viernes, 21 de noviembre de 2014

Descubierta una nueva cultura en Perú


La noticia se daba a conocer este verano al hacer públicos los hallazgos de las excavaciones e investigaciones realizadas desde 2008 en el país de los incas. De esta manera, Józef Szykulski (Instituto de Arqueología de la Universidad de Breslavia, Polonia) divulgaba el hallazgo en el sur de Perú, por su equipo en colaboración con otros arqueólogos de Perú, Colombia y Polonia, de 150 tumbas pertenecientes a una cultura hasta ahora desconocida. El cementerio se sitúa en el fértil delta fluvial del Tambo, al norte del desierto de Atacama.

 
         Por desgracia para la arqueología y el patrimonio de Perú, las tumbas habían sido ya profanadas por saqueadores que han hecho de la vergonzante tarea de vender al mejor postor la herencia y raíces del país su forma de vida. Es de suponer que parte del ajuar funerario de estos enterramientos debió estar constituido por elementos metálicos que evidenciaron la existencia de estas tumbas a los detectores de metales que llevarían los profanadores, dado que el equipo de arqueólogos encontró que los enterramientos se realizaron directamente en la arena de la zona, retirando la parte necesaria para ubicar al fallecido y a su ajuar,  ya que carecía de estructuras con lajas que formaran un arcaico féretro de piedra.
            El hecho de ser tan rudimentaria la técnica funeraria usada justifica para los investigadores el hecho de que esta cultura hubiese pasado desapercibida a la Arqueología hasta ahora.
            Los científicos estiman que esta cultura agrícola debió desarrollarse hacia los siglos IV-VII d. C., en la zona norte del actual desierto de Atacama, antes de que la cultura Tiahuanaco o Tiwanaku se extendiera hasta este extremo del actual Perú.
            Como ya ocurriera con la cultura Paracas, a los arqueólogos les ha sorprendido la calidad y abundancia de tejidos hallados en estas tumbas, que van desde un gorro realizado con lana de llama, hasta las mortajas mortuorias que envolvían los cuerpos, elaboradas con fibras vegetales entre las que destaca el algodón, en esteras e incluso en redes de pesca (¿servían estas envueltas mortuorias para destacar la principal ocupación del fallecido, en vida?). Igualmente se han hallado varias piezas cerámicas, mostradas en la imagen (derecha, comparándola con una pieza cerámica Tiahuanaco mostrada a la izquierda).

            A pesar de que las tumbas se encontraron profanadas, dos han sido -hasta el momento- los aportes de esta nueva cultura y es que no sólo las llamas estaban presentes en este pueblo por su lana, sino que incluso se ha encontrado el cuerpo de un ejemplar joven de esta especie de camélido americano, ubicando la presencia de estos animales entre las distintas comunidades humanas de la zona mucho antes de lo que se pensaba hasta el momento.
            Pero como digo, las sorpresas no acababan ahí ya que se han encontrado arcos y flechas, siendo bastante escaso hasta la fecha este tipo de hallazgo entre los diversos pueblos peruanos. Y sin embargo en este cementerio de la nueva cultura hallada, son numerosos los arcos, flechas con punta de obsidiana y cajas (o aljabas) para llevar estas flechas que formaban parte del ajuar funerario. En la imagen se aprecia uno de los esqueletos enterrado junto a su arco. De acuerdo con el director del proyecto arqueológico Tambo, Józef Szykulski, estos arcos designaban la élite dirigente de esta cultura, aquí enterrada.
      A modo de curiosidad, debo comentar una rareza observada en los enterramientos de esta nueva cultura y es el uso de un artilugio (un trozo de caña) que quedaba a ras de suelo, asomando ligeramente en la superficie, mientras que el otro extremo se ubicaba en uno de los oídos de cada difunto. ¿Era una manera de comunicarse los vivos con sus parientes fallecidos?.
            En lo que respecta a la cultura Tiwanaku, de acuerdo con hallazgos realizados por este mismo equipo de investigadores, parece ser que comenzó su expansión por la zona del delta del río Tambo hacia el siglo VIII-X.

 De esta manera, el mapa que se muestra en la imagen señala la expansión de las distintas culturas y es que mientras la cultura Huari, predecesora de la Inca, se ubica entre el pueblo Chimú (aniquilado por los incas) al norte y Tiahuanaco al sur, la cultura ahora encontrada sería la predecesora de la Tiahuanaco en la zona norte del actual desierto de Atacama, en el delta del Tambo. En la imagen derecha de la figura se muestra una tumba Tiahuanaco realizada con círculos de piedra.  Ahora bien, uno de los esqueletos excavados presenta un cráneo anormalmente alargado (imagen central), ya observado entre los restos esqueletales de individuos de la cultura Tiahuanaco, por lo cual la pregunta no se hace esperar. ¿Tomó la cultura Tiahuanaco la costumbre de deformar los cráneos de determinados personajes de la sociedad de esta cultura recientemente encontrada o bien –como opinan algunos académicos- esta cultura es la misma Tiahuanaco con algunas variaciones regionales?.


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