Es
curiosa la naturaleza del ser humano, mostrando una inclinación más o menos
acusada hacia lo irreal e irracional. Ahora que están reponiendo la exitosa
serie “Expediente X” y se han grabado 4 o 5 capítulos con los actores ya
maduritos, he vuelto a recordar el famoso poster que el guapo protagonista, el
agente del FBI Fox Mulder, tenía en su despacho mostrando lo que parecía ser un
platillo volador y sobre él, en grande, se leía “quiero creer”. Necesitaba
creer en la existencia de alienígenas y por eso su incesante búsqueda de pruebas
… que nunca llegó a lograr.
Pues
bien, la entrada de hoy vamos a dedicarla a analizar algunos hechos asombrosos
que ocurren en nuestro planeta y que son reales, científicamente explicables
con hechos más o menos cotidianos, nada mágicos…o sí. Después de todo, que algo
pueda entenderse mediante leyes físicas no quita para que no deje de ser
asombrosamente mágico y encantador. Y es que yo, como Mulder, acudo a los
hechos inexplicables pero a diferencia de él, yo necesito encontrar aquello que
los explique convincente y lógicamente, no al contrario. Ya que si por algo me
apasiona la Geología es porque nunca dejará de fascinarme las mil y unas
estratagemas de las que se ha valido la naturaleza, el planeta y la vida para
producir prácticamente cualquier cosa, llevando a los límites extremos todo
tipo de leyes físicas. Eso es para mí lo mágico de nuestro planeta. Y como suele decirle, "la realidad supera con creces la imaginación". Únicamente tenemos que abrir los ojos, salir de nuestras rutinas cotidianas y dejarnos asombrar por todo aquello que nos rodea. No hay que irse lejos, basta, a veces, pararse a contemplar cómo brillan las motas de polvo en los rayos del sol que se asoman a nuestras habitaciones por los resquicios entre las cortinas o persianas de las ventanas.
Hace
unos años, una universidad inglesa decidió realizar una encuesta entre la
población del lugar para sopesar los asuntos de lo paranormal, folclore y
supersticiones, a fin de abordarlos de la manera que mejor permitiera llegar al
colectivo más seguidor de estas creencias, para poder erradicarlas en plena era
tecnológica y científica. Después de todo, siempre se ha tendido a creer que
conforme la Ciencia avanza en sus investigaciones y desarrolla teorías que
vayan explicando el mundo que nos rodea, las supersticiones, mitologías y
religiones irán retrocediendo al encontrarse inútiles. Pues bien, el resultado
no pudo ser más impactante: resultó que cuántos más estudios tenía la persona
encuestada y más cultura (era más viajera y buena lectora de casi todo tipo de
literatura), más tendía a creer en la existencia de extraterrestres, fantasmas
e incluso duendes. ¿¿Qué estaba pasando??.
Es
más, si observamos los datos fríamente, ahora que posiblemente todos los
consultados no dudarán en asegurar que estamos en los tiempos más tecnológicos
y científicos que han existido en la historia conocida de las civilizaciones,
existe más variedad de religiones y sectas que nunca, y el fundamentalismo de
muchas de ellas está haciendo estragos e incluso cobrándose una buena cantidad
de muertos. ¿Por qué ahora que cada vez quedan menos fronteras inexploradas, el
ser humano comienza a recurrir a supersticiones y hechos paranormales?. ¿Qué
induce al ser humano a querer contar con una parcela de hechos inexplicables y
no contento con ello, a querer sumergirse de lleno en ella?. ¿Por qué una gran
mayoría de los seres humanos necesitan esa irracionalidad en sus vidas?.
Reconozco que no logro entenderlo. Me recuerda a un detalle de la tétrica,
oscura y negativa película “Seven”, con un atractivo Brad Pitt y Morgan Freeman
como detectives que persiguen a un asesino en serie obsesionado con los siete
pecados capitales (de ahí su título, “Siete”) y que por cierto, aunque muere el
asesino (Kevin Space), muere feliz pues finalmente gana: él será la séptima
víctima, a manos de un iracundo (Ira) Pitt; por mucho que Freeman le advierta
que terminaría en la cárcel, perdiendo su carrera y dándole la satisfacción al
asesino. Pues bien, la escena a la que me refiero es la relativa al asesinato
de una modelo, representando la Soberbia u Orgullo. El asesino le desfiguró la cara con
varios cortes que dejarían cicatrices muy visibles. En una mano le pegó con
cinta adhesiva un teléfono para llamar pidiendo ayuda y en el otro un bote de
pastillas para suicidarse. La modelo, desfigurada, optó por el suicidio al constatar
que ya no sería el referente de belleza de millones de personas. El ser humano
se me antoja igual con los asuntos paranormales: teniendo la Ciencia que pueda
explicarle lo que ha sucedido, opta por las más absurdas creencias e hipótesis
antes que admitir que está ante hechos reales y más o menos cotidianos, más o
menos reproducibles si en el laboratorio juntamos todas las variables que han
propiciado que ese hecho ocurra.
