Como lo prometido es deuda, en este
último artículo sobre lugares de inmersión en España quiero hablar sobre las
costas del norte español. Antes debo explicar que tratar en esa parte GALICIA como si toda la región estuviera bañada
por el Mar Cantábrico no es correcto. Justifico esta decisión para no dividir
el gran litoral gallego, que con más de 1500 km de costa (144 en Lugo, 956 en
La Coruña y 400 en Pontevedra) sin contar
las islas e islotes que se esparcen frente a la costa gallega, conforma
una costa singular a dos mares, con multitud de entrantes y salientes, muy
escarpada, en la que destacan grandes rías que fracturan la costa creando
playas arenosas y hermosos y abruptos cabos como el de Estaca de Bares, que marca
el límite entre el océano Atlántico y el mar Cantábrico, o el cabo Ortegal
junto a los acantilados de Teixido que invita a una inmersión experimentada en
profundidad o por paredes y grutas, al igual que en el cabo Prior al norte de
Ferrol (no llega ser el promontorio más al norte, ese honor le corresponde al
de Estaca de Bares).
En la punta de San Adrián, cerca
de Malpica, se puede bucear entre islotes y ya en Malpica se puede hacer un
buceo de esnórquel. La ría de Betanzos muestra playas arenosas con golfos. Al
sur de la ría de Camariñas está el cabo Touriñán, al que le corresponde ser el
punto más occidental de la comunidad, sin olvidar el cabo de Finisterre, que
fue el fin de la tierra para los romanos (Finis
Terrae). Muchos pecios que no pudieron con las fuertes corrientes, el
terrible viento y las impetuosas tormentas que acercaron fatalmente a muchos navíos
al alcance de sus islotes, descansan por sus costas. No en vano estamos
hablando de La Costa de la Muerte. La
inmersión allí en general es peligrosa por los motivos señalados. Se aconseja
el buceo más al norte, en la zona de Malpica o Mugía,y si se desea por paredes
se debe acudir más al sur, a la Playa de Acoradoiro.
También las amplias rías gallegas
son buenos accidentes geográficos para formar playas arenosas, algunas con
dunas, que invitan al esnórquel. Hay muchas y están divididas en Rías Altas y Rías
Bajas, según estén al norte o al sur del cabo de Finisterre, respectivamente.
En las Rías Altas, la de Ribadeo, donde
la desembocadura del río Eo marca la frontera con Asturias, el Faro de Isla
Pancha ofrece un paisaje de ensueño. En esta zona, si el mar lo permite, se
puede hacer un buceo de esnórquel entre islotes o por las playas arenosas de la
desembocadura de la ría. Ocurre lo mismo en la ría de Ortigueira, en que la que
su amplio trazado interior da mucho juego, al igual que la ría de Ferrol, en
donde se puede bucear por paredes en la costa que rodea el castillo de San
Felipe. En la ría de Foz, frente a San Cosme se forma una especie de lago
protegido que invita al buceo de iniciación. En la bahía que forma la ría de
Viveiro se puede hacer esnórquel entre
rocas en la zona de Covas. Buen lugar para bucear es también la zona de Burela
y la de Foz.
Las Rías Bajas son de mayor
extensión, todas mueren en el Atlántico y sus múltiples bahías y recovecos dan
buenas posibilidades para el buceo. En las de Muro y Noya existen hermosas
playas y zonas escarpadas, como en los alrededores de Esteiro. En el bajo de “As Rouxas” se puede realizar una
inmersión de profundidad entre enormes rocas y cuevas a profundidades de entre 6
y 14 m, con buena visibilidad; el buceo por los fondos arenosos se hace sobre
un jardín de gorgonias entre una rica fauna marina. La Ría de
Arousa es la más grande de las rías gallegas. Se desplaza al norte con la
Sierra del Barbanza, lo que permite el buceo por una costa rocosa derivada de
la mencionada cadena montañosa. Junto a la isla de Arousa se puede realizar
inmersión por los paisajes submarinos más impresionantes de toda la costa
gallega, nadando entre grandes bancos de bivalvos, sobre todo cerca del puerto
de Ribeira. Son aguas extremadamente ricas, con multitudinarias granjas de
mejillones y gran variedad de fauna marina, martín pescador, esponjas, abanicos
de mar, crustáceos, equinodermos y tunicados. Se puede realizar inmersión de
profundidad al este del Faro de Punta Cabalo. Al otro lado de la isla de Arousa
nos encontramos con la isla de Rúa, un montículo granítico que surge desde 30 m
de profundidad y es una zona interesante para hacer diferentes variedades de
buceo, si bien hay que tener en cuenta las corrientes marinas. En la Barra de
Rúa se puede bucear en medio de una rica fauna marina de roca. Cuando desde la
superficie se realiza una inmersión por las laderas hasta el fondo, se
encuentran pequeñas grutas y grietas con muchos crustáceos y hermosos
contraluces. En la parte oriental de la isla podemos bucear por enormes rocas
con diferentes formas, entre las que destaca una enorme losa granítica colocada
sobre tres rocas análogo a un bello monumento megalítico (El Dolmen). Cerca podemos visitar a la “Estrella de Honduras” (Luidia ciliaris), una gran estrella de
mar de siete brazos con dimensiones próximas a los 60 cm de diámetro. También
se admite este tipo de buceo en la profunda Ría de Vigo. En las Rías Bajas es
fácil avistar cetáceos, sobre todo en cabo Sillero o cabo Home; también en San
Simón Bayona o en Cala. Frente a su
desembocadura están las Islas Cíes, en el “Parque Natural de las Islas Atlánticas”,
que es el lugar de referencia de inmersión en Galicia.
