viernes, 16 de junio de 2017

Hablemos de las estrellas

Ahora que llega el verano con sus altas temperaturas y su sol resplandeciente es cuando se añora el invierno y más si se pasa un tiempo por el extremo peninsular del Cabo de Gata, en el extremo oeste andaluz. Allí donde muere la cordillera Penibética, dejando a un lado el maravilloso y cinéfilo desierto de Tabernas, cargado de historia. En el (mal) reconstruido Castillo de Tabernas dicen que aún está la mesa donde el gran guerrero nazarí “El Zagal”, tío de Boabdil, abrió el camino hacia la conquista de Granada, cuando rindió Almería, antesala de Granada, en 1487. Cerca está el poblado prehistórico megalítico de “Los Millares” de la Edad del Cobre, descubierto en 1892 por Luis Siret, que data del 3200 a.C., con su centro de interpretación y la reconstrucción de alguno de los túmulos funerarios, murallas y cabañas. Esta  antiquísima cultura  tuvo un área de expansión geográfica muy amplio, como afirmó Siret, y aún por determinar.


Entonces y hasta el siglo XV, Almería era un vergel, aunque ya había hecho estragos la política de “tierra quemada” en las zonas conquistadas y reconquistadas varias veces por árabes y cristianos. Después, con la construcción de la “Gran Armada” fuimos eliminando bosques y cultivos y con ellos la lluvia, hasta llegar a la desolación, bellísima por otra parte, del desierto actual. En este paisaje, en plena era franquista, tan necesitada de reconocimiento internacional, se facilitó que se rodaran una serie de películas, a precio de saldo, como “Lawrence de Arabia (1962)” con Peter O´Toole, Omar Shariff y Alec Guinness;  55 días en Pekín” con Ava Gardner,  Charlton Heston y David Niven;  El viento y el león (1975)” con Sean Connery, Candice Bergen y John Huston;  Patton (1970)” con George Scott y Karl Malden; “Hasta que llegó su hora (1968)” con Henry Fonda, Claudia Cardinale y Charles Bronson;  Cleopatra (1963)” con Elizabeth Taylor y Richard Burtton,;“Conan, el bárbaro (1982)”  con Arnold Schwarzenegger;

 Indiana Jones y la última cruzada (1989)” con Harrison Ford y Sean Connery, “Sol Rojo (1971)” con Ursula Andress, Charles Bronson y Toshiro Mifume;  Mad Max y la cúpula del trueno (1985)” con Mel Gibson y Tina Turner;  Nunca digas nunca jamás (1983)” con Sean Connery y Kim Bassinger;  La isla del tesoro (1972) con Orson Welles; “El asesinato de Julio Cesar (1970)” con Charlton Heston y Jason Robard;  “Las petroleras (1971)” con Brigitte Bardot y Claudia Cardinale;  Los siete magníficos (1960)” con Yul Brynner,  Steve McQueen, Charles Bronson… , “Fuga sin fin (1971)” con George Scott y Tony Musante;  Diez negritos (1974) con Charles Aznavour y Oliver Reed; ”Caza humana”; “La Colina”; “La historia interminable”; “El Cid”;  “Rey de Reyes”;  “Tres forajidos y un pistolero”; “La valija”….entre muchas otras. Hasta se creó en estos  lares  un nuevo género cinematográfico: los famosos spagueti-western con un desconocido entonces Clint Eastwood en la trilogía “La muerte tenía un precio (1965)”, “Por un puñado de dólares (1964)” y “El bueno, el feo y el malo (1968)” en los que compartió cartel con Lee Vant Cleef,  Gean Marie Volonte o Elli Wallach, acompañados de la inolvidable música de Ennio Morricone. O la saga de “Trinidad” con Bud Spencer y Terence Hill,  Le llamaban Trinidad (1970)”, o “Le seguían llamando Trinidad (1971)”, etc., sin olvidar grandes películas españolas como “El pájaro de la felicidad (1993) con Sacristán y Aitana Sánchez-Gijón;   “Hable con ella”  con Javier Cámara y Leonor Waitting;  “Las cosas del querer (1989)” con Angela Molina ;  Deprisa, deprisa (1981); “La mitad de Oscar (2010)”; “ Miss Caribe (1988) o “El cielo sube (1991)…, entre otras.

