No sé en qué punto las sociedades actuales perdieron el norte
convirtiendo en principal objetivo y razón de ser el dinero y su acumulación,
estando todo permitido con el fin de lograrlo a toda costa, dejando de lado
toda cualidad que nos hace humanos.
Hoy esta situación se ha desbordado alcanzando grados
desproporcionados, magnificados por las redes sociales que llegan a todos los
rincones de un mundo que se antoja cada vez más pequeño y despiadado. Lo vemos
a niveles de ingentes mafias de tráfico de seres humanos, también a nivel
empresarial donde macroempresas en manos de un par de empresarios absorben
todo el poder, aniquilando a medianas y pequeñas empresas locales…o buscando
una guerra a toda costa (entiéndase que aludo a aquél país que tras ser
atacado por terroristas saudíes, declara la guerra a Afganistán e Irak,
dejándolos totalmente destrozados y a merced de todo tipos de mafias y grupos
terroristas de distinto calado, tras haberse asegurado el control de los pozos
de petróleo y oleoductos; ahora -por atentados que se han atribuido un grupo
terrorista de Yemen- pretende declarar la guerra a Irán enviando tropas a
Arabia Saudí tras haber boicoteado pozos iraníes logrando hacerse temporalmente
con todo el negocio mundial de crudo en Arabia hasta que Irán reparó sus pozos
y volvió al mercado, haciendo descender el precio del crudo encarecido por
Arabia) y cómo no, a nivel “local”, a través del peligroso juego a costa del
Medio Ambiente. Por esta sucia manera de manipular a la población, hoy me
apetece poner el foco de atención en él, ea. Va por ustedes.
Ya en muchas entradas de este blog he venido señalando la gran Leyenda
Negra sobre el Imperio Español que los anglosajones (británicos y norteamericanos
por igual) han venido tejiendo con grandes falacias que en ocasiones eran
simplemente acciones hechas por los anglosajones y atribuidas a los españoles, y en otras
muchas veces hacían honor a la sentencia bíblica “ve la paja en el ojo ajeno y
no la viga en el propio”. Pues bien, creo necesario hoy y ahora acudir por unos
momentos a la magnífica carta que el Gran Jefe indio de Seattle, Noah Sealth,
de los tribu Suwamish, envió en 1855 “al gran Jefe de Washington”, Franklin
Pierce, el presidente de turno de los Estados Unidos, pretendiendo adquirir sus
tierras nativas y recluirlos en una árida reserva india para que malvivieran
allí. Tomaré tan solo unos párrafos de ésta que merecen volver ser de nuevo
recordados:
‹‹El gran jefe de Washington envió palabra de
que desea comprar nuestra tierra. El gran jefe también nos envió palabras de
amistad y buenos deseos. Esto es muy amable de su parte, desde que nosotros
sabemos que tiene poca necesidad de nuestra amistad en reciprocidad. Pero
nosotros consideramos su oferta; sabemos que de no hacerlo así el hombre blanco
puede venir con pistolas a quitarnos nuestra tierra. (…)
¿Cómo intentar comprar o vender el cielo, el
calor de la tierra? La idea nos resulta extraña. Ya que nosotros no poseemos la
frescura del aire o el destello del agua. ¿Cómo pueden comprarnos esto? Lo
decidiremos a tiempo. Cada pedazo de esta tierra es sagrado para mi gente. Cada
aguja brillante de pino, cada ribera arenosa, cada niebla en las maderas
oscuras, cada claridad y zumbido del insecto es sacro en la memoria y vivencias
de mi gente.