En esta misma
línea argumentativa, recuerdo una charla a la que asistí, dada por unos
científicos de la universidad de Edimburgo, relatándonos unos experimentos
realizados en los subterráneos de la ciudad escocesa en la que suelen darse
fenómenos de fantasmas. Tras elegir un grupo de voluntarios entre los que se
encontraban escépticos, firmes creyentes en lo paranormal e indiferentes al
tema, los repartieron por la zona pidiéndoles que anotaran todo lo que sentían
y veían, así como las coordenadas del lugar dónde lo experimentaran, además de
las mediciones de aparatos que se les habían enganchado en los cinturones,
aunque no supieran qué medían. Los resultados fueron asombrosos: resultó que en
el lugar en el que casi todos ellos habían dicho observar sombras extrañas,
“nubes o niebla” más o menos antropomorfa o incluso llegaron a considerar haber
visto realmente aparecidos, los aparatos habían medido sonidos que aparentemente
eran inaudibles por el oído humano. Los científicos se preguntaban si realmente
esa frecuencia de sonidos no podría manifestarse en nuestro cerebro haciéndonos
ver algo inexistente y ahuyentando a los animales, no porque vean fantasmas
sino porque les moleste esas vibraciones.
Así
las cosas, vamos a proceder a analizar determinados “hechos inexplicados”. El
primero de ellos es de apenas unas semanas y ha dado la vuelta al mundo, vía las
redes sociales, puesto que se han fotografiado ¡¡dos soles en nuestro planeta!!.
Como supondrá el lector, no han faltado todo tipo de teorías con
extraterrestres de por medio, recurriendo a grabados babilónicos y egipcios
diciendo que en la antigüedad había dos soles y que en las batallas alienígenas
de la antigüedad se destruyó uno de ellos, entre un sinfín de absurdos más. Eso sí,
claro, obviando –como digo siempre, las leyes físicas se cansan de mostrarnos
que no hay ningún hecho único y aislado en el Universo, si ocurre algo es
cuestión de tiempo que vuelva a pasar- que ya habían ocurrido visiones
similares (en Canadá, USA, China, … ¡e incluso en Extremadura, España!) no
hacía mucho tiempo (en 2015, 2011, 2010, …). Y eso que la referencia más antigua a este tipo de visión desconcertante se remonta a una batalla entre romanos y cartagineses hace más de dos mil años. Los romanos tomaron el hecho como un mal augurio y efectivamente, al término del día dos legiones completas morirían ahogadas tras una emboscada cartaginesa.
Lo
más curioso de todo es que estas visiones responden a explicaciones racionales sencillas, como que es el reflejo del sol sobre ciertas superficies
reflectantes (rascacielos de enormes cristaleras), el reflejo del flash de la
cámara sobre una partícula de polvo o un trozo metálico en el que no reparó el
fotógrafo al disparar la foto de la puesta de sol, y en otros casos se trata
del reflejo natural que los rayos del Sol producen en las partículas de hielo
de las nubes. En este último caso suelen observarse halos rodeando al astro
rey, o a la Luna, si es muy luminosa. En otros casos, se trata de la
combinación del Sol que se oculta, con la Luna (de luz más tenue) que se alza
sobre el horizonte en fase de Luna Llena. Las tres imágenes anteriores
responderían al caso de los halos, claramente perceptibles si miramos con
atención (algunos presentan incluso las características iridiscencias ya que el
hielo actúa como un prisma descomponiendo la luz blanca en sus diversas
tonalidades en un fenómeno de dispersión perfecto que ya pusiera de manifiesto Isaac Newton).
En la imagen de la izda puede observarse muy claramente el reflejo del
Sol, a tener menos intensidad de luz (a este fenómeno se le denomina “parhelio”
y suele darse cuando se combinan los cirroestratos, con hielo, y el Sol en su
cenit, al amanecer y al atardecer). En el centro, tomada en Zimbabwe (África)
el reflejo es tan intenso que se llega a confundir con el propio Sol que es el
que se localiza más abajo, además de ser ligeramente más intenso, el “sol
reflejado” sobre él presenta una morfología más irregular. A la derecha,
preciosa fotografía 100 % real de un halo de Sol tomada en Nuevo México (USA).
