Con el calor del verano, son varias las amistades que me han
preguntado sobre determinados colgantes o pendientes hechos con diversas
“piedras”, para saber si además de adornar, podrían aportarle algún tipo de
“apoyo” más. Al mandarme una imagen de tal “piedra”, se sorprendían ante mi
respuesta, al decirte que era una falsificación o estaba alterada. Será defecto profesional, pero a su vez a mí
me ha sorprendido que desconocieran que en muchos minerales concretos, el 90 %
si no más de las piezas que se venden en tiendas de bisutería, recuerdos y
souvenirs, e incluso en joyería, son falsificaciones.
Por esto –y por la insistencia de algunas de mis amigas- hoy vamos
a centrarnos en este tema.
Actualmente en muchos lugares del mundo se
oferta un tipo de curación a través de combinar el Reiki (imposición de las
manos, canalizando energía) y la llamada Gemoterapia, aplicando supuestamente
el poder de los minerales en determinados puntos del cuerpo (usando, sin embargo,
minerales artificiales y alterados química o físicamente, con lo cual sus
propiedades son nulas o incluso perjudiciales, a pequeña escala). El Feng Shui,
a la derecha, es una orientación de pensamiento milenaria que se basa
precisamente en el poder de ciertos minerales y rocas, en relación con sus
orientaciones y relación incluso con los astros.
Hay que señalar que a pesar de existir un tipo de terapia que
utiliza determinados cantos rodados combinado con relajación y masajes, o la
que emplea la imposición de diversos minerales sobre distintos puntos del
cuerpo, supuestamente energéticos, denominados Chakras (que aunque existen
tratados orientales centrados desde milenios en trabajar estos puntos que creen
relacionados con distintos órganos vitales del cuerpo e incluso estados
mentales, en España se tachan de charlatanería), debo recordar que la Medicina
Europea o al menos la Española no reconoce ninguna influencia de estos
minerales sobre el cuerpo y mente de la persona que los porta, más allá del efecto
placebo que puedan poseer.
Qué tiempos aquellos en la Universidad,
haciéndome poliedros con papel para lograr apreciar los planos de simetría,
ejes de rotación y demás elementos característicos de cada sistema de los existentes
(sistemas cristalinos y redes de Bravais) y que agrupan a todos los cristales
minerales que existen en nuestro planeta, confiriéndole sus propiedades
particulares.
Esta es la postura oficial, y tenía que decirla; mi opinión
particular, es otra historia. Soy científica, empírica y como tal, me baso en
los fenómenos físicos. Por mi carrera, en más de una asignatura me vi obligada
a estudiar a fondo las estructuras cristalográficas de los minerales, lo que
quiere decir estudiar la posición de cada uno de los átomos que lo componen.
Por ello, que los partidarios de admitir a determinados minerales, ciertas
propiedades, consideren por ejemplo que si se padece algún tipo de
desequilibrio mental (supongamos, se es propenso a las depresiones o a los
estados melancólicos) se le prohíba portar una amatista natural o un cristal de
roca, lo veo de lo más lógico. ¿Por qué? Porque son cristales altamente
conductores, muy energéticos, enfatizando muchísimo por tanto ambos extremos
emocionales, tanto la alegría como la depresión. Insisto, basándonos puramente
en su estructura química y en las propiedades fisicoquímicas del mineral. Y es
que toda la cantidad de personas que tildan este tipo de creencias de mera
superchería, parecen desconocer que todos los microchips y componentes
informáticos de sus tabletas, móviles y ordenadores funcionan precisamente
porque se realizan en materiales ricos en cuarzo, en sílice, debido a sus
propiedades energéticas y conductoras. Y no es algo exclusivo de nuestra edad
tecnológica. ¿Se han preguntado por qué los lugares de apariciones marianas y
fenomenología ovni/luminarias extrañas se dan en lugares ricos en cuarzo o con
fallas tectónicas asociadas a materiales plutónicos (rocas graníticas y
similares, conformadas principalmente por CUARZO, feldespato y micas)?, ¿por
qué el denominado “baño del inca”, cerca de Cuzco en Perú, donde se decía que el cacique inca de
turno se sentaba a reposar “y contactar con sus antepasados” –es decir,
meditar- es parte de una roca con mucho cuarzo, con forma de sillón?. Lo más
curioso es que si prestamos atención a nivel mineralógico encontraremos
numerosas coincidencias con el empleo de determinadas “piedras” en culturas
milenarias de todo el mundo. No puede ser coincidencia. Por cierto que a nivel
anecdótico, me divirtió mucho cuando en Indiana
Jones y la calavera de Cristal, el arqueólogo va a Cuzco…y aparece la
típica imagen de la ciudad de Antigua contemplada desde la colina que luce la
cruz sobre la esfera de piedra (a ver quién explica a Spielberg que Guatemala
anda algo alejada de Perú, para que luego se ponga a hablar de fenómenos
extraños…).
