Son ya varias entradas en las que se viene comentando que son muy pocas las cosas actuales que no existieran ya en épocas y civilizaciones pasadas, incluyendo máquinas segadoras, chicles, el fenómeno de masas de cantantes e implantes dentales, entre otras muchas. Ahora vamos a mostrar cómo las muñecas articuladas se deben añadir a esta larga lista.
Transcurría 1946 cuando en algún punto de la provincia de Albacete, durante unas
obras de removilización del terreno para construir viviendas, la
maquinaria desenterró los restos de una antigua necrópolis romana. Como
era de esperar, las actividades constructivas se paralizaron para dar
paso a un equipo de arqueólogos que procedió a evaluar el hallazgo,
tratar de datarlo y recuperar cuanta información y vestigios
pudieran obtenerse, antes de continuar las obras y sepultar para siempre
aquella pequeña ventana al pasado, bajo bloques de pisos y chalets.
Las sorpresas no se hicieron esperar y cierto día, en una de aquellas tumbas
(concretamente la tumba 2), se encontraron cinco muñequitos tallados en madera,
excepto uno que representaba a una mujer tallada en ámbar. Todos ellos acompañaban
los cuerpos de dos niños dispuestos a los pies de dos adultos,
supuestamente los progenitores.
Lo más curioso de estos juguetes es que, a pesar de tener
el cuerpo y tronco tallados en una sola pieza, las extremidades estaban
perfectamente articuladas. Junto a ellos se recuperaron restos de
tejidos en muy mal estado de conservación pero es de suponer que servían
para cubrir los cuerpos de estos muñecos siguiendo la moda de la
época. En este sentido, las cabezas femeninas mostraban bellos y
elaborados tocados, a la vez que sus pies llevaban delicados botines por
encima del tobillo, distintos de los que llevaban tallados las figuras
masculinas.También se hallaron utensilios en miniatura. Es decir, todo un conjunto de "barbies" de la época con ropas y utensilios propios.
Aún a día de hoy son muy escasas las tumbas halladas en el territorio del antiguo Imperio Romano que presenten tal número de muñecos articulados como sí ocurre en este
enterramiento de la necrópolis de Ontur.
Los muñequitos pueden visitarse
en el Museo Arqueológico de Albacete. De acuerdo con las tendencias
estéticas que mostraban las figuras, el profesor Alberto Balil las
estimó realizadas a finales del s. III d.C., e inicios del IV d.C.
B.
Gamo las considera algo más modernas, entre mediados del s. IV y parte
del V d.C., ubicándolas ya en plena época tardorromana. Tras las
reformas de Diocleciano, la sociedad experimentó una tendencia a la
ruralización, que conllevó la aparición de grandes y expléndidas villas
romanas prácticamente autosuficientes y cuyos propietarios gozaban de
gran poder adquisitivo. En este contexto se sitúa este conjunto de
muñecos funerarios precursores de las Barbie, Nancy y Barriguitas que
triunfaron en la década de 1980.
Los juguetes
más antiguos de este tipo articulado hallados hasta la fecha se remontan a los asirios y egipcios
faraónicos, si bien hay comentarios de la existencia de algún posible muñeco de este tipo a finales del Paleolítico.
En la Península Ibérica, recuerdo que en la exposición "Celtiberia", realizada hace unos años por el Museo Numantino de Soria, me sorprendió observar una hebilla numantina (celtibera, por lo tanto) en la que se podía observar un pequeño guerrero perfectamente articulado.
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