miércoles, 3 de noviembre de 2021

Dos yacimientos imperdonablemente olvidados

    Quisiera compartir con los lectores el lamentable estado que he encontrado de dos yacimientos que me parecen de sumo interés. El desinterés total de los vecinos del lugar, de los agentes de protección y seguridad, de los políticos locales y autonómicos, así como de los arqueólogos ha generado el deterioro de estos dos yacimientos irremplazables.

                El primero se remonta hasta el remoto tiempo Epipaleolítico, cuando el ser humano sale de las cavernas y se lanza a la conquista del territorio, persiguiendo a las migraciones de los animales de los que se alimenta, a la par que empieza a domesticar determinadas especies animales así como a la siembra de plantas silvestres comestibles.

                En esta temprana época se empieza a innovar con la manipulación de los materiales a su disposición, bien sea hueso (de animales cazados), piedra o barro para producir herramientas cada vez más eficientes y especializadas, a la vez que se sigue manteniendo la compleja religiosidad paleolítica. Esto de por sí ya justificaría un gran cuidado continuo y constante de este asentamiento, si bien lo trascendental de él –por su vistosidad- se dará en época romana, cuando este santuario milenario se llena de escritos del poeta Virgilio y de su obra, la Eneida. Fascinante. Y único, porque que yo sepa, no se conoce otro yacimiento similar. Pues bien, esta maravilla se encuentra en territorio murciano, no lejos de la localidad de Fortuna, donde los romanos supieron rentabilizar la presencia de aguas termales mineromedicinales. Recibe el nombre de Cueva Negra. Se dice en una escueta página oficial de la Región de Murcia sobre este yacimiento:

El yacimiento de la Cueva Negra se localiza a unos 3 km de Fortuna en la Sierra del Baño. Es un importante conjunto de 3 abrigos rocosos de alto interés paisajístico y santuario pagano. Contiene en su interior un importante número de textos latinos pintados “tituli picti”, entre los que cabe destacar los fragmentos más antiguos de la Eneida de Virgilio.

Usado como Santuario en época romana.

OBSERVACIONES: Preguntar en oficina de turismo.” Que por supuesto estaba cerrada, cuando fui en agosto de este año.

CARACTERÍSTICAS: época romana”. Se ve que a pesar de ser una web del Instituto de Turismo de la Región de Murcia, desconocen que este yacimiento fue usado en épocas anteriores a los romanos.

                Algo más serios y rigurosos parecen ser en otra página oficial, donde no dudan en mencionar las herramientas de sílex paleolíticas halladas, sino que debió ser un santuario íbero antes que romano (ver aquí

                Merece la pena completar la información leyendo los epígrafes que estaban aquí grabados, haciendo referencia  a las ninfas de las aguas. Recomiendo para ello hacer clic en este enlace.

                No engaño si digo que estaba excitada por la visita a tan fabuloso y peculiar yacimiento… y la decepción fue total. Aunque anunciado por todos lados, con vistosos carteles, el lugar es claramente un punto de realización continua de “botellona”, de concentración de personas sin más interés que emborracharse y liarse con gente de otro sexo o del suyo.


     El yacimiento carece de vallas que lo protejan, no hablemos ya de vigilancia, por doquier se ven botellas, latas, plásticos (bolsas y vasos), latas de conservas y papel higiénico usado tirado. Un auténtico vertedero. Entonces se llega a la pared rocosa. Y la frustración se torna en ira y desprecio pues los escritos latinos ya apenas son reconocibles, sobrescritos con nombres de salvajes analfabetos acomplejados que pasan a delincuentes que destrozan sin ninguna ética un yacimiento sin igual, de grafitis  y de pedradas que han roto parte de las paredes de esta visera rocosa en la cual nacía un arroyo.


Aspecto del yacimiento, conforme nos aproximamos en el último tramo del camino. Puede apreciarse basura tirada por todos lados, aunque fui evitando expresamente que saliera en las imágenes.


En esta cueva poco profunda encontré un trozo de sílex tallado que dejé sobre una piedra, cerca de donde lo encontré pues es parte del yacimiento y que me lleva a pensar que en esta covacha más alejada era donde posiblemente tallaban sus herramientas de piedra, en el Paleolítico y Epipaleolítico. No pude evitar pensar su similitud con otro yacimiento, también murciano y de nombre similar, del que había leído en este enlace


Aspecto actual de los textos latinos grabados, hoy difícilmente reconocibles entre nombres y tonterías escritos por vándalos irracionales.

A algún cerebro pensante de la localidad no se le ha ocurrido otra cosa que añadir aquí una verja. Lógicamente y por falta de mantenimiento, este rincón vuelve a ser un vertedero con las basuras arrojadas fermentando y contaminándolo, atrayendo todo tipo de insectos, a la par que la humedad ha provocado que la verja se oxide y altere la roca que lo sujeta.


    Aspecto del interior del recinto cerrado, donde nace el manantial sagrado, que como se aprecia, también ha sido grafiteado.

