La noticia se daba a conocer
este verano al hacer públicos los hallazgos de las excavaciones e
investigaciones realizadas desde 2008 en el país de los incas. De esta manera,
Józef Szykulski (Instituto de Arqueología de la Universidad de
Breslavia, Polonia) divulgaba el hallazgo en el sur de Perú, por su equipo en colaboración
con otros arqueólogos de Perú, Colombia y Polonia, de 150 tumbas
pertenecientes a una cultura hasta ahora desconocida. El
cementerio se sitúa en el fértil delta fluvial del Tambo, al norte del desierto
de Atacama.
Por
desgracia para la arqueología y el patrimonio de Perú, las tumbas habían sido
ya profanadas por saqueadores que han hecho de la vergonzante tarea de vender
al mejor postor la herencia y raíces del país su forma de vida. Es de suponer
que parte del ajuar funerario de estos enterramientos debió estar constituido
por elementos metálicos que evidenciaron la existencia de estas tumbas
a los detectores de metales que llevarían los profanadores, dado que el equipo de arqueólogos encontró que los enterramientos se realizaron directamente en la
arena de la zona, retirando la parte necesaria para ubicar al fallecido y a su
ajuar, ya que carecía de
estructuras con lajas que formaran un arcaico féretro de piedra.
El
hecho de ser tan rudimentaria la técnica funeraria usada justifica para los
investigadores el hecho de que esta cultura hubiese pasado desapercibida a la Arqueología hasta
ahora.
Los
científicos estiman que esta cultura agrícola debió desarrollarse hacia los
siglos IV-VII d. C., en la zona norte del actual desierto de Atacama, antes de
que la cultura Tiahuanaco o Tiwanaku se extendiera hasta este extremo del actual Perú.
Como
ya ocurriera con la cultura Paracas, a los arqueólogos les ha sorprendido la calidad y abundancia de
tejidos hallados en estas tumbas, que van desde un gorro realizado con lana de
llama, hasta las mortajas mortuorias que envolvían los cuerpos, elaboradas con
fibras vegetales entre las que destaca el algodón, en esteras e incluso en
redes de pesca (¿servían estas envueltas mortuorias para destacar la principal
ocupación del fallecido, en vida?). Igualmente se han hallado varias piezas
cerámicas, mostradas en la imagen (derecha, comparándola con una pieza cerámica
Tiahuanaco mostrada a la izquierda).
A
pesar de que las tumbas se encontraron profanadas, dos han sido -hasta el
momento- los aportes de esta nueva cultura y es que no sólo las llamas estaban
presentes en este pueblo por su lana, sino que incluso se ha encontrado el
cuerpo de un ejemplar joven de esta especie de camélido americano, ubicando la
presencia de estos animales entre las distintas comunidades humanas de la zona
mucho antes de lo que se pensaba hasta el momento.
Pero
como digo, las sorpresas no acababan ahí ya que se han encontrado arcos y flechas, siendo bastante escaso hasta la fecha este tipo de hallazgo entre los diversos pueblos peruanos. Y
sin embargo en este cementerio de la nueva cultura hallada, son numerosos los
arcos, flechas con punta de obsidiana y cajas (o aljabas) para llevar estas
flechas que formaban parte del ajuar funerario. En la imagen se aprecia uno de
los esqueletos enterrado junto a su arco. De acuerdo con el director
del proyecto arqueológico Tambo, Józef Szykulski, estos arcos designaban la
élite dirigente de esta cultura, aquí enterrada.
A
modo de curiosidad, debo comentar una rareza observada en los enterramientos de esta
nueva cultura y es el uso de un artilugio (un trozo de caña) que quedaba a ras
de suelo, asomando ligeramente en la superficie, mientras que el otro extremo se
ubicaba en uno de los oídos de cada difunto. ¿Era una manera de comunicarse los
vivos con sus parientes fallecidos?.
En
lo que respecta a la cultura Tiwanaku, de acuerdo con hallazgos realizados por
este mismo equipo de investigadores, parece ser que comenzó su expansión por la
zona del delta del río Tambo hacia el siglo VIII-X.
De esta
manera, el mapa que se muestra en la imagen señala la expansión de las
distintas culturas y es que mientras la cultura Huari, predecesora de la Inca, se ubica entre el
pueblo Chimú (aniquilado por los incas) al norte y Tiahuanaco al sur, la
cultura ahora encontrada sería la predecesora de la Tiahuanaco en la zona
norte del actual desierto de Atacama, en el delta del Tambo. En la imagen
derecha de la figura se muestra una tumba Tiahuanaco realizada con círculos de
piedra. Ahora bien, uno de los
esqueletos excavados presenta un cráneo anormalmente alargado (imagen central),
ya observado entre los restos esqueletales de individuos de la cultura
Tiahuanaco, por lo cual la pregunta no se hace esperar. ¿Tomó la cultura
Tiahuanaco la costumbre de deformar los cráneos de determinados personajes de
la sociedad de esta cultura recientemente encontrada o bien –como opinan algunos
académicos- esta cultura es la misma Tiahuanaco con algunas variaciones
regionales?.
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