Ojo, no estoy diciendo que efectivamente se puedan usar los
minerales como el que se toma cierta pastilla para curar cualquier malestar,
cada vez que surja. Creo que muchos minerales sí pueden llegar a servir para
propiciar determinados cambios que muchos partidarios del empleo de ellos
defienden, pero también creo que en otros casos hay bastante de placebo dado
que ese mineral es estable o carece de ciertas propiedades físicoquímicas.
Lo más curioso es que, como digo, esta idea de admitir a los
minerales ciertas propiedades sobre las personas que los porten se remonta
posiblemente a tiempos prehistóricos en que no existía aún la moneda como tal y
se intercambiaban productos más o menos exóticos. Ahí comenzaron a darse cuenta
que determinadas “piedras” solían estar implicadas en determinados hechos o
situaciones así que no tardaría alguien en plantear si esa “piedra” pudo haber
tenido algo que ver en los acontecimientos que se sucedieron. Por otra parte,
que los colores influyen en nuestra salud o ánimo es algo que todo el mundo
acaba admitiendo, desde los psiquiatras hasta los modistas y diseñadores.
De esta forma, en la Edad Media comenzaron a surgir recopilaciones
de escritos de sabios de diversos tiempos relacionados con esta creencia de la
influencia de los minerales en las personas. A su vez comenzaba a florecer la
Alquimia, que empleaba todo tipo de sustancias (el 98 % de ellas, de origen
mineral) para obtener diversos compuestos, iniciándose los estudios
petroquímicos de nuestro entorno. Así las cosas y a pesar de la Leyenda Negra
tan intensa que durante centurias ha tratado de eclipsar a todo impulso y avance
procedente del Imperio Español, actualmente se considera que el posiblemente
manuscrito originario de este tipo de tratados se creó en España y se atribuye
al monarca Alfonso X el Sabio (cuyo aporte ya ha sido reconocido mundialmente,
ver aquí). Dicho rey castellano tuvo su Corte Real en la ciudad de Soria, como bien me
mostró el historiador Miguel Moreno. No es casual, ya que esta capital ahora
mera sombra de lo que en su día fue, entonces poseía la segunda mayor judería
de toda la Península Ibérica, además de estar prácticamente en manos de la
orden del Temple, que controlaba todos sus accesos y dieron rienda suelta a su
profundo saber esotérico, el cual no ocultaron en esta ciudad, más bien parece
que se vanagloriaron de él (ver mis entradas en la sección “Soria mística y
guerrera” de la web). Tampoco es casualidad que de esta ciudad surgiera el rey
que reconquistó media Península Ibérica y llevó a cabo la mayor batalla
ocurrida en ella: las Navas de Tolosa, dando el jaque mate al imperio árabe en
Occidente, saliendo victorioso pero falleciendo el Gran Maestre templario de
Castilla, consejero y amigo del monarca. En mis libros “Jesús y otras sombras templarias”, I y II profundizo en todos estos
detalles, así que evitaré dispersarme. Estábamos hablando del Lapidarium de
Alfonso X, que forma parte de la fabulosa biblioteca del esotérico Monasterio
del Escorial (del que también he hablado aquí
y del maestro ocultista, Benito Arias Montano), concretamente con la referencia Ms.l.h.15. Este Lapidarium, cuyo manuscrito
cuenta con 638 figuras policromadas, tiene la virtud de asociar las propiedades
de los minerales con la posición de los astros (incluso es el primer trabajo que atribuye determinados minerales a los diversos zodíacos), algo que por otra parte ha sido
una constante en la tradición Feng Shui oriental, por mucho que otros
“eruditos” europeos continuadores de la leyenda negra contra España quieran
usarlo para desprestigiar el valiosísimo documento (a pesar de que otros
eruditos de la época, como el brujo inglés John Dee, sin ir más lejos, el que
tuvo como un fetiche el espejo de obsidiana que el rey Felipe II regaló a
Isabel I y que actualmente se conserva en el Museo Británico).