Sus
frías aguas encierran una fauna marina propia y unos fondos limpios y rocosos
donde abunda el centollo, el pulpo, el rodaballo, el lenguado, el erizo de mar…
y, si hay suerte, delfines; por sus costas se permite el esnórquel, donde se verán
mejillones, bígaros, o camarones, entre otras especies. Si se pretende bucear
por los fondos se aconseja siempre el traje de neopreno y la botella de buceo; la
mejor fecha es el verano y las inmersiones se pueden ampliar a las otras islas
del parque, como los archipiélagos de Cortegada, Sálvora y Ons, frente a la
salida de la Ría de Pontevedra. Una de las mejores inmersiones en esta ría se
puede realizar en A Fenda, integrado por un pasillo que
formaron piedras desprendidas del acantilado y que tienen sus paredes saturadas
de percebes. Si lo que deseas es iniciarte en este deporte, a la salida de esta
ría tienes el lugar ideal en la Playa de Lagos. Cerca de ella, en la Punta Centoleira, se puede
realizar inmersión por acantilados.
Si
se trata de bucear por pecios, estamos en una de las mejores zonas. Son muchos
los historiadores que señalan que allí está el cementerio naval más grande de
Europa, dicen que hay más de 300 barcos hundidos de interés, aunque la cifra
total es mucho más del triple, señalemos algunos. Cerca de Vigo se puede bucear por
el pesquero vasco de 40 m de eslora “Achondo”, hundido en 1986 tras encallar
contra los bajos conocidos como “La Negra”.
Se encuentra tumbado sobre su costado de babor entre 24 y 38 m de
profundidad. Se puede visitar la
cubierta, los mástiles, la sala de máquinas y el castillo de popa, entre
congrios. En las Islas Estelas descansa
a 13 m el pesquero “Antártida”, al que una fuerte marea lo lanzó en 1987 contra el bajo de los
Carallones; se puede visitar este pecio en buen estado en una inmersión fácil. También
en la Ría de Vigo, entre la isla de San Simón y el Puente de la Modernidad, se
encuentran sumergidos los “Galeones de Rande” (19 galeones españoles de la
flota de Indias, escoltados por 22 buques franceses) como resultado de la
batalla contra una flota anglo-holandesa en 1702. Reposan emblemáticos galeones
como el “Santísima Trinidad” y buques franceses como el “Solide” o el “Le
Fort”, entre otros, a profundidades de entre 3 y 26 metros. Se necesita permiso
de buceo. Cerca reposan las fragatas francesas “Hermine”y “Malicieuse”, hundidas
en 1781 en plena “Guerra de los seis años”
en enfrentamiento con navíos ingleses. Hay también tres submarinos U-BOOT
(U-134, U-506 y el U-523) que tomaban como refugio la Ría de Vigo, hundidos
durante la Segunda Guerra Mundial, por los aliados. Se encuentran a gran
profundidad. En la localidad de Playa Major, Poncorvo, se puede bucear por el
carguero panameño de 110 m de eslora “Afroditi P”, encallado en 1982 en la boca
de la Ría de Pontevedra a una profundidad máxima de 15 metros entre centollos y
bancos de fanecas. Una inmersión interesante es a los “Barcos Corsarios de
Drake”. Tras el saqueo de Vigo en 1589 por una flota inglesa al mando del pirata,
les sorprendió un fuerte temporal del sur que hizo que dos de sus barcos
encallaran en la costa frente a Cangas do Morrazo. Los lugareños los
incendiaron para evitar su reflotamiento. Hundidos a 12 m, sólo quedan dos
grupos de dos cañones. Los restos han sido expoliados. Cerca se puede bucear
por la patrullera francesa “Barsac” que, en 1940, en plena II Guerra Mundial
intentó apresar a mercantes alemanes fondeados en esta zona. La niebla hizo que
