Si hay algo que siempre me ha espantado un poco de los
escritores franceses y anglosajones de los siglos XVII-XIX ha sido ese
barroquismo al hablar para no decir casi nada, algo que me resulta desesperante.
Esta
manera tan pomposa de conversar acabó llegando a todos los niveles y
circunstancias. Pues bien, como muestra de ello, reparemos en una reprimenda
que el ministro de guerra del rey francés Luis XIV, François Louvois, realizó a
un oficial que mostró no estar a la altura de la circunstancias:
-
Ministro Louvois: Señor, su compañía se encuentra en muy
mal estado.
-
Oficial Nogaret: Señor, no lo sabía.
-
Ministro Louvois: Hay
que saberlo. ¿La ha visto usted?.
-
Oficial Nogaret: No.
-
Ministro Louvois: Debería haberla visto, Señor.
-
Oficial Nogaret: Señor, daré la orden.
-
Ministro Louvois: Debería haberla dado. Es preciso tomar
una decisión, Señor, o se es cortesano o se cumple con su deber cuando se es
oficial.
¡Y esto es sólo por pasar
revisión a la tropa!. No me puedo ni imaginar el diálogo durante las órdenes a
lo largo de una batalla. Supongo que la táctica a usar en ese caso sería la de
vencer al enemigo por buenas dosis de aburrimiento...
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