El Lapidario de Alfonso X el Sabio es una obra
tan imprescindible en su campo, que la Biblioteca Cervantes ha puesto el manuscrito a
disposición de todo el mundo, a través del enlace que figura si pica aquí, para descargar, hacer clic sobre el icono a la derecha, “documento pdf”.
En el siguiente vídeo -aunque trata
el texto con algo de desprecio (“talismánico”) y falsas frases como “de origen
árabe”, cuando es un compendio de saber ancestral que se remonta a Grecia (a un
tratado de Aristóteles actualmente perdido) y posiblemente al Egipto faraónico,
como el propio vídeo termina admitiendo-, permite visionar la obra, contenido y
valor como primer libro científico de Occidente. Lástima que no fuera inglés,
porque ahora mismo sería archifamoso, habría copias de él por doquier, usándose
sus ilustraciones en paraguas y otros objetos, y sería objeto de miles de
documentales.
En la compilación de los diversos
textos de sabios de la antigüedad colaboraron una amplia variedad de copistas,
traductores e ilustradores, si bien el director de este equipo fue Yehuda ben
Moshe ha-Kohen. La obra, finalizada en 1250,
supuso tal conmoción entre los alquimistas y sabios de la Edad Media
europea que no tardaría en tener su “versión ampliada”, hacia 1276 o 1279.
Posteriormente, muchos otros sabios
trataron de crear su propio Lapidario, con mayor o menor éxito, siguiendo otros
textos, copiando los de la obra de Alfonso X o incluso haciendo pasar por
antiguos textos, escritos personales.
En fin, vistos los antecedentes,
pasemos sin más a tratar algunos minerales y sus propiedades milenariamente
defendidas:
- si
uno desea protegerse de malas energías (por ejemplo, en un lugar de trabajo
asfixiante), envidias o malas relaciones con la pareja o personas de nuestro
entorno, entonces habrá que acudir al llamado “Ojo de Tigre” (un tipo de variedad del cuarzo, podríamos decir que
“gel de sílice”, para no entrar en términos y explicaciones técnicas tediosas,
rico en hierro oxidado y otros elementos, de ahí su coloración parda
amarillenta), a la Malaquita (“los
males quita”, en el Egipto faraónico se las daban a las madres durante el
parto, para que fuera bien; es dióxido de carbonato de cobre II o Cu2CO3(OH)2
que le confiere unas bellísimas coloraciones a base de franjas verdes más
o menos oscuras) o al Jaspe negro (también variedad de "gel de sílice",
empleado milenariamente por guerreros de la talla de Alejandro Magno. Dado que
estos minerales han gozado de gran demanda, actualmente casi el 95 % de los
ejemplares que se venden, son falsos. Del 5 % restante, una gran mayoría tiene
sus propiedades alteradas al ser tallado en una forma geométrica que no era la
que inicialmente presentaba el ejemplar en cuestión.
Youtube posee numerosos vídeos que te enseñan a
hacer tus propias imitaciones de Labradorita o de Ojo de Tigre, entre otros
minerales, con una sustancia maleable similar a la plastilina. En el centro,
“el salón de Malaquita”, del Palacio de Versalles. Por su parte, el jaspe Negro
y el Basalto, en cantos rodados, son usados en diversas terapias por su
facilidad por preservar el calor (falsamente considerado como evidencia de su
poder energético de sanación; recuerdo a mi profesor de Petrología
explicándonos que uno de los minerales más energéticos, los minerales de
Uranio, podrás tenerlos en la mano por días y no te calentará…pero se te caerá
la mano por la acción de la radiactividad).
