Aún
estamos en el período del quinto centenario de la primera vuelta al mundo por
Fernando de Magallanes y Juan Sebastián Elcano (1519-1522) cuando leyendo una
revista de Historia, de esas que aunque se publique en España suele ser una
“marca blanca” de otra más conocida con sede en otro país de Europa, me ha
sorprendido la importancia que se le da a ese evento, durante la navegación a
vela, en otros países del viejo continente y en algunos imitadores yanquis. Continúan con el afán de negarse a citar a los españoles que lo merecieron, en los libros de historia.
Aunque lo que de verdad me ha impactado (conociendo el origen británico de esa
publicación, no debía extrañarme mucho) es la relación que hace de navegantes
que realizaron esa gran gesta, y más aún, el orden en que lo hicieron. Realmente
“ingenioso” ha sido, porque habrá costado lo suyo colocar a un pirata como fue
"el almirante" Sir Francis Drake (ver aquí su digna vida y acciones) como segundo navegante en circunnavegar la
Tierra a bordo de su Golden Hind,
relatando además una historia aventurera y expedicionaria propia de los mejores
guiones de las películas históricas (tan trapaceras) de Hollywood. Decía la
revista en cuestión que la reina inglesa Isabel I ordenó a Drake una misión
secreta contra las colonias españolas del Nuevo Mundo, cuando España no estaba
entonces en guerra con Inglaterra, y al mando de cinco barcos, en 1577 puso
rumbo hacia el Suroeste, llegando al Río de la Plata y cruzó el Estrecho de
Magallanes. Se deduce de aquí la primera mentira: al no bordear el Cono Sur
nunca pasó por el Cabo de Hornos, por lo que no hay explicación alguna para
llamar Mar de Drake al mar que hay frente a la isla de Hornos. Continúa el
relato diciendo que, tras atacar algunos puertos españoles del Océano Pacífico,
en 1579 reemprendió el viaje hacia Filipinas, volteando finalmente el Cabo de
Buena Esperanza en la punta sur de África y llegó a Inglaterra en 1580, siendo
el primer inglés en dar la vuelta al mundo y el segundo en realizarla, sólo
superado por Magallanes y Elcano. Impresionante la odisea de Sir Drake, al que
volveré más adelante.
Siempre me ha
sorprendido la capacidad británica tan extraordinaria de cambiar la historia
faltando a la verdad, adaptándola sin escrúpulos a su mayor gloria y esplendor,
sin equivocarse nunca en contra; basta ver algún capítulo de historia de la
National Geographic referente a nuestro país para hacerse una idea. Este relato de la hazaña del pirata Drake
podría ser el guión de una superproducción de Hollywood (me extraña que no se
hiciera), aunque contara más mentiras que la película dirigida por John Wayne
en 1960 titulada “El Álamo”, en la
que también participó como actor rodeado de un elenco de famosos: Richard
Widmark, Laurence Harvey, Richard Boone, Frankey Avalon… y de la que merece la pena hablar brevemente.
