martes, 8 de abril de 2014

La poco católica Capilla Sixtina


     Como se mencionaba en la entrada relativa al Moisés de Miguel Ángel, fueron muchas las discusiones que el artista tuvo con el papa Julio II y otros religiosos, por motivo de las licencias que se estaba tomando durante su decoración de la Capilla Sixtina. Por solicitud de algunos lectores, vamos a analizar ciertos detalles no muy cristianos, plasmados por Miguel Ángel en su obra más famosa. 

Aparecen numerosos personajes paganos famosos en el arte de la adivinación, práctica censurada por la Iglesia. También estaba terminantemente prohibido diseccionar cadáveres humanos, práctica habitual en el artista para conocer la anatomía que reproduciría luego en sus obras de arte.

Tanta práctica debió tener, que los escritores Ian Suk y Rafael Tamargo (universidad de Baltimore, USA), primero, y más tarde Benjamín Blech y Roy Doliner, han publicado numerosas evidencias de ello. Lo más destacable, el asombroso parecido existente entre la capa que rodea a Dios y los ángeles, con el cerebro humano, en la famosa escena en la que el Señor da vida a Adán. De ser intencionada esta representación, lo que el artista estaría tratando de transmitir al espectador de su obra es que Dios es una invención del cerebro humano. Por ello, es la divinidad la que estira su brazo para tocar a Adán y no al contrario. Aún así, otros estudiosos justifican este hecho porque Adán estaba aún inanimado y por ello Dios alarga su mano para darle vida.
Pero, siguiendo con la observación del parecido entre la representación del Divino y la forma del cerebro, a modo de confirmación  tenemos el hecho de que, cada vez que representa a Dios en el cielo con los ángeles, Dios aparece envuelto en una capa rojo sangre que siempre adopta la misma disposición  y es ciertamente similar a la de un cerebro humano cortado verticalmente, como se muestra en la segunda figura.
Por otro lado, el pintor tuvo la osadía de representar totalmente desnudos todos los cuerpos que aparecen en su obra.  Más tarde se añadieron ropajes que cubrieran ciertos detalles anatómicos.
Si nos detenemos en la escena del Paraíso, encontramos que la serpiente tiene torso de mujer y que, curiosamente, entrega la manzana del conocimiento a Eva, no al hombre. Adán, por su cuenta, se estira para intentar alcanzar el fruto. Es decir, es él quién desobedece a Dios al intentar coger el fruto prohibido activamente, mientras que ella lo recoge pasivamente. De esta manera, Miguel Ángel cambia nuevamente el pasaje bíblico, ya que en este caso ella sufrirá las consecuencias del mal proceder de él y no al contrario. Generalmente se considera que Eva engatusó a Adán para que éste, inocentemente, desobedeciera el mandato divino. De hecho, el golpe se lo lleva él, no ella, en la obra de Miguel Ángel.
 Otra apreciación; Miguel Ángel dibuja ombligos a ambos personajes. Pero si fueron los primeros seres humanos en ser creados, ¿quiénes les dio a luz?.
También se rumorea que en la escena del Juicio Final, se puede observar, en la barca que lleva Caronte, al rey Minos, que presenta el rostro del comentarista de ceremonias pontificio Baggio da Cesena. ¿Por qué? Por haber criticado el trabajo final de Miguel Ángel unos días antes de que fuera mostrado en la inauguración. Si vemos con detalle a este rey cretense, nos sorprenderá ver que presenta orejas de burro y una enorme serpiente le rodea la cintura mientras su cabeza la sitúa en la entrepierna.
El rostro del artista parece ser el que corresponde al de un despellejado san Bartolomé, también en esta escena del Juicio Final, en la que por cierto Miguel Ángel cometió una de las mayores ofensas al representar inicialmente al joven Jesucristo (Dios) y a la Virgen María junto a él, desnudos. ¡Eso era típico de divinidades paganas, no cristianas!.
De hecho, en la octava sección, en la escena correspondiente a la creación de los astros, el artista representa a Dios de frente creando al Sol y a la Luna. A su izquierda, aparece Dios de espaldas (reconocible por sus barbas y sus ropajes, de igual coloración en ambos dibujos).
Lo sorprendente es que en la vista de espaldas, Dios está enseñando sus desnudas posaderas a los observadores. Para mayor osadía, en la esquina inferior izquierda se observan plantas, cuando se supone que aún no ha sido creada la vida en el planeta Tierra.                                             
Y estas son tan sólo unas pocas observaciones de las muchas que se han mencionado para esta fabulosa obra que es la Capilla Sixtina de Miguel Ángel. Visto lo visto, no sorprende que autores como El Greco se hubieran ofrecido al Papa Santo de Roma para encalar toda la pintura de Miguel Ángel y realizar otras pinturas más acordes con el lugar en que se ubican (recordemos que es el techo de la sala del Cónclave, donde los obispos se reúnen para elegir a cada nuevo dirigente de la Iglesia Católica).

4 comentarios:

  1. Son geniales las observaciones que nos brindas y nos obligan a fijarnos en aspectos que por inexperiencia u otras razones no percibimos. Me fascina visitar esta página.

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  2. Gracias por sus palabras, Araceli. Esa era mi idea, ya que siempre 4 ojos (6, 10, 12...) ven más que 2 y considero que la pintura es dinámica e interactiva, muy distinta al pasar en silencio con una monótona audioguía en la oreja entorpeciendo a otros visitantes al ir como sonámbulos, o leyendo complicadas (por los tecnicismos) descripciones en guías de arte. Invito a los lectores a compartir sus impresiones, "descubrimientos" en cierto lienzo, ... sin miedos. De hecho, si se fija en mi sección "pintura", cuando comento un cuadro, rara vez suelo estar de acuerdo con las interpretaciones tradicionales (dicho con todos los respetos). Insisto que creo que ahí reside la grandeza de la pintura, es capaz de transmitir a cada persona su propio y particular sentimiento. Y eso me encanta. Un saludo.

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  3. Mucho dice el arte sobre sus autores, eso es automático y lógico y los analistas no pueden desligar una cosa de otra, eso sería desconocer algo que es evidente. El sarcásmo es evidente en esta obra magna contra sus contratantes y Buonaroti lo logró con creces inclusive muy a su pesar puesto que según él mismo lo admite, no salió airosa su salud después de este esfuerzo sobrehumano. Pero logró su cometido con creces. Gracias por su aporte es muy interesante.

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    1. Gracias por sus palabras, desconocido. Lo cierto es que si hemos de hacer justicia a los hechos, creo que se vio resentida de esta relación laboral la salud de ambos implicados: Papa y artista. Es verdad que Miguel Ángel dejó plasmada aquí y allá su visión atea de los relatos bíblicos, pero no apruebo lo que hizo. Sabía que era un trabajo, bien pagado, que duraría siglos, en pleno corazón de la cristiandad y que también serían muchísimos los pintores que habrían dado lo que fuera por haber sido ellos los elegidos. Que añadiera sus irrespetuosos toques me parece tan ofensivo como construir una sinagoga adornándola con motivos nazis o una mezquita coronándola con un fresco de Alá representado con rostro y figura, o con Santiago matamoros. Es decir, si no comulgaba con las ideas católicas creo que lo justo es que hubiera cedido el trabajo al siguiente candidato de la lista, pero aceptarlo para mofarse públicamente de esas creencias o incluso dejar plasmado el gesto de mal gusto, eternamente, hacia el Papa que le contrató lo veo muy reprochable e irrespetuoso. Es mi opinión, claro está. Un saludo.

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