La segunda semana de este mes saltaba a
diversos medios de comunicación de todo el mundo el hallazgo del primer
asentamiento europeo en territorio de los actuales EEUU, no más allá de unos
meros restos de estancia durante escasos días antes de seguir camino y de perderse
el rastro de estos primeros habitantes.
Antes de proseguir con la
interesante noticia, me gustaría agradecer desde aquí al reconocido pintor almeriense
D. Antonio Rojas Cervantes y a su esposa Dña. María Luz Hernández, ambos
seguidores de mi blog como me han reconocido honrándome con ello, por ponerme
tras la pista de esta información tan trascendental. Gracias.
Efectivamente, a principios de este
recién estrenado año 2016, el investigador John Worth (UWF, Universidad del
Oeste de Florida) sorprendía al hacer público el hallazgo de gran cantidad de
material español fechado hacia mitad del siglo XVI, de lo que sin duda se
confirmaba como el primer asentamiento europeo en suelo norteamericano. Se
encuentra en el solar de una derruida vivienda en el centro de la población de
Pensacola (Florida).
Tom
Garner posa con fragmentos de cerámica con restos de aceite de oliva y vino
procedentes de España. Detalle de algunos objetos españoles del siglo XVI,
desenterrados en Pensacola, y Garner dando a conocer el hallazgo del, por el
momento, primer asentamiento europeo en Norteamérica durante una conferencia.
De acuerdo con el historiador local
de la población de Pensacola, Tom Garner, hacía mucho tiempo que los vecinos
llevaban buscando estos restos, basándose en numerosos documentos españoles
realizados durante la fase del Descubrimiento de América. Por fin, en los
restos que afloraron en el solar de una vivienda derruida, Garner pudo observar
fragmentos de cerámica de época colonial, notificándolo a la Universidad del
Oeste de Florida, que rápidamente tomó cartas en el asunto. La alegría de los
vecinos fue supina al ver así como su lugar de nacimiento y residencia pasaba
de golpe a los libros de la historia nacional al albergar el primer
asentamiento europeo de todo Norteamérica.
Por eso no han faltado voces, como
la de Elizabeth Benchley -directora del conjunto de proyectos de arqueología de
la UWF- que exigen una revisión de los libros de texto sobre la historia de
Estados Unidos, para añadir más información y peso a la etapa española, que
duró más de 300 años y precedió a otras
posteriores, además de ayudar definitivamente a consolidar lo que sería Estados Unidos. Remito para ello
a mis tres entradas basadas en las grandes gestas del malagueño Bernardo de Gálvez (aquí; aquí
y aquí) quién hizo posible la Independencia de los Estados Unidos respecto de
Inglaterra.
Este hallazgo viene a completar, la
cada vez más conocida etapa española en
el norte del continente americano, que se iniciaría con el primer asentamiento
en dicho territorio (aquí) y el hallazgo de una de las primeras
embarcaciones usadas por Cristóbal Colón (aquí). No debemos olvidar el poblado de San Agustín, también en la costa de Florida,
que goza del prestigio de ser la ciudad
más antigua de USA, al estar habitada de manera ininterrumpida desde su
fundación, también por exploradores españoles, en 1565. Ahí es nada.
Distintos detalles de la población de San Agustín (Florida) con el castillo
de San Marcos (coronado con el emblema de los Tercios españoles), bella muestra
de las fortificaciones españolas del siglo XVI y el Colonial Quarter (Barrio
colonial) de gran sabor castellano.
Precisamente hace menos de cuatro
meses, en dicha población de San Agustín o St. Augustine, el 8 de septiembre la
ciudad daba inicio a una serie de celebraciones al grito de “¡Viva San Agustín!, ¡Viva
España!”, para conmemorar los 450 años transcurridos
desde su fundación por el asturiano Menéndez de Avilés.
Desde entonces, se conserva en el museo
de la ciudad la réplica en miniatura del galeón San Pelayo, en el que llegara
el asturiano fundador, construida en Luanco
para el Museo Marítimo de Asturias tras cinco años de riguroso trabajo.
En abril del presente año este regalo será correspondido por una delegación
estadounidense que entregará al ayuntamiento de Avilés una réplica del monolito
(en la imagen) que poseen en honor a la constitución española de 1812, el único
que existe fuera de territorio español con tal propósito.
En los festejos se rememoró la comitiva
de Menéndez de Avilés y gran
cantidad de actores vestidos a la usanza española del siglo XVI recorrieron las
calles, a la vez que gran cantidad de los vecinos seguían la iniciativa,
fundamentalmente los dueños de restaurantes, bares y hospederías más o menos
familiares. La ciudad lució gran cantidad de banderas españolas . Más de dos millones de visitantes cada año
acuden hasta esta localidad para conocer más del pasado español de este estado
norteamericano.
Estatua
de Menéndez de Avilés, fundador de San Agustín y gobernador de Florida en la
localidad mencionada, llamada así por ser precisamente el día de dicho santo
(28 de agosto) cuando el asturiano divisó las tierras de Florida en 1565. Representantes
de Avilés (Asturias, España) y del gobierno de San Agustín (Florida) depositan
una corona de flores ante la estatua del explorador español.
No es el primer gesto de la
población norteamericana de San Agustín con una población española ya que la
ciudad hizo entrega en 2010 a autoridades de la localidad de Macharaviaya (Málaga, España), ciudad natal
del gran Bernardo de Gálvez, de una
partida de troncos de roble americano, más de 350 toneladas (en la imagen inferior), para ser usados en la réplica de Galveztown, el
bergantín usando por el malagueño que causó estragos entre los ingleses durante
la etapa de independencia de Norteamérica. En la bahía de Pensacola, Gálvez
fundaría una población con el mismo nombre (más información aquí y aquí).