Sabido es que trata de
la captura de la misión mexicana de El Álamo por un grupo de rebeldes
interesados en la expansión norteamericana sobre el territorio de Texas, que
querían robarle a Méjico. Esos rebeldes son ahora héroes norteamericanos. Lo
curioso de esa película, en la línea anglosajona, es que daba a entender que durante los trece días de
asedio (del 23 de febrero al 6 de marzo de 1836, aunque incluso insinúan que
fueron más) los héroes tejanos rechazaron varios ataques de los mexicanos hasta
que cayó el último defensor, cuando la realidad es que solamente hubo un ataque
y que duró muy poco la resistencia de los ocupantes rebeldes, ya que eligieron
un lugar equivocado para detener al ejército mexicano; la Misión española de El
Álamo era demasiado extensa para que
pudiera defenderla el número de invasores que allí había, como ya señaló Sam
Houston, máximo mando militar de los rebeldes. Se cuenta a propósito que media
docena de defensores se rindieron y fueron fusilados después por el General Santa Ana. Aquella epopeya mitificó
para la historia al congresista norteamericano Davy Crockett exaltando que su
amor por la libertad lo llevara a aquel lugar para pelear contra el cacique
invasor, cuando la verdad es que eran ellos los invasores y que con su presencia
en el evento sólo pretendía sacar beneficio para su reelección. Él pasaba por
allí creyendo que no se iba producir batalla alguna, convencido de que antes se
retirarían, como había ordenado Houston. Esa historia que la película exponía,
en una época en la que no existía Internet, convenció a muchos espectadores del
mundo sobre la valentía y el sentido del honor de la raza norteamericana –aún
no se conocía la realidad de la actuación norteamericana en el desastre de
Vietnam- en una época en que el total dominio anglófilo de la información hasta
hubiera podido llegar a conseguir, de haberse trasladado a ese tiempo, que al intelectual
presidente norteamericano Donald Trump le dieran el Premio Nobel de Medicina,
tras la brillante idea de curar la pandemia de coronavirus inyectando en las
venas de los infectados un desinfectante como la lejía, por ejemplo, que además
es barata y que ha puesto también en evidencia la inteligencia de una parte de
ese pueblo que han tenido que acudir a las urgencias de los hospitales
norteamericanos intoxicados por haberle hecho caso a su presidente. No se rían,
no hace falta que recuerde que Henry Kissinger, Secretario de Estado de los presidentes
Richard Nixon y Gerald Ford, recibió en 1973 el Premio Nobel de la Paz, cuando
fue uno de los principales valedores de la intervención de EEUU en la guerra de
Vietnam que tantas muertes costó, en la que se hicieron tantas barbaridades, y
que estuvo detrás del golpe de estado de Pinochet en Chile, que derrocó y
asesinó al presidente legal Salvador Allende y arrasó a la ciudadanía ilustrada
y obrera chilena en una orgía de tortura, asesinato, violación y
desapariciones. Uno de los beneficios que consiguieron estos ingleses
norteamericanos tras la Segunda Guerra Mundial, fue escribir las hazañas del
mundo de acuerdo con su visión palurda, su incultura y la búsqueda de
beneficios. Otro Premio Nobel de la Paz se le dió al primer presidente negro de Norteamérica, más por un afán de señalar el logro de que un afroamericano lograra ser presidente de un país que hizo todo por mantenerlos bajo la suela del zapato de los arios, que por sus méritos puesto que lo primero que hizo el bueno de Obama fue duplicar el número de soldados que mandaba a Afganistán, muy pacífico él...
Y ahora, ¡es de ignorantes que la gran multinacional McDonald’s borre a
España de la primera vuelta al mundo! Lo denunció a principios de septiembre de
2019 en el periódico El Mundo, en
plena celebración del Quinto Centenario de la gesta, la ensayista y profesora María Elvira Roca Barea cuando
informó que los McDonald’s de Francia regalaban a los niños libros divulgativos
que negaban la participación de España en la primera vuelta al mundo. No se menciona para nada a nuestro país, que financió el proyecto, ni que un español, Juan Sebastián Elcano, fuera el único
mando de aquella expedición que completó la vuelta, ya que Magallanes no la acabó
al morir en Filipinas.