chocara contra la costa y se hundiera rápidamente llevándose 18 vidas. Los
restos están a una profundidad de 8 m. En la isla de Sálvora, Ría Arosa, se
puede bucear por el mercante carbonero “Alejandro”, de 50 m, hundido en 1961 a
una profundidad de 38 m. El pecio está intacto y es el hogar de bogavantes, centollas,
nécoras, fanecas y congrios. Cerca de la Ría de La Coruña, a una profundidad de
91 m, se encuentra el carguero holandés “Anna”, de 50 m, hundido en 1969 cuando
hacía la ruta de Teignmouth (Inglaterra) a Génova (Italia), transportando 900 toneladas
de porcelana china en polvo. Una tempestad lo volcó y yace tumbado sobre el
costado de estribor. En la Ría de Arousa descansa el carguero de 47 m de eslora
“Aries” que se hundió en 1977 a 24 m cuando volvía de cargar mármol del Puerto
de Garrucha (Almería). El mal tiempo causó problemas en el timón y lo hizo
encallar en Las Lobeiras (Costa Carnota). Admite un buceo fácil. Otro pecio
ilustre es el crucero ligero español de 140 m, “Blas de Lezo” que, en 1932, en
unas maniobras navales frente a Finisterre, chocó con una de las dos agujas, no
marcadas entonces, del bajío de O´Centolo, partiéndose la quilla. Yace a 76
metros de profundidad encajado entre dos enormes promontorios rocosos. Se
mantiene de una pieza, con su otrora orgullosa artillería (cañones, ametralladoras,
baterías lanzatorpedos) deteriorada. Cerca está el crucero acorazado español de
106 m “Cardenal Cisneros”, que durante unas maniobras en las Rías Gallegas en
1905 chocó con un escollo no cartografiado de los bajos de Meixidos (El Ferrol),
que produjo un desgarro de 60 metros por las salas de calderas y de máquinas.
Yace a 70 metros de profundidad entre grandes promontorios rocosos. Al oeste de Cabo Prioriño Grande yace desde 1913 el
carguero a vapor austro-húngaro “Clara Camus”, que encalló por el mal tiempo cerca
del Cabo Villano. Muy cerca reposa el
mercante sueco “Thangoy”, hundido en 1953 por el mismo motivo y a la misma
profundidad de 65 m. En
los bajíos del Cabo Corrubedo se hundió a 55 m, en 1895, el trasatlántico
francés de vela y vapor de 100 m de eslora “Don Pedro” que transportaba
emigrantes a América, llevándose 89 vidas de las 130 personas que iban a bordo.
Frente a la Ría de Viveiro, tras encallar en Los Bajos Delgados, cerca del Cabo Prior, en 1977, descansa a 45 m
de profundidad el mercante “Galdstar” que transportaba 950 toneladas de bórax
desde Rotterdam a Barcelona. Cerca está el pesquero “Hermanos José Alvarez”
hundido voluntariamente en 2002 a 20 m de profundidad para promover el turismo
submarino en la zona. En la Isla de Ons, frente a la Ría de Pontevedra,
descansa el pesquero “Cordero González” hundido a 26 m tras una colisión en
1975. Cerca reposa el submarino español “General Mola” (Archimede, regalo de Mussolini). Se hundió a 8 m en 1959 cuando se
rompió el cabo de remolque que lo transportaba para desguace. Cerca del Puerto
de La Coruña se hundió en 1992 el Petrolero de bandera griega “Mar Egeo”, que
procedente del Mar del Norte transportaba 79.081 toneladas de petróleo a la
refinería de Repsol en La Coruña, de las que vertió al mar unas 67.000. Por
culpa de una maniobra incorrecta o de un golpe de mar, según el capitán,
colisionó contra los bajos rocosos de las Xacentes y encalla frente al faro de
la Torre de Hércules, partiéndose en dos secciones. Los restos hundidos están
repartidos por la costa que rodea la Torre.
