Posiblemente es el naufragio
más famoso del siglo XX. Pocas son las personas que no sepan decir nada de este
enorme trasatlántico de la compañía White Star, que se hundió en su viaje
inaugural rumbo al puerto de Nueva York, la noche del 10 de abril de 1912, al
colisionar con un iceberg.
Cuando
en 1985 el equipo del Instituto Oceanográfico Woods Hole (WHOI), con el doctor
Robert Ballard al frente, descubrió los restos hundidos del barco a más de
cuatro mil metros de profundidad en pleno Atlántico Norte, comenzó la
titanicmanía a nivel mundial.
Desde
entonces se han realizado numerosas inmersiones al barco, se han extraído de él
más de 6.000 objetos incluyendo una plancha del casco del buque o una de sus cuatro chimeneas, se han
realizado infinidad de exposiciones por todo el mundo centradas en el
celebérrimo trasatlántico que han sido éxito de asistencias e incluso hay una
empresa privada que realiza viajes turísticos a los restos del barco, a bordo de pequeños
submarinos MIR soviéticos por el módico precio de más de 35.000 dólares
norteamericanos.
Ahora
bien, dejando esta histeria y titanicmanía que provoca todo lo relacionado con
el naufragio aparte, los datos científicos tomados a lo largo de los distintos
años por el Instituto Oceanográfico WHOI muestran que el Titanic se está
degradando rápidamente. Mientras que las bacterias de óxido acaban con casi
todos los remaches de la megaestructura que aún hacen que se mantenga unida, la
corrosión provocada por el agua marina va menguando el grosor de las láminas de
acero y otros metales usados, de manera que la situación actual de la
estructura es calificada como “problemática”.
En la imagen
podemos apreciar el rápido deterioro que los restos del Titanic están
sufriendo, puesto de manifiesto por el Instituto Oceanográfico WHOI. Para un
estudio más detallado, aconsejo visitar esta web realizada gracias a Robert
Ballard y William Lange.
En opinión del
especialista en el Titanic, Charles A. Haas, en un máximo de diez años el barco
terminará desmoronándose y desapareciendo. De esta manera, el lugar donde yace,
que es tumba de más de 1.500 personas, se convertirá también en el cementerio del
celebérrimo barco y de las miles de historias fantásticas que circulan sobre él,
como que sus bodegas contenían oro del Gobierno inglés destinado a financiar
parte de los descomunales gastos armamentísticos que los estadounidenses
tuvieron durante la II Guerra
Mundial y que por eso fue hundido por un submarino nazi, no por el choque con un iceberg, o que el barco
portaba en su caja fuerte principal un cargamento de piedras preciosas de la
compañía sudafricana De Beers valorado en 125 millones de dólares.
De todas formas, siempre quedarán las imágenes de su hallazgo, las posteriores expediciones, los objetos rescatados y los testimonios que en su día dieron familiares y supervivientes. Tristemente, ha habido infinidad de naufragios de muy distinta índole a lo largo de la historia conocida, pero ninguno con tanto eco sostenido en el tiempo. ¿Qué circunstancias rodean este hundimiento para encandilar de esta manera a millones de personas a lo largo de las distintas décadas que se han ido sucediendo desde el fatal desenlace del trasatlántico?.
No hay comentarios:
Publicar un comentario