Volviendo a la brillante vuelta al
mundo del pirata inglés narrada por la revista a la que aludo, ha sido curioso
que no se cuente, una vez más, la verdadera historia de aquella hazaña. Por
ejemplo, no señala que salió de Inglaterra al frente de una armada de cinco
barcos con la orden de saquear las posesiones españolas en el Pacífico, y que
era tan buen navegante que perdió cuatro barcos en el paso por el Estrecho de
Magallanes (las dos primeras expediciones españolas que dieron la vuelta al
mundo, la de Magallanes-Elcano con 5 naves y la de Jofre de Loaisa con siete,
sólo perdieron 1 barco que encalló, en el paso del Estrecho), y con su único
barco saqueó los puertos indefensos de Valparaíso, Arica y El Callao (13.02.1579);
ni que intentaba continuar sus saqueos marchando hacia Panamá y California,
pero que el Virrey español Toledo, conocedor de la “hazaña” de El Callao, envió
en su persecución al gran navegante de la Polinesia Pedro Sarmiento de Gamboa
al frente de dos barcos. Anduvo tras Drake durante mucho tiempo pero no llegó a
encontrarlo, dada la inmensidad del Pacífico, por lo que optó por volver hacia
el sur y esperar a que volviera, ya que Drake pensaba deshacer el camino a su
vuelta. Cuando se enteró de la persecución de los españoles, tras hacer una
breve parada en la costa norte de California para coger provisiones, huyó hacia
el oeste creyendo que le perseguían los españoles. Eso sí, por el camino saqueó
cuantos barcos de mercancías chinos, polinesios o portugueses se pusieron a su
alcance, huyendo de los barcos de guerra que se encontraba. Tomó la ruta
portuguesa y volvió por el Atlántico, logrando según sus compatriotas y afines
dar la segunda vuelta al mundo, olvidando que los supervivientes españoles
de la expedición de Garcia Jofre de Loaysa (ver entrada aquí
y aquí) de 1525 ya la habían dado. Fue el caso del capitán Hernando de la Torre y
17 supervivientes más que llegaron a España a mediados de 1536; incluso la
dieron antes también otros españoles que quedaron rezagados en algunas islas de
Oceanía al hundirse sus barcos y que, tras el Tratado de Zaragoza de 1529 en el
que españoles y portugueses acordaron la línea por el Pacífico que separaba las
posesiones españolas y portuguesas (paso del antimeridiano), los portugueses colaboraron
con los españoles repatriando a esos compatriotas, por lo que si seguimos un
orden temporal la vuelta de Drake no está entre las tres primeras
circunnavegaciones.
Sin embargo, en mi opinión, hay que darle la importancia que tiene, que
no es poca, a la circunnavegación del globo en la época de los bergantines. No
hay duda alguna de que fueron muchas, pero que en esa relación los navegantes
españoles ganarían por goleada, sobre todo después de que en 1762 Felipe II
conquistara Portugal, con lo que las Filipinas y alrededores ya eran españolas,
de manera que un navegante español cuando volvía de Filipinas podía escoger
para la vuelta la ruta española del Estrecho de Magallanes o Cabo de Hornos en América, o la ex portuguesa del
Cabo de Buena Esperanza en África. Que se eligiera una u otra ruta no era por
ahorrar distancia, ya que las dos tenían longitudes idénticas, lo que pudo
comprobar Alejandro Malaspina cuando
visitó Filipinas por la primera ruta española y volvió por África, dando la vuelta
al mundo (1786-1788). Fueron varios los navegantes españoles que repitieron esa
historia, como el vasco Ignacio María de
Álava y Sáenz de Navarrete, marino
tan admirable que dispondrá en mi blog de una página personal en una
publicación próxima, y que lo hizo como general capitaneando el navío Montañés en una expedición militar de seis
barcos (1795-1803). También el navegante de Cartagena de Levante, actual
Cartagena, Miguel Zapiain y Valladares,
quien navegando un tiempo por la zona de Filipinas, descubriendo la isla
Patrocinio, posiblemente la actual Midway en cuya cercanía se celebró la
batalla más decisiva del Pacifico en la Segunda Guerra Mundial, volviendo a circunnavegar la Tierra entre 1799
y 1800; y tantos otros navegantes españoles que se dirigieran a las Filipinas,
ya que la vuelta la podían realizar por ambos lados, por lo que no hay castigar
mucho el cerebro para buscar a navegantes que con barcos a vela hicieran esa
proeza, ni inventarse historias o hechos… Bastaría con acercarse a cualquier
Museo de la Marina española o viajar al Viso del Marqués, Ciudad Real, y
visitar el Archivo General de la Marina del Palacio del Marqués de Santa Cruz
(grandioso edificio repleto de simbolismo, cuya escalera inspiró la del palacio
del Escorial), residencia de uno de los almirantes grandes de España, Don
Álvaro de Bazán, y con unos días de investigación podrían obtener valiosa
información de más de una docena de navegantes españoles que realizaron esa
proeza. Pero entonces serían divulgadores independientes y universales, especie
que sigue estando en peligro de extinción.
