lunes, 28 de julio de 2014

Mujeres con pata de oca en el País Vasco


     En otra entrada ya comentábamos la leyenda de la reina con pata de oca, Pédauque , asociada a los visigodos, en la zona pirenaica francesa. También veíamos que había deidades con pata de ave en tiempos muy anteriores, tanto en Egipto como en Oriente Próximo. Curiosamente todas ellas están asociadas a una alta alcurnia, siendo consideradas reinas o diosas.
            Lo curioso es comprobar que en la zona de las vascongadas españolas parecen existir leyendas similares. Veámoslas.



            Aunque en las vascongadas francesas las leyendas sobre esta mujer con un pie tan peculiar ganara fuerza en época goda, en el País Vasco español aparecen muchos milenios antes, asociadas a monumentos megalíticos y cuevas con pinturas rupestres paleolíticas, siendo por tanto muy anteriores a las leyendas que había en el Oriente Próximo sobre estas mujeres con pies de ánade.
            En Vizcaya están las cuevas de Santimamiñe (en un paraje cercano al caserío de Kortezubi), con pinturas de la edad magdaleniense. No lejos de ellas se encuentran en el macizo de Urkiola las cuevas de Anboto. Precisamente, la tradición popular hace de estas grutas el hogar de las bellas Lamiak, féminas con pies de ave, como la reina de Saba, la reina Pédauque o las deidades del Oriente Próximo.   Pues bien, las lamiak vascas además peinan sus cabellos con peines de oro (este metal desde siempre se ha asociado con los dioses), mientras se reflejan en los cristalinos arroyos (el agua como idea de fertilidad). Y mi dato preferido: temen a la luz del sol. Recordemos al respecto que todas las tradiciones de las primeras etapas evolutivas de la historia de la humanidad eran matriarcales pero, cuando la sociedad se volvió sedentaria y el hombre pasó a ostentar el mando, los cultos se volvieron patriarcales y el sol pasó a ser el principal símbolo del poder masculino.
       En la imagen se observan dos bellos bisontes dibujados en Santimamiñe, así como una bonita perspectiva del valle de Andoto, en Vizcaya.
         Pero no es la única provincia donde persisten extraños mitos asociados a un pasado megalítico y creencias matriarcales. En Álava, por ejemplo, cerca de Salvatierra se localizan los dólmenes de Aizkomendi y Sorginetxe. Lo más relevante es que este último, en castellano significa “levantado (erigido) por las brujas”, a las que el euskera llama Sorgiñak.  Ricardo Becerro de Bengoa escribió hacia 1880 la presencia de otros dos dólmenes más, derruidos, cerca del anterior. De Barandiaran publicó en 1972 un libro sobre tradiciones de la zona, mencionando la creencia persistente en casi todo el País Vasco que considera estos megalitos construidos por brujas (cuyo nombre era Sorguin) que clavaban piedras verticales en los agujeros que hacían sus ruecas en el suelo por las noches, que era cuando trabajaban. Así que nuevamente vemos asociada la idea de los inicios de la ganadería, mujeres constructoras que huyen de la luz solar. Ideas similares se encuentran en Aragón para explicar, por ejemplo, el origen del dolmen de la Losa Mora (Sierra de Guara, Huesca).
            De vuelta en Álava, esta vez en las cercanías de Elvillar, existe un dolmen ubicado en un bellísimo paraje y conocido como “la txabola de la hechicera” (a la dcha, en la imagen, a la izda el de Sorginetxe) pues las tradiciones locales hablan de que esta mujer lo construyó y habitó.

     Por su parte, en Guipúzcoa, cerca de Errenteria, se encuentra el dolmen de Aitxetako Txabola, con un túmulo circular. No lejos de allí, cerca de Oiartzun, se localizan las cuevas de Landarbaso. Y hablando de cuevas, allá por el año 1969 se dió a conocer un increíble conjunto de pinturas rupestres del Paleolítico superior en la cueva de Ekain, próxima a Zestoa, con caballos, osos y ciervos dibujados con gran maestría y realismo.
            Una vez más encontramos curiosas tradiciones, en este caso asimiladas y filtradas por la iglesia católica. Acudamos a Zumárraga. Allí se encuentra el santuario de Nuestra Señora de la Antigua (ya de por sí, revelador nombre, si bien los ritos más antiguos la conmemoran a Santa Isabel). Pues bien, se dice que fue construida usando las piedras arrojadas por los gentiles, que es como en las antiguas tradiciones locales se referían a ciertos seres megalíticos mitológicos. Por tanto, ¿es de suponer que la iglesia se edificó con las losas de algunos megalitos de la zona? O dicho de otra forma, ¿estamos, posiblemente, ante una ermita templaria edificada sobre un dolmen sagrado continuando la sacralización del lugar?. Sorprende en este caso que no haya ningún San Miguel por las cercanías...
            Podríamos seguir así con el Macizo de Aizkorri, donde se da una alta concentración de túmulos (dólmenes soterrados), dólmenes de superficie, tradición de cuevas habitadas por brujas, restos de una calzada romana...  Para concluir esta entrada llamaremos la atención del lector hacia el escudo de Guipúzcoa, en el que aparecen a cada lado dos hombres garrote en mano y cubiertos únicamente por un taparrabos que, según los entendidos, son dos autóctonos de la región en tiempos prerromanos y que a mi me recuerdan -no sé por qué y a pesar de la ausencia de barbas- a las estatuas de Hércules y Teseo en el palacio de los condes de Morata, en Zaragoza.

1 comentario:

  1. Cuentan con zonas magníficas para la reintroducción del Bisonte europeo, el Reno y la cabra montés que poblaban el país Vasco.-

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