Sabemos que el hombre blanco no entiende
nuestras razones. Una porción de muestra tierra es lo mismo para él, que la
siguiente (…)
Consideraremos vuestra oferta de comprar
nuestras tierras. Si decidimos aceptarla, pondré una condición: que el hombre
blanco deberá tratar a los animales de estas tierras como hermanos. Soy un
salvaje y no comprendo otro modo de conducta. He visto miles de búfalos
pudriéndose sobre las praderas, abandonados allí por el hombre blanco que les
disparó desde un tren en marcha. Soy un salvaje y no comprendo cómo el humeante
caballo de vapor puede ser más importante que el búfalo al que sólo matamos
para poder vivir. ¿Qué es el hombre sin los animales? Si todos los animales
hubiesen desaparecido, el hombre moriría de una gran soledad de espíritu. Cualquier
cosa que les pase a los animales le pasará también al hombre. Todos los seres
están relacionados. Cualquier cosa que acontezca a la tierra acontecerá también
a sus hijos. (…)
Nuestros hijos han visto a sus padres
humillarse por la defensa. Nuestros guerreros han sentido vergüenza, y han
cambiado sus días a la ociosidad, y contaminan sus cuerpos con dulce comida y
bebida. Importa poco donde pasaremos el resto de nuestros días - no somos
demasiados.››
Tristemente, hoy el contenido de
esta carta es más verdadero que nunca pues el Gran Jefe del Hombre Blanco, Donald Trump,
se niega a reconocer el cambio climático, como también le imita el presidente
brasileño que autoriza a que arda el Amazonas para malvenderlo a empresas
mineras, petroleras y otras menos conocidas como la omnipresente Mc Donalds,
que se abastece de las cabezas de ganado que pacen en las tierras taladas
ganadas al Amazonas (entre otras zonas).
Para leer la noticia, picar aquí.
Y hoy, más que nunca, las palabras de este Gran Jefe Indio son más
ciertas que nunca, cuando profetizó:
‹‹Sólo
después de que hayáis talado el último árbol. Sólo después de que el último
río haya sido envenenado. Sólo después de que hayáis pescado el último pez. Sólo
entonces descubrirás que el dinero no se puede comer. (…)
Sabemos que el hombre blanco no entiende
nuestras razones. Sabemos que el hombre blanco no comprende nuestra manera de
ser. Le da lo mismo un pedazo de tierra que el otro porque él es un extraño que
llega en la noche a sacar de la tierra lo que necesita. La tierra no es su
hermana sino su enemigo. Cuando la ha conquistado la abandona y sigue su
camino. Deja detrás de él las sepulturas de sus padres sin que le importe.
Despoja de la tierra a sus hijos sin que le importe. Olvida tanto la sepultura
de su padre como el lugar en que nació su hijo. Trata a su madre, la tierra, y
a su hermano el cielo, como si fuesen cosas que se pueden comprar, saquear y
vender, como si fuesen corderos y cuentas de vidrio. Su insaciable apetito
devorará la tierra y dejará tras sí sólo un desierto.
La sola vista de sus ciudades, llenas de
pánico los ojos del piel roja. Pero quizá esto es porque el piel roja es un
"salvaje” y no entiende... No existe un lugar pacífico en las ciudades del
hombre blanco. Ningún lugar para oír las hojas de la primavera o el susurro del
vuelo de los insectos. Pero quizá porque yo soy un salvaje no logro
comprenderlo, el repiquetear parece que insulta los oídos ¿Y qué vivir, si el
hombre no puede oír el adorable lamento del chotacabras o el argumento de las
ranas alrededor de una charca en la noche? (…)
Aún el hombre blanco, cuyo Dios se pasea con
él y conversa con él -de amigo a amigo no puede estar exento del destino
común-. Quizá seamos hermanos, después de todo. Lo veremos. Sabemos algo que el
hombre blanco descubrirá algún día: que nuestro Dios es su mismo Dios. Ahora
pensáis quizá que sois dueño de nuestras tierras; pero no podéis serlo. El es
el Dios de la humanidad y Su compasión es igual para el hombre blanco. Esta
tierra es preciosa para Él y el causarle daño significa mostrar desprecio hacia
su Creador. Los hombres blancos también pasarán, tal vez antes que las demás
tribus. Si contamináis vuestra cama, moriréis alguna noche sofocados por
vuestros propios desperdicios. Pero aún en vuestra hora final os sentiréis
iluminados por la idea de que Dios os trajo a estas tierras y os dio el dominio
sobre ellas y sobre el hombre de piel roja con algún propósito especial. Tal
destino es un misterio para nosotros porque no comprendemos lo que será cuando
los búfalos hayan sido exterminados, cuando los caballos salvajes hayan sido
domados, cuando los recónditos rincones de los bosques exhalen el olor a muchos
hombres y cuando la vista hacia las verdes colinas esté cerrada por un enjambre
de alambres parlantes. ¿Dónde está el espeso bosque? Desapareció. ¿Dónde está
el águila? Desapareció.
Así termina la vida y comienza la
supervivencia....››
Para leer la
noticia completa, picar aquí.