Por cierto, aviso a navegantes... mi documentación sobre el interés de D. Álvaro en las posesiones calatravas no las obtuve del Archivo de la Marina de su palacio, sino del Archivo de la Corona de Castilla (esto es, el Archivo de Simancas, en Valladolid), supongo que ésto habría ahorrado dolores de cabeza a más de uno;).
Nos sorprendió su trabajo, Valeria, y nos ha alegrado la mañana con un rico debate. Nos agrada que recoja en sus página al Capitán General Don Ignacio Mª de Álava, como señala ese vitoriano fue otro de los grandes de nuestra historia. Nuestra satisfacción por su elección.
ResponderEliminarGracias por su comentario, Sr. Benítez, me agrada que le haya gustado mi artículo y espero que reciba en esa línea el que actualmente estoy preparando, referido al general Álava, otro de los grandes de España, eso sí, le ruego algo de paciencia, en cuánto lo termine, lo subiré. Un saludo.
EliminarInteresante trabajo Valeria, ha puesto usted sobre la mesa un interesante tema de debate. Nos ha alegrado conocer sus planes para recoger en su galería a tamaño marino como fue el Capitán General Álava. Será un buen homenaje del que gozaremos todos. Enhorabuena por su divulgativo trabajo.
ResponderEliminarGracias por su comentario, Sr. De la Seca. Me satisface pensar que mi próximo trabajo sobre el general Álava pueda interesarle y ayudarle a olvidar las demoledoras cifras que nos está dejando este coronavirus. Saludos.
EliminarNos sorprendió su crítica y nos gustó su razonamiento y deducción, solo tenemos con Ud una divergencia, creemos que se merece más el presidente Trump el premio nobel a la inteligencia en lugar de a la medicina, creemos que se lo ha trabajado más. Nos satisfacerá leer una remenbranza en su blog del gran militar vasco Álava, ese sí se lo merece. Saludos.
ResponderEliminarGracias por su comentario, Sr. Alcaide, pero debo disentir con respecto a sus palabras, porque si hablamos de los méritos adquiridos por Donald Trump creo que sería merecedor de los dos premios Nobel y yo aún añadiría uno más inexistente, al de la Ingeniería, porque su idea de arrojar desde aviones de extinción de incendios todo el contenido de sus bodegas a la cúpula de Nôtre Dame de París cuando ardía, no tiene desperdicio (¿llegó a plantearse lo que supondría verter de golpe grandes toneladas de agua sobre una cubierta de madera que estaba ardiendo? ¿o del efecto que tendría tan repentino cambio de temperatura sobre las rocas precalentadas que constituyen los muros, columnas, arcos … de la catedral? Habría sido condenarla a su práctica demolición). Con respecto al trabajo sobre el general Álava le comento que estoy en ello y ojalá cubra sus expectativas. Un saludo.
EliminarInteresante tema para olvidar al Coronavirus, ha logrado que nos olvidemos por unas horas de esta pesadilla y comentar algunos temas que ya habiamos olvidado. Ha sido justa su crítica, ya es hora de que se contradigan mentiras y medias verdades. Buen artículo y agradablemente insolente.
ResponderEliminarGracias por su comentario, Sr. Arostegui. Me agrada que le haya sido útil y entretenido mi artículo para olvidar esa pandemia que nos rodea y la desoladora cifra de fallecidos que ya supera los 24.400, sin palabras. Un saludo.
