fin del
mundo en el 2012 tan desafortunadas como las del farsante Nostradamus (por no
hablar de los académicos cansados de repetir que el cacareado calendario azteca
y maya no son tales, sino meras piezas decorativas), que su admirado grado de
desarrollo los hizo incapaces de pensar que echar víctimas humanas a las
dolinas con agua natural de las que se abastecían podría provocar epidemias y
plagas, que su promedio de vida era bajo… o que el pueblo maya había abandonado
sus ciudades y se habían perdido en la selva varios siglos antes, para cuando
llegaron los españoles.
De nuevo estas minucias
insignificantes no fueron freno para seguir anunciando a bombo y platillo las
maravillas que se esperaban encontrar de la ciudad más grande de América en su
tiempo, superando en extensión a muchas urbes contemporáneas europeas. Pues
bien, ahora son los propios científicos que están trabajando en tales ruinas
los que se han encargado de desmontar esa ilusión dado que se trata de otra
urbe maya más, de las que se conocen (para más información, picar aquí)
.
* * *
3. Encontrada la carta de Galileo en la que muestra cómo trató de
engañar a la Iglesia para que la Santa Inquisición de Roma no lo condenara por
hereje.
La
noticia saltó a los medios de información a finales del mes de enero de este
año y desde entonces son muchos los académicos que la han analizado con el fin
de lograr entender lo que aconteció en esa conocida historia de Galileo Galilei,
cuando fue llamado a comparecer ante la Santa Inquisición romana para
retractarse de sus afirmaciones sobre el Sistema Solar que lo consideraba
girando en torno al Sol, en lugar de defender que todo el universo giraba
alrededor de nosotros y nuestro planeta. Dicen que cuando salió de la sala, y
antes de cerrar la puerta, musitó su famosa frase “y sin embargo se mueve”.
Pues bien, puede que este pasaje de la historia no fuera exactamente como nos
lo relataron, si consideramos esta carta, encontrada por el investigador
Salvatore Ricciardo en los fondos de la Royal Society de Londres.
Y mientras los estudiosos siguen
tratando de concretar qué versiones de la carta son realmente autoría de
Galileo (pues circulan varias versiones, una más radical que otra y considerada
como una burda manipulación de los opositores de Galileo precisamente para
hacer que la Inquisición reparara en él y le hiciera pagar caro su osadía; más
datos aquí), yo me planteo qué hace una carta que Galilei escribió en 1613, de la que se sabía
de su existencia y que sin embargo había sido dada por desaparecida, al no
poder dar con ella nuevamente (se creía que debía estar en los Archivos del
Vaticano), en los fondos de la Real Sociedad de Londres. Y es que si algo ha
destacado siempre el mundo anglosajón es por llevarse prestado lo que le viene
en gana de diversos museos y archivos patrimoniales de diversos países.
Consideremos cómo en el famoso libro “Ángeles y Demonios” precisamente el
protagonista roba una de las hojas de Galileo de los Archivos Vaticanos,
rompiendo el manuscrito original en el que se encontraba, e importándole poco.
También, ya en el mundo real, en la polémica del Odissey, la empresa robó un
mapa del Archivo de Indias de Sevilla con el fin de dar con las monedas de oro
del barco español hundido que se encontraba en aguas españolas. Del mismo modo,
en el asunto del polémico mapa de la América vikinga, falso, se supo que la
falsificación se basó en un mapa robado de un museo zaragozano. Por no hablar
de la eterna reclamación de la Piedra Rosetta de Egipto al British Museum o de
las piezas del Parthenon que reclama Grecia al British Museum que devuelva. Ya
puestos, ese mismo museo cuenta con varias valiosas piezas iberas, celtiberas y
visigodas procedentes de España y compradas por ingleses durante la dura etapa
de la Guerra Civil española (y postguerra).
* * *
4. Hallado el barco más antiguo, hasta la fecha
O
eso es al menos lo que dicen los arqueólogos anglo-búlgaros que lo han hallado,
tras tres años de duro trabajo de sondeo, dentro del denominado “Proyecto
Arqueológico Marino del Mar Negro”. Se trata de una embarcación griega de unos
23 metros, que yace prácticamente intacto a unos dos kilómetros de profundidad,
preservado precisamente por la escasez de oxígeno presente en esas aguas y
lecho marino. Para datarlo, los arqueólogos hicieron uso de un pequeño
submarino automático, movido mediante control remoto, que tomó una muestra de
la madera, la cual fue analizada mediante la técnica del carbono 14, en la
Universidad inglesa de Southampton, estimando que debió fabricarse hacia el 400
a.C.
Hasta
aquí la noticia. De nuevo metedura de pata hasta la rodilla por los medios que
no paran de hacer eco del mejor descubrimiento, el más de los más, sin tomarse
un tiempo en contrastar datos. Porque vale que esté bien conservada pero, ¿de
verdad es el más antiguo encontrado, como no dudan en calificarlo en todos los
idiomas?, dicho de otra manera, ¿qué es más antiguo, el 400 a.C. o … pongamos
el 2.500 a.C.?, coincidiremos que la segunda cifra ¿no?. Pues entonces mucho me
temo que este hallazgo es majo, curioso, interesante….pero que ni se trata de
la embarcación mejor conservada ni es la embarcación más antigua hallada. Ambos
calificativos, por el momento y desde su hallazgo en 1954 los seguirá luciendo
con orgullo la espléndida barca solar de Keops.