Actualmente parece existir gran
concienciación entre los jóvenes de todo el mundo que arrastran a sus mayores a
cuidar más el medio. Pero siento decir que todo es mera manipulación, de esta
manera el ciudadano de a pie pagará pulcramente sus impuestos “verdes” tales como
tasas contra el Diesel y la Gasolina, subidas en billetes de aviones
turísticos, tasas para que les retiren los electrodomésticos para ser
reciclados… sin pararse a ver que las grandes petroleras compran toda patente
que surge de coches ecológicos alternativos, a fin de evitar su producción de
forma que se siga usando combustibles fósiles, que los cruceros que están de
moda contaminan más que muchas ciudades, que los presidentes (entre ellos, los
nuestros se llevan la palma, con sus vicios por el Falcon) de los países
contaminan en sus desplazamientos como más de mil de sus conciudadanos... o del absurdo de tener que pagar para que nos retiren los electrodomésticos y coches contaminantes cuando precisamente debería ser un servicio gratuito o que dejara dinero o descuentos al entregarlo, para favorecer que se reciclen en lugar de abandonarse en cualquier descampado.
Y de esta manera llegamos a la mayor mentira de nuestro tiempo: el coche eléctrico. ¿Pretenden las grandes potencias sustituir la dependencia que cada ciudadano tiene por el petróleo y el gas, a cambio de depender de las baterías de estos coches, fabricadas por unas pocas empresas que explotan a los países del Tercer Mundo donde extraen la materia prima por calderilla, obteniendo miles de millones de dólares y euros?. Es un negocio redondo. Y ¿cómo impulsar definitivamente este convencimiento de los miles de millones de seres humanos del planeta por adquirir un coche eléctrico, dado que la imagen de los gatitos no a todos enternece? Pues usando la imagen de una tierna e inocente niña rubita, con sus trencitas incluida (la imagen de Heidi o Hello Kitty ya tenía copyright), y tan preocupada por el planeta Tierra que decide saltarse una clase para ir a protestar en silencio, con un cartelito hecho por ella, un frío día de invierno, ante la sede de los poderosos. ¿No enternece esto a nadie? ¿¿O de verdad alguien se cree que una estudiante cualquiera es capaz de saltar a las redes sociales y televisiones de todo el mundo, de ir a leer un comunicado en la mismísima sede de las Naciones Unidas, de permitirse estar presente en manifestaciones de medio mundo, o de disponer de un velero para zarpar de Plymouth (SE Gran Bretaña) y llegar a Nueva York (Norteamérica) ella solita y con tan solo 16 años, por haber pintado en un trozo de cartón un bonito cartelito??. Ojo, no digo que esta niña sueca, Greta Thunberg, no tenga sus principios, convicciones e ideales, lo que digo es que millonarios empresarios que ven el tema una ocasión para lograr ingentes millonadas de dinero en todo tipo de divisas utilice a esta niña para acaparar el mercado del rentable negocio del Medio Ambiente.
Y de esta manera llegamos a la mayor mentira de nuestro tiempo: el coche eléctrico. ¿Pretenden las grandes potencias sustituir la dependencia que cada ciudadano tiene por el petróleo y el gas, a cambio de depender de las baterías de estos coches, fabricadas por unas pocas empresas que explotan a los países del Tercer Mundo donde extraen la materia prima por calderilla, obteniendo miles de millones de dólares y euros?. Es un negocio redondo. Y ¿cómo impulsar definitivamente este convencimiento de los miles de millones de seres humanos del planeta por adquirir un coche eléctrico, dado que la imagen de los gatitos no a todos enternece? Pues usando la imagen de una tierna e inocente niña rubita, con sus trencitas incluida (la imagen de Heidi o Hello Kitty ya tenía copyright), y tan preocupada por el planeta Tierra que decide saltarse una clase para ir a protestar en silencio, con un cartelito hecho por ella, un frío día de invierno, ante la sede de los poderosos. ¿No enternece esto a nadie? ¿¿O de verdad alguien se cree que una estudiante cualquiera es capaz de saltar a las redes sociales y televisiones de todo el mundo, de ir a leer un comunicado en la mismísima sede de las Naciones Unidas, de permitirse estar presente en manifestaciones de medio mundo, o de disponer de un velero para zarpar de Plymouth (SE Gran Bretaña) y llegar a Nueva York (Norteamérica) ella solita y con tan solo 16 años, por haber pintado en un trozo de cartón un bonito cartelito??. Ojo, no digo que esta niña sueca, Greta Thunberg, no tenga sus principios, convicciones e ideales, lo que digo es que millonarios empresarios que ven el tema una ocasión para lograr ingentes millonadas de dinero en todo tipo de divisas utilice a esta niña para acaparar el mercado del rentable negocio del Medio Ambiente.