La inmersión en ASTURIAS viene obligada por las
características abruptas y accidentadas de sus costas, que hacen que a poca
distancia exista mucha profundidad, lo que conduce a practicar un buceo
experimentado. Uno de los sitios más populares está cerca del Faro de Vidio y
se puede iniciar el buceo desde el mismo puerto de Oviñana, donde un camino te
señala la senda a seguir y en la que descubrirás una enorme variedad de fauna
marina. En la región de Cudillero, con acceso más difícil, se puede realizar un
buceo de profundidad en la Playa del Silencio. En aquellos fondos marinos
puedes asistir a un hermoso espectáculo de colores gracias a la diversidad de
pigmentos que hay en las algas. El Cabo de Peñas es otro de los lugares
elegidos, aunque en esta zona el Cantábrico muestra su cara más brava. El buceo
hay que hacerlo desde una barca y es alrededor del islote de Erbosa donde
puedes encontrar más novedades en el fondo del mar. En la zona oriental, se
pueden realizar inmersiones de profundidad desde Llanes hasta Cantabria. Sobre
todo entre el Castrón de Santiuste y los islotes de Pesúes. En los acantilados
de San Emeterio se puede hacer una inmersión muy interesante entre el entramado
existente de galerías y cuevas marinas que los conforman.
También
aquí es interesante el buceo por pecios. Cerca del
Cabo de Peñas reposa el carguero británico con bandera de Hong-Kong y
tripulación india, de 86 m de eslora, el “Stanley Bay”, que trasportaba desde
Dublín 5.280 Tm de cinc para la empresa Asturiana
del Zinc. En 1986 un fuerte
temporal, la temible galerna, desplazó la carga llevándose a 14 de sus 17
tripulantes al fondo del mar. Está hundido a más de 75 m de profundidad, muy
cerca del bulkcarrier vasco “Luchiana”,
hundido la semana anterior, y del pesquero, de 35 m “Santa Ana”, hundido
en marzo de 2014 al encallar contra las rocas de la Isla de Erbosa. Esta
tragedia se debió a un error humano; en esa madrugada el barco navegaba con el
piloto automático mientras dormía la tripulación. De los nueve tripulantes,
entre los que había un estudiante en prácticas del Ciclo Formativo de Náutica,
solo se salvó el patrón del barco, al que encontró el pesquero “Maresco”. Cerca de Ribadesella, al
nordeste, descansa el mercante “Luchana” de 144 m de eslora; transportaba 5500
Tm de pirita desde Vizcaya a Turquía en 1992 cuando un fuerte temporal produjo
un desplazamiento de la carga, hundiéndose. Descansa a una profundidad media de
55 m. transformado en un arrecife colonizado por actinias naranjas y anémonas
que forman el hogar de cientos de peces.; es una inmersión difícil. Frente a la Ría del Eo, entre la playa de Arnao y el cabo de la Punta da
Cruz (en Castropol), yacen los restos de las fragatas españolas “El Galgo de
Andalucía” y el “San Francisco”, hundidas en 1719 cuando los ingleses atacaron
la ría y, al encontrarse rodeados, las hundieron para evitar que cayesen en
manos enemigas; sólo se conservan los cañones con las bolas de munición, y las vajillas.
A
3 km del Puerto de Llanes, cerca de Los
Palos de Poo, descansa a 35 m de profundidad el carguero de la Compañía
Vasco Asturiana “Pedrosa”, hundido en abril de 1905 cuando realizaba la
travesía Bilbao - Avilés. Una vía de agua fue la causa del hundimiento; está
muy deteriorado y se pueden visitar las calderas y otros restos desperdigados,
repletos de congrios y bogavantes. También en
esta costa hay hundidos varios submarinos republicanos. El “C-6” sufrió graves
averías, en octubre de 1937, tras un bombardeo nacional al puerto de El Musel. Está
hundido cerca del Cabo Peñas a gran profundidad. El submarino “C-5” fue hundido
en 1936 frente a Ribadesella por enfrentamiento con buques nacionales. El “B-6”
tuvo un enfrentamiento con el destructor nacional “Velasco” y con un remolcador
armado, quedando bastante deteriorado. Para evitar que cayera en manos
nacionales, tras la salida de la tripulación, el mecánico se hundió con él frente
al Cabo de Peñas.
