viernes, 6 de junio de 2014

Hasta en el ejército con elegancia


    Si hay algo que siempre me ha espantado un poco de los escritores franceses y anglosajones de los siglos XVII-XIX ha sido ese barroquismo al hablar para no decir casi nada, algo que me resulta desesperante. 
     Esta manera tan pomposa de conversar acabó llegando a todos los niveles y circunstancias. Pues bien, como muestra de ello, reparemos en una reprimenda que el ministro de guerra del rey francés Luis XIV, François Louvois, realizó a un oficial que mostró no estar a la altura de la circunstancias:

-         Ministro Louvois: Señor, su compañía se encuentra en muy mal estado.
-         Oficial Nogaret: Señor, no lo sabía.
-          Ministro Louvois: Hay que saberlo. ¿La ha visto usted?.
-         Oficial Nogaret: No.
-         Ministro Louvois: Debería haberla visto, Señor.
-         Oficial Nogaret: Señor, daré la orden.
-         Ministro Louvois: Debería haberla dado. Es preciso tomar una decisión, Señor, o se es cortesano o se cumple con su deber cuando se es oficial.
¡Y esto es sólo por pasar revisión a la tropa!. No me puedo ni imaginar el diálogo durante las órdenes a lo largo de una batalla. Supongo que la táctica a usar en ese caso sería la de vencer al enemigo por buenas dosis de aburrimiento...

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