¿Realmente debemos creer que con
el avance tecnológico tan increíble que estamos experimentando en las últimas décadas, no se puede
hacer ningún motor que no haga depender de la factura telefónica, o de tener
que construir miles de presas o centrales nucleares para producir la gran
demanda de electricidad que se requerirá en todo el planeta?, recordemos cómo
en la película Regreso al Futuro se usaba agua o cáscara de plátano como
combustible del coche.
Lo triste es que esta
observación debemos extenderla a todos los niveles. Por ejemplo, algo que me
vengo cuestionando desde hace un tiempo, si se usan tan masivamente las
toallitas higiénicas que grandes áreas del Mediterráneo comienzan a estar
tapizadas de ellas por una deficiente gestión de los residuos urbanos, ¿no
podría instalarse un contenedor para recogerlas y reciclarlas para la industria
textil?. De hecho con toallitas similares, las toallitas atrapacolores para
usar en cada lavado y evitar que la ropa destiña en la lavadora, cosiéndolas en
mis ratos libres tras haberlas usado, he hecho una curiosa mantita a mi perro.
Y es resistente. Bien podrían hacerse blusas, pantalones o mochilas.
Porque la racionalidad, en el mundo actual, brilla por su ausencia ¿o
es que nadie se ha planteado por qué razón la mayor huerta de verduras y frutas
de toda Europa se encuentra en las zonas más desérticas y con mayor déficit de
agua dulce de todo éste continente (Almería, Murcia y Levante)?.
Por no hablar de los plásticos,
que a pesar de todos los avisos, aunque pagando aún se pueden adquirir bolsas
de plástico en cualquier comercio, los productos siguen vendiéndose con cientos
de variedades de este material y, eso sí, las grandes marcas de ropa se han
apresurado a añadir en sus campañas de otoño que disponen de diversas líneas de
ropa con cierto porcentaje de plástico reciclado. Y digo yo, ¿qué fue de
aquella fabulosa noticia que hablaba de ciertos microorganismos que se
alimentaban del plástico y lo degradaban? ¿Por qué lejos de darse prioridad
absoluta a un sistema que multiplique masivamente a estos microorganismos y los
instale en una nueva planta de reciclaje de plástico, se ha optado por ocultar
la noticia y hacerla caer en el olvido???....Posiblemente que los plásticos se
obtengan del petróleo (British Petroleum o BP, las compañías norteamericanas y
saudíes, o la “española” Repsol y lo pongo entre comillas pues el 52% de la
empresa pertenece a fondos de inversión mayormente norteamericanos), o porque
uno de los negocios más rentables del gigante chino sea el reciclar el plástico
de Europa y otros países para reintroducirlo en forma de plásticos de peores
calidad y cargados de colorantes y otros elementos tóxicos, en países de todo
el mundo donde tenga bazares multistore (bricolaje, menaje, papelería, etc).
Pero claro, para realmente dejar
de ser meras ovejas adiestradas a comprar por toneladas objetos que no
necesitamos, o que tenemos con creces (entiéndase todo al mundo absurdo e irresponsable creado
en torno a las tendencias de moda, accesorios denominados absurdamente “must it”
o “debes tener”, y demás complementos totalmente prescindibles que mueven miles
de millones, requieren cientos de recursos y productos más o menos
contaminantes y son usados por sus portadores a modo de distinción de otros
semejantes, mirándoles por encima del hombro o humillándolos por no ir a la
última… qué peligro el de las dañinas redes sociales que vuelven al ser humano
estúpido, mientras devora programas de cotilleo de terceros que me son
totalmente indiferentes, allá cada uno con su vida, o los observa como animales
enjaulados haciendo todo tipo de cosas incluso las más inmorales con tal de
lograr votos y dinero; patética esta sociedad). Como dijo cierto filósofo (y en
el inculto mundo actual se atribuye a Mafalda o a Groucho Marx), ‹‹que
se pare el mundo, que me bajo››, que mientras prosigue con tantísimos
valores y necesidades superfluas, yo estaré siguiendo la máxima de Martin
Luther King: ‹‹si supiera que el mundo se
acaba mañana, yo hoy todavía plantaría un árbol››.
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