Este espejismo
o reflejo del sol por las partículas de hielo producen la imagen más “mágica”
cuando se da a unos 22 grados del verdadero sol, a ambos lados, generando un efecto
de tres soles que llegan a mostrar incluso una forma triangular. A continuación
mostraré varias imágenes del efecto que se fotografió en Rusia en enero de
2016.
Otro
de los “fenómenos extraños” de nuestros cielos es el del llamado “sol rojo”,
que en realidad se produce cuando observamos la Luna (luna naranja-roja), por
lo cual muchos tétricos prefieren denominarla “luna de sangre”. En estos casos
realmente estamos ante un eclipse lunar, ya que la Luna –que orbita alrededor
de la Tierra- se encuentra, con respecto al Sol, escondida tras nuestro
planeta. En este caso la luz solar (blanca), por el fenómeno de dispersión que
producen las partículas que hay en nuestra atmósfera se descompone en toda su
gama del arcoíris (distintas longitudes de onda) traspasando únicamente la de
la banda de los rojos que es la que incide sobre la superficie lunar. Al
reflejarla, se ve de esa tonalidad.
Además, la Luna se ve más roja cuando este curioso fenómeno coincide con los
momentos de la órbita terrestre alrededor del Sol, en que más nos acercamos al
planeta Marte. De ahí que la combinación
de ambos elementos (Marte, antiguo dios de la Guerra y el color rojo de la luna
similar a la sangre) dé alas a la fantasiosa imaginación de muchos supersticiosos
para relacionar el fenómeno con momentos sangrientos. Es el caso de la
adaptación al cine, del cuento de Caperucita Roja (Caperucita Roja ¿A quién tienes miedo?, 2011) en la que rescatan
las creencias de la licantropía europea (hombres-lobo) con la suposición de que
únicamente las personas mordidas por un Hombre-Lobo durante un periodo de “luna
sangrienta” se transformará en otro de estos monstruos.
Por
cierto que hablando de eclipses conviene recordar un hecho histórico, el
eclipse de Sol que va a suceder el próximo 21 de agosto de este año 2017. Como
supondrá el lector, en el caso de los eclipse solares es la Luna la que se
interpone entre nosotros y el Sol de forma que proyecta su forma (lo vemos como
silueta negra) sobre el Astro Rey. El problema es que casi exclusivamente en un
estrecho margen de los Estados Unidos podrá observarse como eclipse total de
Sol, por cuestiones de la rotación terrestre, la inclinación de su eje y la
órbita terrestre. Si picas aquí te redireccionaré a la página que la NASA posee
para este eclipse. De acuerdo con esta agencia, el eclipse total de Sol podrá verse en la
siguiente franja, entre unos segundos y dos minutos de duración:
A la izquierda, mapa de la NASA marcando en azul la banda en la que
podrá verse un eclipse solar total. A la derecha, cómo se verá desde España, de
acuerdo con SAROS.
En España el
eclipse solar del 21 de agosto de 2017 será muy parcial, ocurriendo entre las
20.44h y las 21.24h, coincidiendo con la puesta del Sol, casi desapareciendo ya
en el horizonte. Donde mejor se verá será en las islas Canarias y en Lugo (con
un 14,2 % de Sol tapado), mientras que en Barcelona, Valencia, Murcia y las
islas Baleares no se verá pues el Sol se pondrá (se ocultará en el
horizonte) antes de poder ver el
fenómeno, de acuerdo con los datos facilitados por la organización SAROS. Pica
aquí para informarte con todo detalle.
Esto
hablando de “eclipse”, pero si nos referimos al “rojo”, uno de los hechos que más pueden
llegar a impactar es la denominada “marea roja”, o “mar de sangre”, puesto que
las aguas cristalinas de mares, ríos y lagos pasan a mostrar una coloración
rojiza intensa.
