lunes, 26 de mayo de 2014

La polémica llegada del hombre a la Luna (II)


 Hablábamos en otra entrada de la polémica que existe en determinados círculos de opinión sobre si el hombre llegó o no a la Luna en 1969. Vamos a continuar analizando el asunto y las distintas razones que se esgrimen.

 

2. Iluminación

           
Algo de lo que  más ha intrigado, a todo aquél que se ha detenido a observar detalladamente las fotografías realizadas durante el Apolo 11, es la aparente existencia de distintas direcciones de iluminación. Se supone que los dos astronautas contaban con focos en el módulo lunar. Por tanto, ¿cómo es que aparecen los objetos totalmente iluminados, cuando deberían tener en sombra ciertas zonas, o las sombras muestran distintas direcciones?. Cuando sabemos que, si alumbramos un objeto, lo normal es que proyecte una sombra en dirección contraria al punto de iluminación (se puede probar en casa con una linterna y un jarrón, por ejemplo). Así que, al verse sombras en distintas direcciones, por fuerza se tiene que concluir que recibieron luz de distintos lugares. En la imagen hemos destacado la dirección de las sombras mediantes líneas rojas.
            El propio jefe de la Comisión Nacional (norteamericana) de Investigación y Desarrollo Aeroespacial, Enrique Pasco, comentó en cierta entrevista que de todos los argumentos esgrimidos por los que se duda de la llegada del hombre a la Luna en 1969, el único que le creó dudas fue el de la iluminación y las sombras. Cuando comentó el tema con especialistas de distintas disciplinas vieron que la explicación al fenómeno implicaba distintas variables. Entre ellas estaban la existencia de accidentes en el terreno (ya que al no ser totalmente plano, al incidir la luz en el relieve creaba distintos juegos de sombras), los materiales usados en el módulo y en los trajes espaciales (al ser metálicos y de distintas aleaciones, reflejaban la luz de manera diferente, con distintas intensidades y en diversas direcciones, causando también juegos de sombras extraños) y el suelo lunar (que reflejaba la luz más que el suelo terrestre no volcánico, puesto que el polvo lunar tiene en su composición una alta presencia de selenio).
    Para comprobar estas afirmaciones tomemos por ejemplo una imagen del Valle de la Luna (ischigualasto, Argentina). Vemos que fue tomada durante el día y por tanto con el único foco de luz posible: el Sol. Efectivamente se observa una discrepancia en la dirección de las sombras (de nuevo resaltadas con una línea roja) que nos llevaría a pensar en al menos dos distintos puntos de luz, error motivado por los relieves del terreno.




3. Ausencia de estrellas

            Todo el mundo tiene en su memoria el recuerdo de al menos una de las ya famosísimas imágenes que nos dejó el paseo lunar de la misión Apolo 11. Pues bien, cierre el lector los ojos por un momento, concentrándose en cualquiera de esas imágenes y respóndame rápidamente, ¿cuántas estrellas aparecían en las fotos?. ¿Se veían más y mejor que al observar nosotros en la Tierra el cielo, en una clara noche?. Desde luego que por la ausencia de atmósfera, y por tanto de humedad y polución en el aire, el cielo nocturno en la Luna debería ser ideal para observar estrellas y constelaciones.
            O eso es al menos lo que se nos viene diciendo en la escuela porque, observemos una de tantas imágenes tomadas por el Apolo 11 y contemplemos el cielo. Vemos que está fotografiado el módulo lunar con uno de los astronautas descendiendo y recortado sobre un cielo….totalmente negro. No se aprecia una sola estrella en él. ¿Por qué?
            Nuevamente son varios los distintos críticos que han usado esto como prueba del montaje de la grabación, argumentando que, para evitar que en futuras misiones al espacio pudiera compararse el cielo y demostrar así el trucaje cinematográfico, los autores del engaño acabaron por no mostrar una sola estrella en el firmamento. Sin embargo y tras numerosos hechos que sí dan la razón a la veracidad de la misión del Apolo 11, muchos astrónomos se pusieron manos a la obra para dar con la causa de por qué desde la Luna no se observa una sola estrella.
            La pregunta que ha quitado muchas horas de sueño a científicos de todo el mundo ha podido finalmente obtener su respuesta. Y es que parece ser que el cielo lunar sí está tan abarrotado de estrellas como el terrestre, solo que éstas brillan mucho menos que en la Tierra, ya que el suelo lunar refleja tanta luz que hace de pantalla con la procedente del firmamento. El efecto es similar al que se produce al tratar de observar las estrellas desde una gran ciudad. Hay tantas luces a nuestro alrededor que resulta prácticamente imposible apreciar ninguna estrella, si bien la Luna sí la vemos, precisamente por su extraordinaria capacidad de reflejar la luz del Sol.
        Es sabido que en 1969 y a pesar de que la NASA usaba tecnología punta, las cámaras fotográficas no eran tan precisas como fueron siendo más adelante. Así, miremos la siguiente imagen tomada durante la misión Apolo 17, de nuestro planeta visto cerca de la Luna. Si nos fijamos en el cielo retratado, se puede apreciar como cierta suciedad o motitas en lugar de verse un cielo totalmente negro. Si miramos con más detalle apreciaremos que realmente aparecen diversas estrellas pero que se destacan tan poco que cuesta verlas. Eso es nuevamente por la luz que refleja la Luna, pero incluso con eso, sí hay estrellas.





 

4. Bandera en movimiento

          
  Durante el paseo lunar de los tripulantes del Apollo 11, uno de ellos clavó una bandera en el suelo y los dos astronautas que estaban presentes la saludaron. A continuación prosiguieron su misión recogiendo piedras y arena de la superficie del satélite.
Sin embargo son varios los autores que han observado ese momento y han destacado cómo la bandera ondea en su mástil.  De haber estado realmente en la Luna, argumentaron, esto no habría sido posible ya que la prácticamente inexistente atmósfera es tan débil allí que no existe aire que mueva la tela. Pero, ¿es esto cierto?.
Diferentes experimentos realizados con banderas similares a la usada en la misión lunar en condiciones de ausencia de atmósfera, han demostrado que al clavar una bandera en tierra ésta se mueve durante un tiempo; ¿por qué? Pues precisamente por la propia falta de atmósfera lunar. Al ser ésta tan débil, no existe polvo en suspensión capaz de provocar rozamiento suficiente para frenar el movimiento que lleva la tela, como consecuencia de su manipulación al clavar el asta en tierra. Por tanto, no hay nada fuera de lo normal en la secuencia de vídeo que muestra a los astronautas Neil Arstromg y Edwin Aldrin instalando una bandera norteamericana en la superficie lunar (momento captado en la imagen desde la cámara del módulo lunar). Si se observa con detenimiento el momento, el vídeo muestra que la bandera va desacelerando su movimiento hasta terminar totalmente parada, tal y como era de esperar.
(continuará aquí)



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