Regresando
al primer asentamiento europeo en suelo norteamericano, no corresponde a San
Agustín ni a Galveztown tal honor sino a Santa María, la actual Pensacola,
fundada en agosto de 1559 por el soriano Tristán
de Luna y Arellano, natural de Borobia y nacido en 1510. El Teniente
General Tristán de Luna, fue enviado por el virrey Luis de Velasco hacia Santa
Elena, hoy conocida como Tybee, en el estado de Georgia, para reforzar su
guarnición y convertirla en un fortín avanzado, desde el que continuar explorando
el continente hacia el norte. Luna, al que se había concedido el título de Gobernador de
Florida poco antes de zarpar, partió con 1.000 colonos, 500 soldados, indios y
esclavos, a bordo de once naves desde el puerto mexicano de Veracruz. En agosto de 1559 llegó Tristán de Luna a la
bahía de Pensacola, fundando allí la ciudad de Santa María siendo el primer
poblado europeo en suelo estadounidense. Los ingleses se asentarían en
Jamestown, Virginia, en 1607, después de la fundación del segundo asentamiento
español, el de San Agustín en 1565, también en Florida.
Apenas llevaba Santa María un mes de
florecimiento cuando un huracán asoló la zona, causando graves daños a los
navíos (muchos se hundieron) y perdiéndose gran cantidad de alimentos. De
acuerdo con documentos de la época, parece ser que pocos años después la
incipiente población acabó abandonándose, hacia 1561. De Luna, por su parte,
con la flota diezmada y grave pérdida de mapas, documentos, víveres y personas,
mandó un buque hacia Santa Elena, en la actual Georgia, pretendiendo que a su regreso
le enseñara el rumbo a tomar pero la embarcación naufragó durante una tormenta,
impidiendo al soriano cumplir satisfactoriamente la misión encomendada. Así las
cosas, fue relevado de su cargo (siendo sucedido por el asturiano Menéndez de
Avilés, fundador de San Agustín) ordenándosele acudir a España a comparecer por
los resultados de su misión, que le hicieron caer en desgracia, regresando a
América para fallecer el 16 de septiembre de 1573 en la ciudad de México. A
pesar del triste final de su vida, este explorador soriano tuvo una exitosa
carrera en los territorios de México y Nuevo México, donde acompañó a Francisco Vázquez de Coronado en la
exploración de los nuevos territorios y buscando, de paso, las siete ciudades
de oro que relataban los indios con los que se topaban, así como las ciudades
de Quivira y Cíbola. Uno de sus hijos, Carlos
de Luna y Arellano seguiría sus pasos llegando a ser capitán general y
Gobernador del Yucatán.
Pero además de Tristán de Luna,
Francisco Vázquez de Coronado y el prestigioso Menéndez de Avilés, hubo otros
españoles por tierras norteamericanas. Las tierras de Florida fueron
descubiertas por Juan Ponce de León,
en 1513. Y en 1526 encontramos a otro soriano, Lucas Vázquez de Ayllón, en tierras del actual estado
norteamericano de Georgia. Militar y juez, tras el vano intento de mediar entre
Hernán Cortés y Pánfilo de Narváez, manda en 1523 una expedición dirigida por Francisco Gordillo hacia el oeste,
desembarcando en el cabo Fear, en el actual estado de Carolina del Norte. Entretanto
va trabajándose al emperador Carlos I para conseguir su autorización para
marchar a buscar el “Paso del Noroeste”, con el fin de llegar a “las islas de
las especies”. Desde España, el emperador le otorga luz verde en 1523, así que
Lucas Vázquez de Ayllón lleva a cabo su expedición, explorando por primera vez
las tierras de la costa oriental de Norteamérica, en los actuales estados de
Carolina del Norte y Virginia. El emperador, complacido, le otorgará derechos
sobre las nuevas tierras descubiertas en 1526 y, de acuerdo con documentos de
la época, ese año fundará con 600 colonos la ciudad de San Miguel de Guadalupe,
en Virginia. De encontrarse sus restos, ésta sería la primera ciudad europea en
Norteamérica, desplazando al segundo puesto a la de Santa María, fundada por su
paisano Tristán de Luna y Arellano. De acuerdo con las crónicas, San Miguel de
Guadalupe debió ubicarse en la bahía de Chesapeake, no lejos del lugar donde
los ingleses instalarían su colonia de Jamestown ocho décadas más tarde; quizás
se instalaran sobre ella, aprovechando sus muros y cimientos, ocultando así sus
restos y dificultando su descubrimiento y reconstrucción.
Reconstrucción
de cómo debió lucir Jamestown, primer asentamiento británico en el Nuevo Mundo,
en 1607, donde se asentaría el colono John Smith (amor de la nativa
Pocahontas). Muy posiblemente Jamestown se alzó sobre los restos de la colonia
española de San Miguel de Guadalupe fundada 81 años antes.
También Pánfilo de Narváez figura entre
los españoles que exploraron tierras norteamericanas, en 1528, así como Hernando de Soto (en 1539), que
falleció el 21 de mayo de 1542 en el río Mississipi. Además de sus expediciones
por Nicaragua, de Soto exploró las tierras de Florida extensamente. Baste
observar el mapa realizado por Charles M. Hudson en 1997, basándose en
documentos de la época.
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