Este
fenómeno es debido a la proliferación de unas diminutas algas cuya pigmentación
roja es característica (y evidente). Se denominan “cianobacterias” (del griego “ciano”,
“azul”), por lo general tienen una estructura que recuerda a un collar de
perlas desabrochado y son de los organismos más antiguos que perviven en nuestro planeta. De
hecho, se cree que gracias a ellas las ácidas condiciones iniciales del planeta
se fueron transformando en más propicias para la proliferación de vida, al
liberar grandes cantidades de oxígeno al aire. Esto fue así porque fueron
posiblemente de los primeros seres vivos en realizar la fotosíntesis, fijando
el CO2 atmosférico en forma de carbonato cálcico, generando los
denominados "estromatolitos", estructuras que recuerdan a una rugosa seta oscura y
que en el registro fósil aparecen casi desde las primeras rocas sedimentarias
en formarse. Si los observamos más de cerca, veremos que los estromatolitos
consisten en la superposición de finas capas de carbonato cálcico atrapado
entre las mallas de cianobacterias. Los más antiguos hallados cuentan con una
antigüedad de 3.500 millones de años. Como las cianobacterias, tienen la capacidad
de tomar igualmente nitrógeno atmosférico del aire; entre todas ellas lograron transformar las
condiciones anaerobias (o carentes de oxígeno disponible) de la superficie
terrestre al formarse la Tierra, en aeróbicas. Actualmente pueden verse estromatolitos
“vivos“ en Australia en la “bahía tiburón” o “Shark Bay”. Por cierto que los tiburones son otro tipo de "fósiles vivientes", animales llamados así porque desde su aparición hace cientos de miles de millones de años (que se dice pronto), prácticamente apenas han sufrido modificación alguna en su aspecto por lo perfecto de su diseño, sumamente funcional (por favor, no comprar "recuerdos turísticos" con dientes de tiburón actuales, están en muy grave peligro de extinción y nadie se ha molestado en hacer un censo de las poblaciones globales que quedan, pues son cazados por millares como meros trofeos; es el culmen de la cadena trófica marina y si ellos desaparecen no habrá control de otros organismos que desequilibrarán la ya de por sí precaria situación de nuestros mares; hay millones de dientes de tiburón fósiles, sumamente baratos e igualmente bonitos como colgantes o adornos).
Estromatolitos fósiles en corte longitudinal vertical (A, B) y
transversal (C). Estromatolitos vivos en la costa de Australia. Los estromatolitos suelen encontrarse en rocas ornamentales, por lo decorativo que resultan.
Estos
organismos son microscópicos, de manera que para darse una “marea roja” debe
existir un aumento exagerado de estas algas, generalmente relacionado con el
sobrecalentamiento de las aguas superficiales de nuestro planeta (a esta
proliferación desmedida se le denomina “floración algal” o “bloom”). Esta
proliferación de cianobacterias suele conllevar la muerte de la fauna y flora
que existe en la zona, al competir con ellas por los nutrientes y oxígeno
disponibles. Tampoco es recomendable para la salud ingerir pescado -o moluscos- que muestre
cianobacterias en su interior, por las toxinas que presenta. Sin embargo no se
puede negar que uno de estos crecimientos desproporcionados de cianobacterias
es sumamente impactante, visualmente hablando:
Otro
microorganismo, Dunaliella salina, en
este caso un alga es el responsable de una coloración tan curiosa que parecería
un montaje. Se trata de una coloración rosada que confiere a un lago africano su aspecto sumamente fotográfico, concretamente el Lac Retba o Lago Rosa, en Senegal
(África). Como en el caso del Mar Muerto, este lago presenta una salinidad tan
elevada que provoca que la gente flote en él. Lo mismo ocurrirá en otras
lagunas salinas africanas (sebjas, en geología) como las que se encuentran en
Túnez, mostrando coloraciones parecidas.
Las dos primeras figuras (izda y centro) corresponden al Lago Rosa
senegales, teñido por los pigmentos de las mismas microalgas que proporcionan
su color a las aves zancudas llamadas popularmente “flamencos”, denominadas así porque para buscar a estos microorganismos entre el fondo de los lagos suelen patalear sobre el fango, removiéndolo y recordando a un "bailaor" flamenco dando taconazos. A la dcha,
sebja tunecina.
Otra
proliferación desmedida de microorganismos marinos que genera una visión casi
de otro mundo es la conocida como “mar de ardora”, en el que los pigmentos de
los microorganismos en este caso son lumínicos, generando una fosforescencia en
las aguas, embriagadora. Esta bioluminiscencia tan hermosa es consecuencia en
realidad del terror de unos microorganismos que forman parte del placton, la Noctiluca miliaris (en diversas playas
mexicanas), por ejemplo, que emite esta luz cuando se siente amenazada así como
los dinoflagelados bioluminiscentes Lingulodinium
polyedrum y Pyrodinium bahamense
(San Diego, Puerto Rico, entre otros lugares).¿Fue un fenómeno de este tipo el
que observaron las tripulaciones de La
Pinta, La Niña y la Santa María, en la travesía del
Descubrimiento y que anotó Cristóbal Colón relatando que al cruzar el Mar de
los Sargazos las oscuras aguas del mar (era de noche) resplandecían?,
¿observaron la bioluminiscencia de estos microorganismos que se sintieron
amenazados por las vibraciones causadas por las naves españolas en su ruta
hacia el Nuevo Mundo?.