En una de esas visitas afortunadas, en el Museo de la
bella localidad de Luanco (Asturias), coincidí con dos buenas exposiciones: “¡Tierra!
El descubrimiento de América” (en la imagen, destacada, la enigmática firma de
Cristóbal Colón, que ha dado lugar a todo tipo de interpretaciones) y “Blas de
Lezo, el valor de mediohombre”. Callejeando por las calles, en una tienda de
ropa muy juvenil, la mujer que la regentaba, encantadora, me dijo algunos
lugares que ver en los alrededores y me regaló un colgante hecho en plata en
forma de sol de un petroglifo de la zona, de artesanía local. ¡Mejor no pudo
ser mi visita!.
La inmersión
en CANTABRIA tiene características
parecidas a la astur. Hay tres lugares interesantes en esta región. En la bahía
de Santander se puede realizar cualquier tipo de buceo; el mejor lugar para
iniciarte o realizar esnórquel es Pedreña, aunque los más eligen la isla de
Mouro, dentro de la bahía, ya en la Reserva Natural. También en Los Arcos en San Vicente de la Barquera,
sus fondos arenosos guardan una interesante vida marina. En Laredo y sus
alrededores se pueden realizar diferentes tipos de buceo, si bien el esnórquel es
el más usual. En Langostero, muy cerca del País Vasco, están la Cueva Lucero y
la Isla Cotonera. Entre las dos existe una zona ideal para el buceo a través de
una especie de pasillos en los que podemos nadar entre langostas y a veces
entre bogavantes.
También en
esta zona se da el buceo por pecios. Una de las inmersiones más profundas y
especializadas es al carguero panameño de 71 m de eslora “Andra”, hundido por
las fuerzas navales franquistas cerca de la bahía de Laredo. Llevaba suministro
inglés a los puertos republicanos del norte. Está a gran profundidad, 85 m, por
lo que se exige una titulación mínima de Trimix Avanzado, y amplia experiencia.
Otro pecio interesante, de
116 m de eslora, es el carguero español “Antártico”, que embarrancó en 1959 al
oeste de Las Quebrantas, a la entrada
de Santander, cuando volvía de Lobito (Angola) transportando 5.000 toneladas de
manganeso. Fue partido en dos por el temporal. Está entre 6 y 8 m de
profundidad, lo que permite una inmersión fácil. Parte de su estructura se
puede ver en bajamar. Otro pecio que exige
una inmersión complicada es el acorazado de 132 m de eslora, “España”, que se
hundió en 1937 al chocar con una mina. Está a 6 km al norte de la isla de
Mouro, frente a la localidad de Galizano, a una profundidad de unos 70 metros. Otro pecio es el mercante “Génova Fierro”, de 65 m de eslora, que hacía
la ruta de Gijón a Bilbao cargado completamente de carbón y se hundió en 1925 al colisionar con el barco “Antonio” que
le abrió una gran vía de agua. Reposa a 55 metros de profundidad a 4 km de La Punta del Pescador. Se rumorea que la
causa real del naufragio fue la imprudencia de los capitanes de ambos barcos, que
eran hermanos y chocaron cuando se acercaron para saludarse. El carguero a
vapor británico “Portugalete”, de 72
m de eslora, se hundió frente a Laredo. Es una inmersión difícil, al estar a 66
m de profundidad. Igual que al carguero
español “Rio Miera”, de 55 m de eslora, que
sufrió una colisión en 1951 y se hundió a 6 km de Cabo Mayor. Está a una profundidades
de entre 38 y 45 metros, en una zona con fuertes corrientes. Junto a él reposa
el carbonero noruego “Scotlan” de 51 m. Se hundió en 1938 cargado con 850
toneladas de pirita, por una fuerte galerna cuando cruzaba la barra de Suances
que le hizo chocar con las rocas del canal y le impidió avanzar más allá del
Cabo Mayor. Está hundido a 48 m.
Imágenes tomadas por mí de Punta
Pancha (Asturias, 1), Museo de la Emigración (Colombres, Asturias, 2; ojo, tan
curiosa es la exposición como magnífico es “la casa del Indiano” en que se
ubica, con bellos detalles decorativos que rezuman masonería encubierta), el
fascinante pueblo de Castro-Urdiales (Cantabria, 3) y detalle de un panel junto
a la talla de la virgen en la iglesia de Guetaria (País Vasco, 4).