-
Para todas aquellas personas que trabajen en Cuerpos y Fuerzas de Seguridad y
del Orden (jueces, abogados, policías, militares, vigilantes privados,
guardaespaldas…), sin duda en opinión del Lapidario y de los sabios de la
antigüedad deberían llevar Jaspe Negro
(citada en diversos pasajes de la Biblia, entre ellos como la primera “piedra”
de la muralla de Jerusalén y desde entonces usada en diversos templos para
“limpiar” y sacralizar el recinto sagrado; protege de malas energías y odios,
da valor, templa los nervios, disipa los temores y pesadillas revirtiéndolos en
energías positivas de autoafirmación, ayuda al cuerpo a sanar más rápidamente),
Aguamarina (para hombres de mar,
combatiendo los temores a la incertidumbre, los mareos, fortalece el sistema
nervioso incrementando la felicidad y ayudando a la expresión y el diálogo, por
lo que es también recomendada para los comerciantes y oradores), Andalucita (la “piedra del coraje”,
especialmente indicada para todo aquél que se encuentra al límite de sus
fuerzas energéticas y mentales, ayudando a equilibrarse, combatiendo migrañas y
amnesias leves, de ahí que fuera muy demandada entre los peregrinos del Camino
de Santiago, en su variedad Quiastolita, que parece formar una cruz porque en
realidad son diversos cristales de andalucita unidos por una matriz con
impurezas generalmente de hierro y de ahí que se vea “la cruz” parda o negra)
Comparación de minerales auténticos
(emoti-sonrisa) y falsos (emoti alucinado) de Andalucita, en su variedad
Quiastolita (izda) y aguamarina (dcha).
-Para
estudiantes y opositores, sin duda su mineral es la Fluorita (su energía repercute especialmente en la mente, ayudando
a tener mayor memoria, capacidad para relacionar conceptos y desarrollar
pensamientos profundos, combate la migraña y combate los miedos al hacerlos ver
ilógicos; por desgracia este mineral se usa en muchas ocasiones para, tallado
artificialmente, hacer pasar por otro mineral como la Amatista o la Calcedonia).
Si se va a exponer el trabajo, la Calcedonia
azul (“gel de sílice” que se deposita formando un bandeado entre
transparente, azulado y gris, proviene su nombre de una antigua polis de la
ciudad del Bósforo, Khalkedon; ayuda a templar los nervios, aporta coraje y da
fuerza a la voz) y para aquellas personas que son tan inseguras que tienen
problemas sexuales, pérdida del cabello, de expresión… tipo “el discurso del
rey”, su piedra es la Alejandrita
(curiosamente su nombre deriva del Zar Alejandro, apasionado de este precioso mineral y de sus virtudes para combatir todas estas enfermedades relacionadas con una
personalidad insegura, reequilibrando sus energías y pensamientos y reforzando
su carisma).
Bellos ejemplares de fluorita. Por desgracia, algunos
tallan artificialmente estos cristales para hacerlos pasar por Aguamarina (por
su igual color, izda), o amatista (centro). En otras ocasiones, los hermosos
ejemplares de Fluorita arco iris (dcha) se tallan en forma piramidal, alterando
sus características (dcha).
Dado
que podríamos estar siglos aquí hablando de minerales para según qué malestares
y ejemplos de sus usos en la antigüedad, pasaré
a continuación y para ir concluyendo ya esta entrada, a aclarar algunas
cuestiones que creo importantes.
- Si el lector ha estado atento, he entrecomillado el término Piedra porque geológicamente hablando es totalmente tan inexacta como decir Arena. En realidad la materia inerte natural está compuesta por rocas que a su vez se componen de minerales, y es cada uno de ellos los que se han venido usando por sus propiedades terapéuticas.
- Generalmente suelen confundirse los términos “ágatas” y “calcedonias” para designar a los distintos tipos de “piedras con bandas”. Pues bien, en un equivalente para que se entienda, ágata equivale a decir “gente” y calcedonia designa a Paco o Jacinta, en concreto. Así, podríamos decir que un ágata es una roca compuesta por diferentes bandas de una variedad de cuarzo criptocristalino (“gel de sílice”, simplificando) formado por anhídrido silícico e impurezas que le confieren las diversas tonalidades de las distintas calcedonias. Ahora bien, casi el 98 % de las ágatas que existen en el mercado son artificiales, ya que se emplea la calcedonia más abundante, la gris-azulada (principalmente de India y Brasil) y se tiñe con colores de todo tipo.