EliminarMe gustó su artículo, hemos pasado un buen rato debatiéndolo y en el que se ha concluid que en la mayoria de los casos suelen pasar a los hijos lo peor de los padres, y los norteamericanos no son una excepción, han cogido lo mejorcito de los británico, que es mucho. Incluso en la mayor gesta que se le puede recordar: su intervención en la Segunda Guerra Mundial dejaron ese rastro pordiosero y oscuro de corrupción, prostitución y robo por donde pasaron. Aquí se lo silenciaron porque gracias a ellos vencimos al nazismo, y se perdonó todo, como ese interesado y rentable Plan Marshall para los norteamericanos o el mercado de contrabando, varios, que dejaron en Francia, Italia, Paises Bajos.... y en Vietnam no se perdonó, porque perdieron, y aún así costó años llegar a la verdad de su honor y condición. Como bien dice, Valeria, el tener la prensa y los dólares con ellos, afirman y niegan lo que quieren y le importan poco matar a los suyos para conseguir su finalidad, no hace falta que recordemos como empezó el ataque a Cuba y eso que le ayudamos a independizarse. Estoy de acurdo con mi amigo Alcaide en la cantidad de cerebros pensantes que hay en aquel pais entre los dirigentes, tantos que haría falta varias fabricas de premios nobels para premiarlos a todos, ¡fue una injusticia que el honrado Nixon se fuera sin un par de ellos o el inteligente Bush junior, a pesar de que aún no se haya encontrado las armas de destrucción masivas en Irak que tanta muerte y ruina produjo a aquel país, hay que seguir buscando! No hay duda que son ejemplares hijos de los britanicos, aunque ahora se hayan cambiado las tornas y los dirigentes isleños sean un mal imitador del rubio pintado, pero sabio, Trump. También yo le felicito y espero su trabajo sobre un representante de la otra casta, la de los caballeros, a la que pertenece el Capitan General Álava. Nuestra enhorabuena.
ResponderEliminarGracias por su intervención, Sr. Uribe. Coincido con usted en su apreciación. Estamos agradecidos a los estadounidenses por liberarnos del nazismo, pero está claro que esas gentes no hacen nada gratuitamente. No me hable de Bush hijo y el solemne sopapo que se dio al tratar de huir en bici de manifestantes en una de las cumbres del G8...o cuando a poco se va a la UCI por atragantarse con una galleta (si bien de puertas para adentro se hablaba de otra versión), pero debe coincidir conmigo que el listón a genialidades como las que se está marcando Trump lo está poniendo realmente alto, ¿eh?. Sin ir más lejos hoy se ha anotado dos, decir a una periodista que desde los tres años tiene nacionalidad yanqui, que pregunte a los suyos chinos sobre la mortandad norteamericana de COVID-19 y decir que no se pone mascarilla en público por no dar imagen de debilidad. Campeón...En fin, los norteamericanos son muy capaces de vender a los suyos en aras del mayor beneficio, una costumbre que hemos padecido en nuestras propias carnes. Saludos.
EliminarLe agradecemos que haya apoyado la verdad de lo ocurrido con la región mexicana de Texas, aunque trabajo en la comunidad texana, soy muy respetuoso con mi origen, mi nacimiento y mis principios, y sabemos que cuando explica lo de El Alamo dice verdad, aunque aquí nadie lo acepte ni lo reconozca. Nunca están los estadounidenses conquistadores y ladrones preparados para asimilar la verdad, sólo las de sus películas fascistas le exponen, los llevan muy adentro. Mi reconocimiento por su artículo.
ResponderEliminarGracias por su intervención, Sr. Moreno, estoy totalmente de acuerdo con lo que señala y la verdad es que la ambición norteamericana, sus trampas y el complejo de cowboys no tienen parangón. No tienen remedio. Un saludo.
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