Y
en lo referente a embarcaciones de la época cercana a la del Mar Negro, España
goza de una embarcación aún más completa y aún más antigua (tanto como del
siglo VII a.C.), e incluso de dos de ellas, encontradas en las costas de la
actual región de Murcia y preservadas por científicos del ARQVA, el Museo de
Arqueología Subacuática de Cartagena. Estas embarcaciones ostentan del mérito
de ser las embarcaciones mejor preservadas y más antiguas de todo el
Mediterráneo. Para más información al respecto, haz clic aquí.
* * *
5. Una ciudad romana bajo el mar, hundida por un tsunami
¿Quién
no fantaseó con la idea de bucear en toda una ciudad romana sumergida?. Esta
fantasía es tan general que incluso llegó a incluirse en una de las películas
de la serie del espía británico James Bond, “Solo para tus ojos” (un juego de
palabras, ya que en inglés “alto secreto” suele señalarse mediante “for your
eyes only”, como se llama esta película y su pegadiza canción).
Detalle de la película de James Bond, “For your eyes only” en la que
también aparecen los fabulosos monasterios medievales de Meteora, en Grecia. El
actor Roger Moore, fallecido el 23 de mayo de 2017, daba vida al espía
británico.
Pues
bien, en este caso la ciudad sumergida no es parte de la Alejandría egipcia
(que por otra parte tiene su espectacular avenida de esfinges bajo el agua). La
ciudad encontrada bajo las aguas mediterráneas y dada a conocer hace poco se
encuentra en la costa de Túnez (en uno de cuyos antiteatros se rodó una de las
escenas estrella de la película Gladiator). En este caso se trata de la ciudad
de Neápolis (Nabeul), sumergida por un tsunami ocurrido el 21 de julio del año
365, como consecuencia de un terremoto ocurrido en el contacto de placas bajo
el mar. La onda que desencadenó el sismo fue de tal magnitud que una enorme ola
gigante devastó numerosas poblaciones costeras (llegándose a sentir incluso en
la ciudad de Alejandría), hundiendo parte de la costa y mandando a la urbe de
Neápolis –de unas 20 hectáreas- a doscientos metros bajo el mar.
Ahora,
arqueólogos de Túnez y Cerdeña se afanan por sacarla a la luz, o al menos los
restos que puedan rescatarse de ella para ayudarnos a conocer algo más las
costumbres de aquella época.
* * *
6. La edad de las pirámides
Y
ya que hemos mencionado a Alejandría -la ciudad egipcia fundada por Alejandro
Magno y donde se dice que estuvieron sus restos expuestos, en un féretro transparente,
para que propios y extraños le rindieran honores-, paremos a abordar una eterna
duda de todas las épocas y que no es otra que la edad de las pirámides. Aunque “oficialmente”
la Arqueología tiene resuelta la cuestión al atribuirlas a los faraones Keops,
Kefren y Micerinos, hace unas semanas estaba una noche haciendo zapping cuando
me topé con un documental sobre Egipto y me quedé a verlo. Curiosamente contaba
una historia que desconocía y que compartiré con mis lectores. Es bien sabido
que las pirámides carecen de decoración mural interior. A pesar de existir
escritos de cuestionada veracidad, árabes, sobre el interior de las pirámides
cubiertas con jeroglíficos, lo cierto es que no solo no se ha encontrado uno
solo de ellos sino que no existen tampoco evidencias en sus paredes de haber
tenido alguna capa de estuco que presentara esos jeroglifos y fuera arrancada.
Y esto lo afirmo con rotundidad pues cuando estuve en la Gran Pirámide presté
especial atención a sus paredes.
Las
imágenes más famosas de estas maravillas del pasado, únicas supervivientes de
las 7 maravillas del mundo antiguo, muestra un enorme socavón realizado para
entrar en el interior de ellas “por saqueadores de tumbas” que eran según las
versiones, bien árabes, bien franceses. Pues bien, tal como nos dijo el guía al
pie de la Gran Pirámide, y como también este documental señalaba, esta historia
es cierta pero el personaje que tiene el maravilloso mérito de haber dinamitado
la pirámide para entrar a saquearla era ni más ni menos que un oficial
británico, llamado Richard William Howard Vyse. Este “explorador”, reconocido
por sus compatriotas como antropólogo y egiptólogo, se afanó por estudiar las
pirámides y desvelar sus misterios, contando con el beneplácito del cónsul inglés
para tan insigne misión. El problema es que el tiempo avanzaba y los hallazgos
que aportaran luz a estos misterios brillaban por su ausencia, así que resulta
ciertamente sorprendente el hecho enfatizado por el documental y que no es otro
que la anotación “del explorador” en su diario, de lo mucho que ansiaba
encontrar en la pirámide algún jeroglífico que le permitiera al fin conocer
cuándo se construyó la gran pirámide y por qué. “Sorprendentemente” al día
siguiente este apasionado de la egiptología (léase con todo el cinismo del
mundo) le da por recurrir a la dinamita y oh maravillas, encuentra en uno de
los bloques removidos por la explosión un chapucero cartucho hecho con pintura
roja leyéndose en él Keops. Y voilà, todo resuelto: el único jeroglífico que se
conoce de las pirámides fue hallado “fortuitamente”, con la única pintura roja
usada en un jeroglífico de todo Egipto y que permitía datar la construcción al
atribuirla al faraón Keops, además de darle una explicación: ser su tumba.