Pero
si hay un fenómeno impactante, destructivo y constructivo a partes iguales, ese
es el de las erupciones volcánicas. Se producen cuando los volcanes liberan a
la superficie masas rocosas en estado fundido, procedentes de las capas
internas de la Tierra y que se encuentran a gran temperatura y presión. Son
destructoras porque para equilibrar las presiones de la cámara magmática y la
de la superficie terrestre se produce una liberación violenta de gases, lava
incandescente y cientos de partículas de todo tipo que son esparcidas más o
menos violentamente (dependiendo de la acidez del magma, cuanto más ácidas son
las lavas, más violentas son las erupciones; por cierto que conviene aclarar un
matiz geológico: el "magma" es roca fundida en el interior de la Tierra y cuando sale a la superficie, se
denomina "lava"). El efecto es similar al de agitar una botella de bebida
carbonatada o de cava, llena y a continuación soltar el tapón. Los gases que se
encuentran presionando contra la superficie que los encierra, de
pronto son liberados arrastrando con ellos todo tipo de partículas (recordemos que los átomos tienen cargas positivas y negativas) y elementos.
El aire queda, además de sumamente caliente, muy cargado eléctricamente y de
ahí que generalmente suelan observarse en estas violentas erupciones, relámpagos.
El espectáculo es soberbio: el poder de la naturaleza en estado puro. Es
demoledor y destructivo, pero también constructivo ya que cuando la lava pierda
sus gases y disminuya su presión y temperatura, petrificará generando rocas muy
ricas en casi todos los elementos de la tabla periódica. Por eso las tierras
volcánicas son sumamente fértiles, generando rocas pero también propiciando el
desarrollo de la vida … que ha logrado sobrevivir, claro.
El espectáculo de una erupción volcánica es siempre magnífico: mientras
en los volcanes con lava ácida la tierra y los cielos se estremecen, en los
volcanes con lava básica ésta fluye mansamente a favor de la pendiente. Si
llega al mar, el vapor del oleaje se mezcla con el generado por la evaporación,
al contactar la lava con el agua marina.
Pero
si lo que se trata es de combinar además de paisajes casi extraterrenos,
dureza, condiciones extremas y coloraciones naturales imposibles, sin duda
tendremos que dirigirnos a la zona minera de Riotinto, en la Faja Pirítica
(suroeste de la Península Ibérica).
Se
trata de la mayor concentración de sulfuros del mundo. De origen hidrotermal
asociado a fenómenos de vulcanismo, su concentración en minerales como el
cobre, el níquel, el plomo y el oro, entre otros confiere a las aguas naturales
que discurren por entre estas menas un característico color rojizo oscuro, como
el del vino tinto. La acidez es tal que se pensaba que no podía existir vida
alguna en ellas. Sin embargo, el hallazgo de bacterias anaerobias que se
alimentaban de azufre llevaron a los científicos de la NASA a realizar en el
área una serie de muestreos, experimentos y análisis para extrapolar las
posibles condiciones de vida similar a las de aquí, a zonas sumamente extremas
de la Tierra (por ejemplo, áreas volcánicas submarinas) o de otros planetas.
Como
hemos visto en esta entrada, no es necesario recurrir a hombrecillos verdes o
leyendas extrañas para encontrar parajes y hechos que parecerían un montaje de
ordenador, de no poder comprobar in situ la veracidad de ellos. Y es que la
Ciencia y sobre todo la naturaleza es siempre fascinante.
Como
última pincelada, recomiendo mi último gran hallazgo, la serie “Secretos del Universo, con Morgan Freeman”
(aunque su título original sea “Through
the Wormhole”, “a través del agujero
de gusano”, los atajos espacio-temporales que Einstein supuso que existían
en el Universo), una serie de documentales (actualmente estoy viendo la
temporada 6, en las comidas), en los que se explican las últimas
investigaciones en diversas cuestiones existenciales y que plantea no pocas
cuestiones que dan que pensar.