sábado, 21 de marzo de 2015

Qué escondieron los nazis en Toplitz


         Toplitz (o Toplitzsee) es un lago de origen glaciar, ubicado en los Alpes austriacos, que no ha dejado de ser el destino favorito para numerosos buscatesoros nazis a los que ya aludíamos en otra entrada anterior (aquí). El motivo no es otro que los varios testimonios efectuados por lugareños que en su día se vieron incomodados por numerosos soldados nazis y que ha motivado que no haya un solo día sin un merodeador a la busca de objetos de la Alemania de la Segunda Guerra Mundial que hayan pasado desapercibidos para el gran ejército de curiosos que hasta allí se desplazan.
            De acuerdo con los vecinos de más edad, en abril de 1945, hacia las 4-5 de la madrugada fueron despertados por soldados alemanes, obligando a todos los que habitaban en los alrededores del lago Toplitz a abandonar precipitadamente sus hogares. Parte de estos civiles fueron encañonados, obligándoles a descargar de los vehículos nazis más de medio centenar de pesadas cajas de madera, depositándolas en la orilla del lago. Los alemanes habían tratado de trasladar por ellos mismos el pesado cargamento, pero los pesados vehículos quedaron atrapados en el fango, obligándoles a tener que recurrir a carros de caballos de los lugareños, que también encontraban dificultades para avanzar, por lo que tuvieron que recurrir a los porteadores humanos. Tras esto, se les echó. Al día siguiente, cuando algunos curiosos se internaron en el bosque para tratar de ver qué había en esas cajas y qué estaban haciendo los alemanes junto al lago, todo había desaparecido. ¿Qué había ocurrido con las cajas?, ¿dónde estaban?. Así que fueron muchos los que supusieron que fueron arrojadas al lago. La idea adquirió fuerza cuando Ida Weisenbacher, que contaba con 21 años la noche que llegaron los nazis a las tierras de su familia junto al lago austríaco, comentó a diversos medios que antes de irse, tras ayudar a descargar las cajas, vio a un nazi que portaba insignias de comandante de la SS ordenar arrojar las cajas al interior del lago, tarea que comenzaron a hacer los soldados mientras el ruido de las burbujas y del agua salpicando al verter las profundas cajas invadían el aire de la madrugada.



            Una de las peculiaridades del lago Toplitz es que, por sus características físico-químicas, al superar los 100 m de profundidad en determinadas zonas, el oxígeno es tan escaso que todo lo que se deposita en el fondo del lago se preserva fabulosamente, en condiciones reductoras. Este hecho ha permitido en paleontología conocer la anatomía de animales que de otra forma habrían desaparecido irremediablemente, al poseer tejidos y partes blandas no óseas que no suelen fosilizar en presencia de oxígeno (es el caso de los fósiles en pizarras negras mostrados en la imagen).
            Posiblemente el conocimiento de esta peculiaridad motivó que comenzara la búsqueda por parte de curiosos. Se sabe que en agosto de 1952 se encontró el cadáver de Pert Gerens cuando aparentemente realizaba deporte y resbaló cayendo desde gran altura. Lo extraño es que su acompañante, Hans Keller (curiosamente exsoldado nazi), se había evaporado. ¿Estuvo implicado en la muerte de Gerens o había huído con algo que pudieran haber encontrado?. La noticia se difundió por diversos periódicos internacionales, de manera que en 1959 la revista alemana Stern lleva a cabo una expedición submarina al lago. Únicamente le conceden 30 días de permiso, al término del cual habían encontrado 15 cajas, afirmando haber dejado otras muchas en el lugar. No obstante, no les renovaron los permisos de búsqueda y ahí tuvo que quedar todo.
            No obstante, al abrir las cajas rescatadas del lago austríaco, la sorpresa fue mayúscula cuando el Centro de investigaciones Simón Wiesenthal (Los Ángeles, USA) confirmaba que las cajas estaban llenas de falsas libras esterlinas. Claramente los nazis habían tratado de desestabilizar la economía inglesa poniendo en circulación ingentes cantidades de falsos billetes de libras esterlinas.


             Bernhard Krüger, antiguo coronel de las SS admitió haber realizado estas falsificaciones, dando orden a diversos soldados a su cargo para poner en circulación parte de ellos en Suecia, España, Portugal, Alemania, Suiza y Turquía, entre otros lugares. Como en el caso de otros altos cargos nazis, tras la Segunda Guerra Mundial, Krüger fue alistado en el bando aliado, concretamente en el servicio secreto de Francia con el que colaboró sin pasar un solo día en prisión por sus acciones en la Alemania Nazi. A esta operación de falsos billetes ingleses se la conoce como “Operación Bernhard”, para la cual Krüger escogió a 150 personas entre las que se encontraba el prisionero judío Adolf Burgen, especializado en falsificar documentos (fue arrestado por falsificar falsos certificados de bautizos cristianos de judíos, entre otros documentos que salvaron la vida a muchos; su mujer murió en Auschwitz antes de cumplir el aniversario de su boda). En la imagen, dos imágenes de Krüger y, en el centro, Burgen sosteniendo uno de los billetes falsificados por él para la operación Bernhard.


 El 6 de octubre de 1963, la prensa local se hizo eco de la extraña desaparición en las cercanías del lago Toplitz de un chico de 19 años, Alfred Egner, el día anterior. Por este motivo, se destinaron algunas patrullas de policía a la zona, con el fin de garantizar la seguridad de los visitantes. Para su sorpresa, se toparon con dos curiosos personajes, Kart Schmidt (en busca y captura por el tráfico de oro robado por los nazis a la población) y un exoficial de las temidas SS, apellidado Freiberger, que participó en su día en la operación Bernhard. Resultó que habían contratado al inexperto Alfred Egner para bucear hasta un punto concreto del lago y extraer algo que codiciaban (¿las planchas para hacer los billetes ingleses, tal vez, o planchas para falsificar otras monedas aún hoy en uso como por ejemplo el dólar norteamericano?). Por desgracia el buzo sufrió un percance y días después se encontró su cuerpo, tras haberse ahogado, lo que provocó la condena de los dos merodeadores a cinco meses de libertad condicional por homicidio involuntario.
            En 1969, el gobierno austriaco prohibió realizar en el lago inmersión alguna, así como excavar en los alrededores de éste. Aún así, en 2000, la cadena estadounidense CBS -en colaboración con el Centro Simón Wiesental (que había analizado los falsos billetes recuperados del lago) consiguió los permisos necesarios para realizar otra expedición en sus aguas. Se dirigieron a la zona en la que décadas antes se habían extraído las cajas con falsas libras esterlinas, hallando más de lo mismo. Siguiendo esta iniciativa, se han ido sumando otras expediciones con la intención de dar con las cajas nazis. Han salido a la luz restos de armamento variopinto, utensilios de laboratorio,… si bien cada vez son más los que informan de la cantidad de fango y restos vegetales que están depositándose naturalmente en el fondo del lago y que posiblemente oculten para siempre las numerosas cajas que aún siguen allí y que pudieran contener joyas, oro y obras de arte que los nazis robaron de casas y museos por toda Europa.


No hay comentarios:

Publicar un comentario