Egipto nunca deja de sorprender.
Es un país que siempre parece tener escondido un as en la manga que sacar de
pronto para dejar al mundo anonadado, si bien hubo gente que acusaban al
televisivo antiguo director de antigüedades de Egipto de guardarse
descubrimientos para hacerlos públicos en la temporada alta turística,
coincidiendo con la mayor afluencia de visitantes, para asegurarse una buena
publicidad a nivel mundial. Rumores aparte, nuevamente, a comienzos del presente
año, Egipto volvió a hacer soñar al mundo con un nuevo y asombroso hallazgo.
La
sorpresa se produjo en el transcurso de las investigaciones de un equipo
multidisciplinar canario-toscano-egipcio que trabajaba en Luxor (Min Project).
Para sorpresa de todos, en el área de Sheikh Abd el-Gourna, en el denominado
“valle de los nobles” encontraron una tumba que reproduce en sus parámetros,
disposición y estructura la llamada Osireiron (o “tumba del dios Osiris”) de
la localidad egipcia de Abidos.
Para
acceder a esta réplica de la tumba divina es preciso adentrarse en una tumba
desconocida denominada por los arqueólogos “sepulcro 327”. De acuerdo con las
explicaciones dadas por la arqueóloga canaria Milagros Álvarez (codirectora del
proyecto Min), una vez accedido a este Osireiron, de él parte otra escalera que
comunica con varios sepulcros dispuestos a quince metros de profundidad y sin
duda destinados a personajes influyentes de la sociedad egipcia faraónica de
Luxor. En la imagen se observa la entrada al sepulcro 327 (izda) y parte de la
réplica del Osireiron (dcha) con un relieve de Osiris en el muro del fondo.
Osiris
era el dios de los muertos y divinidad principal del panteón egipcio antiguo,
por lo cual es de suponer que los grandes personajes se pelearían por ser
enterrados en una tumba adosada a la del propio Osiris, o sobre ella, como
ocurrió con el sepulcro 327. En este sentido, la doctora Álvarez y su equipo
científico interpretan que varios demonios que aparecen como decoración en estos
sepulcros, portando cuchillos, tendrían por finalidad la de proteger el alma de
los difuntos que allí reposaban, tal vez a la espera de un adecuado pesaje de
almas que ya explicamos en esta otra entrada (aquí).
Este
equipo canario-toscano parece estar de suerte en tierras egipcias, ya que en su
primera campaña (desarrollada entre noviembre de 2013 y enero de 2014)
descubrieron los restos de May y su mujer Neferet (XVIII dinastía). En esta
segunda campaña han encontrado esta réplica de la tumba del dios Osiris, en
Luxor. Habrá que esperar qué nuevas sorpresas sacan a la luz en su tercera campaña,
que se estima se iniciará en otoño.
Lo
relevante de este descubrimiento es que Osiris es un antiquísimo dios, pero
deidad después de todo, de manera que no es un ser mortal y sin embargo vemos
que los egipcios no sólo le construyeron un sepulcro sino que imitaron éste en
diversos lugares. Curioso ¿no?. De forma que las logias medievales, que según
muchos investigadores surgieron de logias egipcias, no se limitaron a
reproducir el juicio o pesaje de almas al más puro estilo egipcio (pero
sustituyendo las divinidades por otras “más modernas”, de la época) sino que
además reprodujeron el Santo Sepulcro de Jesús por la cristiandad (menciono un
curioso ejemplo con tumba incluida en el sur francés en mi obra Jesús y otras sombras templarias a la
que remito a los interesados, para no extenderme demasiado en esta entrada con
este asunto ni irme por las ramas).
En
la imagen se muestran dos representaciones del Antiguo Egipto donde figura
Osiris. A la izquierda, dicho dios (en verde) tiene a sus espaldas a su esposa
Isis llevando el poderoso talismán ank (“cruz de la vida”), madre (junto con
Osiris) del dios de la sabiduría Horus (con cabeza de halcón), hermana de Set y
Neptis e hija de la Noche
y Geb. A la derecha, relieve mostrando a Osiris, reconstruidos sus pedazos por su
devota mujer Isis que lo protege con sus alas, mientras un súbdito (en este
caso, el faraón fallecido, para ganar el favor de los dioses principales) le
trae otras ofrendas ante el árbol de la vida, que aparece entre el faraón y la
pareja de dioses.
Para
cerrar esta entrada, me gustaría señalar que la figura de Osiris tiene
numerosos puntos en común con la de Jesucristo (recordemos que el pueblo judío vivió bastantes años en el país de los faraones, si bien no existe ningún documento histórico que respalde la partida de Egipto de tantísimos judíos como relata la Biblia), mientras que el dios Horus
guarda mucha similitud con el hindú Ghanesa. Después de todo, como siempre digo,
no hay nada nuevo bajo el sol.
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