El
PAIS VASCO presenta una gran
variedad de playas para todo tipo de buceo. Aunque predomina el esnórquel como
en Zarauz, Bermeo, San Sebastián,
Urdaibai, Ondarroa, Bakio, y tantas más, hay otras, como la de Lemoiz, o las de
Plasencia, Hondarribia y Armintza, que permiten además buceo de profundidad por
fondos arenosos con variada fauna. Si te interesa el buceo por pared, uno de
los mejores sitios es Aspiroz Reef, donde hay una pared vertical de más de 30 m
de profundidad con oquedades y salientes donde puedes nadar por corales. Cerca
está Arriandi, que es una especie de montaña de pizarra sobre un fondo arenoso,
ideal para el buceo fotográfico. Punta Zuri es una montaña acuática de más de
40 m de profundidad y la inmersión aquí es especializada. En el Cabo
Machichaco, situado entre la Reserva de la Biosfera de Urdaibai y el Biotopo
protegido de San Juan de Gaztelugatxe, la inmersión que se realiza es de profundidad.
También se puede realizar buceo por pecios, aunque aquí están en aguas más
profundas, con inmersión difícil. El más visitado es el pecio “Mina Mari”,
que se encuentra a poco más de 30 m
de profundidad junto al cabo Machichaco. Está partido en dos y
ahora es el refugio para variados peces como congrios y peces luna. Hay otros
pecios cercanos, como una patrullera alemana y otro que se cree es el “Nabarra”
pero a más profundidad. Entre Punta Lucero y la Playa de Somorrostro, en
Vizcaya, está hundida a algo más de 25 m la gabarra “Serate III”, que
transportaba hierro de las minas de los montes de Triano y está muy
deteriorado. Frente al superpuerto de Punta Lucero de Ciérvana está, partido en
tres partes, el carguero de 82 m, “Diana Uno”, hundido en 2004 cuando la marea
lo lanzó contra los cubos de hormigón del rompeolas. Es una inmersión fácil ya
que descansa a una profundidad de entre 10 y 30 m.
Me agrada que le haya servido la información que le proporcioné. Saludos
ResponderEliminarGracias por su comentario, Sra. Gutiérrez, aunque me desconcierta. Si se refiere a su comentario en la última entrada de hundimientos, centrados en el sur de España, ¿De verdad cree que decirme que Pontevedra y parte de la Coruña está bañada por el Atlántico y mencionar la costa de la Muerte es aportar información usada en mi entrada?. La verdad que bien cierto es que el que no se contenta es porque no quiere. Un saludo.
EliminarNos ha gustado su trabajo Valeria, nos agrada que tenga tan buen conocimiento de nuestras costas. Excelente trabajo.
ResponderEliminarGracias por su comentario, Sr. Rodri. Le agradezco su satisfacción, no en vano para mí las costas gallegas siempre han tenido un encanto especial (y admito mi debilidad por el faro Vilán). Saludos.
EliminarLaborioso trabajo y gran conocimiento de las costas, el que expone y el que se prevé. Cita usted los mejores sitios de nuestra costa provincial, aunque posiblemente le haya faltado profundizar en algunos, tarea imposible para tal magnitud de datos y trabajo que, me imagino, estaría restringuido por el espacio.
ResponderEliminarMuy interesante.
Gracias por su comentario, Sr. Candau. Me satisface que haya sido de su agrado, a pesar de que como bien dice he tenido que limitar la información en función del tamaño al que obliga la web. Saludos.
Eliminar¿Siempre s necesita permiso de inmersión para bucear por un barco hundido? ¿a quién se pide?
ResponderEliminarGracias por su comentario, Sr. Rovira. Para bucear por un pecio normalmente se suele solicitar permiso a la comandancia de marina, sobre todo si ha sido un barco de guerra, y en estos casos la respuesta suele ser negativa. Si ha sido un hundimiento voluntario para crear arrecife o un accidente de un transporte de mercancías, o un mercante, o un pesquero…, no suelen ser las normas tan exigentes y se puede bucear por él sin solicitar permiso, a menos que esté en un parque marino natural, en cuyo caso sí necesitará aprobación. Un saludo.
Eliminar¿Veremos algún día lugares interesantes de buceo en Portugal o sus islas?. Saludos
ResponderEliminarGracias por su comentario, Sr. Mendes y le comunico que en breve intentaré hacer un hueco para hablar de la inmersión en algún archipiélago portugués. Un saludo.
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