lunes, 18 de julio de 2016

Van Gogh y su oreja


        Estaba leyendo un libro de historia del arte cuando me he topado con un relato curioso, la versión alternativa al famoso corte de la oreja en pleno ataque de ira del pintor holandés. Reconozco que “la historia oficial” de la pérdida de la oreja del pintor siempre me había dejado poco convencida porque, si realmente se decidió a cometer tan radical acción, por muy repentina que fuera, ¿por qué más tarde no dudó en tratar de curarse el desaguisado e incluso en retratarse con un vendaje que le devolviera su preciada oreja, como si nada hubiera sucedido?. Así las cosas y como esta nueva versión me parece más acorde, paso a compartirla con los lectores que puedan desconocerla.


         Antes de nada, recuerdo la “versión oficial” que dice que el genial pintor holandés –que únicamente logró vender un único cuadro en vida-, enrabietado por la partida de su amigo y también pintor, Paul Gauguin, de Arlés (donde residían ambos) a París, llegó a cortarse una de sus orejas en pleno arranque iracundo. No contento con ello, marchó –oreja en mano- a un prostíbulo cercano a mostrarla a una tal Rachel, regresando a su casa y desmayándose. Poco después, la policía acudiría a su hogar- suponemos que por la llamada de la mujer al borde de la histeria-, encontrándole inconsciente sobre su cama.
Posteriormente, el propio pintor se retrataría con la oreja vendada, inmortalizando de esta manera su acción, que pasaría a ser usada como evidencia del supuesto desequilibrio mental del genial pintor. Y si a ello añadimos su costumbre de realizar sus óleos a base de infinidad de pinceladas, de hacer trazos interpretados como consecuencia de una mentalidad atormentada, pues al pobre Vicent Van Gogh han terminado retratándolo, tal vez injustificadamente, como bastante "tocado" mentalmente.

Dos de los maravillosos cuadros de Van Gogh: “Noche estrellada” (1889), donde usa la Vía Láctea para añadir espirales, y “Trigal con cuervos” (1890).

            Y sin embargo, a mi parecer, son muy pocos los pintores que logran aportarme un estado de serenidad observando cuadros suyos como su famosa “terraza de un café por la noche”, “la acequia” (pintada siendo adolescente, 1873), o  las luces reflejadas en la bahía por la noche, entre tantos.

“Terraza de un café de noche” (Place du Forum 1888) y “Noche estrellada sobre el Ródano” (1888).

            ¿Se han detenido alguna vez a contemplar de cerca la fuerza de su trazo?. Es hipnótico observar cómo leves trazos de vivos colores pueden tener tanto poder de representación.

Detalle de los ojos del pintor en uno de sus retratos.

            Pues bien, si regresamos a lo que pudo acontecerle a su sufrida oreja, tras una década de arduas investigaciones de documentos policiales de las fechas de la tragedia, dos historiadores alemanes, Hans Kaufmann y Rita Wildegans, han logrado sacar a la luz diversos testimonios de testigos que contradicen la versión oficial. Cartas de ambos pintores igualmente muestran otra realidad y es que, parece ser que la conversación en la que Van Gogh trató de persuadir a su amigo Gauguin fue subiendo de tono y caldeándose, hasta llegar al punto álgido en que Gauguin, muy hábil con la espada, terminó por echar mano a su arma y darle un certero corte, separándole la oreja derecha de su rostro.
Es de suponer que una vez pasada la “tormenta” y tras asumir lo ocurrido, ambos artistas pactaron dar una explicación acordada entre ellos a las autoridades y curiosos, con el fin de no tener que entrar a explicar detalles escabrosos de la complicada relación amor-odio que había entre ambos hombres, evitando además que Gauguin fuera encarcelado. Así las cosas, el 23 de diciembre de 1888, “oficialmente” tras discutir con su amigo por su inminente partida a la capital francesa abandonándolo (ambos vivieron bajo el mismo techo de Vincent en Arlés), Van Gogh decidió mutilarse con una navaja de afeitar. Y yo me pregunto, ¿de verdad que con esta explicación las autoridades se quedaron tan tranquilas, sin pensar que nada raro ocurría entre ambos pintores?.

Van Gogh con la oreja vendada (1889). Autorretrato de Paul Gauguin con el Cristo amarillo (1889).

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