En fin, ha sido tal la decepción y tristeza que me ha dejado este abandono del yacimiento que me ha bloqueado, lo confieso. ¿Cómo puede permitirse esto?, ¿cómo puede quedar tan impune que se destroce de esta manera un yacimiento irremplazable?, ¿a quién se le ocurre anunciar con carteles un yacimiento incapaz de proteger cuando encima existen restos de casas abandonadas cerca que permitirían agregar una fuerte valla que impidiera el total acceso a este yacimiento? Resulta además irrisorio, si no tuviera funestas consecuencias, los carteles dejando el yacimiento a su suerte pero pidiendo al visitante que lo cuide; casi tan absurdo como poner en una zona boscosa un cartel que dijera “señor pirómano, absténgase de hacer fuego”. Causa auténtica indignación este desprecio institucional y a todos los niveles, pues estoy segura que casi nadie ha oído hablar antes de la existencia de este peculiar santuario milenario, ya difícilmente recuperable.

                El siguiente yacimiento corresponde a unos milenios después, emplazándonos en la etapa visigoda-árabe de la Península Ibérica. Su localización, esta vez más al norte, cerca de la localidad jienense de Úbeda, se debió a que se trataba de una comunidad de cristianos en tierras de dominio sarraceno (por tanto, los llamados mozárabes). Se trata del eremitorio más al sur conocido en nuestro país, si bien consta de varios de ellos. El enclave es fascinante y los eremitorios (pequeños templos) excavados en la roca son maravillosos. El valor del yacimiento se enriquece cuando leemos que no lejos de este paraje los arqueólogos han localizado una villa romana, así como restos iberorromanos.


                El asentamiento al que me refiero, aún por excavar, permite observar restos de muros, de canalizaciones de agua e incluso se intuye la presencia de un yacimiento íbero.


                De nuevo el vandalismo está presente encontrándose grabados nombres donde sin duda debieron existir otros grabados de gran valor patrimonial en la zona donde aflora la roca.



     Nada hace presagiar que nos vamos a encontrar con las maravillas que de pronto aparecerán labradas en la roca.


                Y de pronto…. Taaaachan

                Hasta tres eremitorios labrados en la roca aflorante. Curiosamente hay varias higueras, en esta zona (el resto del campo corresponde a monocultivo de olivos). Me llama la atención porque ya expuse en mi reciente libro “el fenómeno de las vírgenes negras” cómo el higo y la breva solían tener connotaciones de fertilidad y prosperidad en la época goda.


                De nuevo en una covacha oculta entre las ramas de una higuera, lejos aparentemente del vandalismo, pude observar cómo efectivamente existían grabados.

                Por lo general todos ellos siguen el mismo esquema, espacios de poca extensión, con forma de gota en el interior, con varios nichos excavados en la pared y uno de ellos dotado de un pequeño manantial que brota en la roca a modo de fino hilo de agua dulce


                Y ahora viene la mala noticia. Visité este yacimiento allá por finales de junio de este año, cuando intenté (sin éxito) lograr pillar abierto el Centro de Interpretación de la sepultura íbera de la Toya, en Peal del Becerro. Tan fascinada me quedé con este lugar que me hice un hueco para mostrárselo a unas amistades amantes de nuestra historia, de manera que estuvimos el 2 de noviembre. Lamentablemente alguien había saqueado este lugar, entre mis dos visitas y os explicaré la razón. En junio, uno de los dos eremitorios –el mayor, pues cuenta con dos pequeñas habitaciones adicionales- mostraba en el suelo lo que parecía ser un altar en mármol bellamente decorado con un crismón (basado en las palabras de la Biblia: “yo soy el alfa y el omega, el Principio y el Fin de todo”) y una cruz paté. En mi visita posterior de hace unos días, la pieza había sido robada, así que muestro las fotografías que tomé de ella por si pueden ayudar a las autoridades a dar con el objeto robado (quiero pensar que era una réplica del original que esté a buen recaudo, pues uno de los eremitorios está dotado de una verja de hierro abierta, así que supongo que los arqueólogos debieron proteger lo que pudieron de este yacimiento, suponiendo que sería vandalizado y saqueado, terminando en el mercado negro muchos de sus elementos).


                A continuación se puede ver un detalle de los nichos excavados en el interior de uno de estos recintos, así como un cuarto eremitorio destrozado y lleno de grafitis actuales.


           Finalmente, ¿es un repentino brote de morriña a mi tierra soriana, un ejemplo de pareidolia o es que efectivamente en esta puerta de acceso a uno de los eremitorios se talló el contorno de una figura femenina, posiblemente la Diosa Madre, como sucede en la cueva junto a la ermita templaria del Cañón de Río Lobos, en Soria (a la derecha)?, ¿estuvo el Temple por estos parajes (recordemos que fueron el brazo armado de Alfonso VIII de Castilla, el rey de las Navas de Tolosa, criado en Soria por el Temple y cuñado de "Corazón de León"; más información al respecto en mi obra "La Orden del Temple pudo crearse en España")?


                Lo dicho, resulta sumamente desesperanzador contemplar el desprecio que se tiene en España por el Patrimonio Histórico, dejando yacimientos únicos a su suerte, sin protección ni vigilancia alguna. De estar en Reino Unido o Francia, la historia de estos enclaves destinados a desaparecer sería otra bien distinta. Y a saber qué maravillas han desaparecido ya. 

3 comentarios:

  1. ¡Bonito enclave! Lástima de tan poco civismo

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  2. Gracias por compartir sus opiniones. Esperemos que sirva para que tomen nota las autoridades competentes y pongan medios para evitar el deterioro de estos enclaves tan peculiares. Un saludo.

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