Comparación de ágatas originales (las vetas rojas son de la calcedonia roja, también conocida como cornalina o carneola, el mineral distintivo de la realeza de Ur, tal vez el primer imperio del Medio Oriente, entonces Mesopotamia y de Babilonia y posiblemente por ello, mineral favorito de Napoleón Bonaparte; también es muy apreciada por los monjes budistas) y teñidas
artificialmente. De paso he aprovechado para añadir geodas teñidas también de
forma artificial, algo muy común en Marruecos y Túnez entre otros países.
- Hablando de geodas teñidas, si hay un mineral que se lleva el premio por su artificialidad en prácticamente 2 de cada 3 ejemplares que hay en el mercado, después de la Malaquita, es la Amatista. Los mercados están inundados de grandes geodas de todos los tamaños, no precisamente baratas, de amatistas procedentes de Brasil. Su aspecto externo suele ser gris oscuro o negro. Pues bien, que sepan que están comprando una falsificación (en su inmensa mayoría, habrá algún caso que no, como todo en esta vida) ya que o bien son geodas de cuarzo, químicamente tratado (teñido directamente, o por el método del “cocinado”, que dicen los anglosajones: al calentar el cuarzo va pasando por un color transparente a tonos violentas y de ahí a amarillentos cada vez más anaranjados hasta llegar a naranja-caramelo, obteniendo los miles de Cuarzo citrino falso y Cuarzo ahumado falso que inundan las tiendas), o bien son trozos de cristales de amatistas reales, pegados con cemento portman para obtener la forma de una geoda, esto es, de una roca hueca tapizada de cristales). ¿Cómo diferenciarlo antes de ser estafado? Pues si es la geoda, por su parte externa, o bien por la tonalidad de los cristales (de un violeta rabioso) y si se trata de cristales individuales, fíjese en las fracturas y ápice pues es donde suele concentrarse la coloración artificial. En otras ocasiones, si el violeta vibrante forma cristales romboédricos y no prismas como obeliscos, está ante ejemplares posiblemente originales, de Fluorita, no de Amatista.
Comparación de minerales y drusas verdaderas y
falsas de cuarzo amatista y cuarzo citrino (la falsa geoda de citrino se vende
por más de 500 €). Repárese en que los ejemplares tratados presentan colores
más intensos y suelen concentrarse en los ápices y fracturas, mientras que el
resto del cristal permanece blanco o muchísimo más clara.
- Finalmente existe toda una serie de minerales en el mercado que son o bien totalmente artificiales (las “hematites” que venden, de gris metálico), o bien son falsificaciones (las turquesas suelen ser Howlita teñida, o pasta formada por restos de turquesa machacados; el Lapislázuli suele ser Sodalita, muchísimo más barata; el Cuarzo arco iris es cristal de roca irradiado con óxidos de titanio; el jaspe piritizado que se vende es falso; y un largo etcétera). Por eso, dejaré una imagen de algunos de ellos, que valen más que mil palabras. De esta manera, a ver si la próxima vez que vaya a adquirir un bonito mineral, no le vendan gato por liebre; qué menos que los vendedores digan la realidad del producto que adquieren y luego ya está lo que cada uno quiera hacer con ellos. Si lo quiere porque le gusta, aunque sepa que es falso puede comprarlo igualmente (claro, por un precio ajustado a su condición). De hecho, como dije a una amiga que me consultó, su malaquita era falsa pero tenía a cambio la virtud de no alterarse con la colonia o con la humedad; la turquesa falsa, si lo que gusta es su aspecto, conservará su tono, mientras que la original pierde intensidad a medida que se expone a la luz del sol. Otra cosa es que quiera aprovechar sus propiedades del mineral como tal; en ese caso no solo habría que saber si es original, sino también si ha sido tallada o ha cristalizado así.
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