Cónsul e Imperio Británico satisfecho de la envergadura de sus científicos, que
igual te servían para pelear en una guerra como para lograr dar con el único
jeroglífico de todas las pirámides y desvelar además de un plumazo la edad y el
uso de estas milenarias construcciones. Sí, la verdad es que algo rarita
resulta esta historia.
Grabado mostrando las labores del general inglés Vyse en la Gran
Pirámide. A su lado, detalle de la catedral de Lichfield con distintas placas
en memoria de personajes ilustres (en el centro la de Vyse). Debajo, el
jeroglífico hallado por Vyse en la Gran Pirámide, encontrado a golpe de
dinamita.
Lo
peor es que hay autores, como Nacho Ares, que la defienden a capa y espada como
real y cierta, diciendo que incluso aunque el cartucho del faraón encontrado
por Vyse parece ser algo extraño (otros egiptólogos han ido más allá diciendo
que tenía errores similares a los que se tenía en la época del oficial inglés
en lo referente a la escritura egipcia mostrando claramente que fue de su
propia autoría, esto es, hecho por el inglés para contentar a su cónsul), otro
similar fue hallado en una de las piedras externas de la gran pirámide, visible
hasta 1940 –luego borrado por el continuo azote del viento cargado de arena de
la llanura de Guiza, no dejando ni rastro de él… como si nunca hubiera existido-
y de nuevo “casualmente” hallado por otro investigador inglés, el egiptólogo L.V.
Grinsell, que no dudó en atribuir la labra de este nuevo cartucho a
trabajadores egipcios durante la construcción de la pirámide. Ya. Nacho Ares
llega incluso a plantearse como excusa si debemos pensar que también este otro
británico falsificó ese jeroglífico. Y yo me lo planteo, ¿que si creo que un
investigador británico, L.V. Grinsell, un siglo después que su colega Vyse que
tiene el gran mérito de encontrar el jeroglífico de marras que data y explica
las pirámides pudiera falsificar tal jeroglífico con el fin de lograr así que
Vyse deje de estar cuestionado como el falsificador de dicho jeroglífico? Pues bien,
mi respuesta es rotundamente afirmativa. No será la primera vez que estemos ante una
manipulación histórica realizada por británicos. Llueve sobre mojado. Es más,
respaldo mi respuesta con una lógica aplastante: y es que no se sostiene que
consideremos que tal jeroglífico labrado en una de las caras de una piedra
exterior de las pirámides aguantara cerca de dos mil años de constante azote de
esos abrasivos vientos desérticos cargados de arena, hasta que en 1940 lo
encontrase L.V. Grinsell y luego, en apenas veinte años, desapareciera. Es más,
si estaba ahí, tan a la vista, en la primera fila de piedras de la pirámide,
¿cómo es que el propio general Vyse no reparó en él, cuando estuvo buscando
jeroglíficos como un poseso, un siglo antes que su compatriota?. No, es absurdo.
Para
rematar toda la historia está el análisis que de esta pintura roja realizaron
dos mosqueados estudiantes de arqueología de la Universidad de Dresde, los
cuales no dudaron en tomar una pequeña muestra de este pigmento que mandaron a
analizar, así como realizaron observaciones que mostraban que había sido
añadida sobre la superficie tiempo después. Efectivamente, aunque no se pudo
datar con exactitud el pigmento, sí permitió comprobarse que presentaba
componentes desconocidos en el Egipto faraónico (para más información, picar
aquí). Así las cosas, si este jeroglífico es lo único que permite atribuir las
pirámides a la época de Keops y posteriores, y dado que las rocas no permiten
datar la época en que fueron labradas, y no poseemos materia orgánica no
expuesta a la atmósfera actual (y por tanto contaminada, no apta para datación
por carbono-14) de la edad de la construcción de las pirámides, la pregunta
sigue sin respuesta: ¿cuándo se
construyeron las pirámides?.
* * *
No
quisiera concluir esta entrada sin recordar a dos grandes cantantes que nos
dejaron recientemente. Uno de ellos es Charles Aznavour, el otro es la gran
Montserrat Caballé, cuya voz era tan gloriosa como su talante humano. Para
recordarla no pondré ese “Barcelona” que creo que fue desacertado para ambos
monstruos que la cantaron, Freddy Mercury y Montserrat Caballé, pues en mi opinión
a ninguno de los dos dejó lucirse plenamente. Sí pondré, en cambio, su bella versión
de “O mio babbino caro” de Puccini:
No hay comentarios:
Publicar un comentario