 Pero hoy no quiero hablar de estas estrellas sino de las otras, de las auténticas. Uno de mis momentos favoritos es cuando en esta época y a la caída de la tarde, tras dar un paseo hasta el faro del Cabo de Gata, desde donde puedes comprobar que el mar aquí es más azul, te tumbas a la vuelta y con la entrada de la noche, en esa playa volcánica que hay a los pies de la bajada de la cuesta, si miras al cielo a esas horas, te visitan infinidad de auténticas estrellas en el nítido cielo de la noche. Al estar en un parque natural la visión es limpia, sin contaminación lumínica ni de ningún otro tipo. Si cierras los ojos te ves inmerso volando por el Cosmos. Si después los abres, posiblemente notarás un escalofrío al contemplar el mayor de los misterios. Porque lo que tenemos al alcance de nuestros ojos es generalmente mucho pasado y poco presente. La mayoría de las luces –generalmente llamamos a todas estrellas- que estamos viendo, hace ya miles o millones de años que no existen. Mirar el cielo requiere de imaginación, creatividad y desconfianza. La imaginación nos hará ver mundos que nunca existieron, la creatividad a entenderlos como una secuencia evolutiva y la desconfianza a diferenciar lo real de lo imaginario.

Es común encontrar grupos aficionados a la astronomía, reunidos en la playa de Mosul o en otras playas del Gabo de Gata, observando el cielo.

El tamaño del Cosmos es tan inmenso que ninguna de las medidas de longitud que usamos aquí, por muy grande que sea, no sirve. Tuvimos que inventar una: el año luz, que equivale a la distancia que recorre la luz en un año. Si tenemos en cuenta que la luz recorre en un segundo 300 000 km, para calcular el valor de esa unidad habría que multiplicar 300 000 por los segundos que contiene un año (31 536 000), lo que daría una cantidad de casi diez billones de kilómetros. Con ella se puede medir la distancia entre los astros del cosmos. Conviene recordar que aunque el cosmos es enorme, está muy vacío.

El supercúmulo local en el que estamos nos permite haber creado toda una gama de constelaciones conformadas por figuras que creían ver desde la superficie de nuestro planeta, pensando que sus héroes se habían inmortalizado. Sin embargo, no dejan de ser una ilusión óptica, ya que en realidad no tienen esas formas sino son meras superposiciones de estrellas, vistas desde nuestra perspectiva.

Es ingente la infinidad de sistemas que habitan en el Cosmos. Aunque los mayores grupos globulares (estrellas, planetas, satélites…) son las galaxias. Muchas de ellas viven juntas, como en comunas, otras son solitarias y viajan a través de la inmensidad del Cosmos. Las forman gases, estrellas y otros mundos. Las hay de diferente tamaño, algunas con decenas de estrellas y otras con miles de millones de estrellas divididas entre los diferentes sistemas planetarios. Hay sistemas planetarios formados por una sola estrella, como nuestro sistema solar, donde la estrella es el Sol, sobre el que giran en diferentes órbitas los planetas, sobre los cuales orbitan sus satélites. En cambio, hay otros sistemas con varias estrellas o soles y cientos de planetas. Nuestro sistema solar es un sistema muy pequeño, vulgar, situado en las afueras de la galaxia llamada Vía Láctea. En el brazo externo signus carina. En nuestra galaxia hay cuatrocientos mil millones de estrellas. Y aquí nace uno de los grandes misterios. Si hay cientos de miles de millones de galaxias, cuya suma daría miles de millones de billones de planetas, se podría pensar que en un planeta tan insignificante como la Tierra situada en un sistema solar tan pequeño como el nuestro ¿va a ser el único que albergue vida? Está claro que la probabilidad señala que el Cosmos debe estar rebosante de vida, pero está tan vacio y las distancias entre las galaxias son tan infinitas que la probabilidad de encontrarnos con un viajero espacial es muy pequeña. El Cosmos es un vacio terrible y oscuro,  todo el espacio intergaláctico es negro, una noche perpetua y eterna. Por otro lado, una expedición interestelar de investigación iría a reconocer grandes planetas y grandes mundos y difícilmente atendería a un planeta tan insignificante como el nuestro, además de que tendrían que disponer de una tecnología tan avanzada que permitiera recorrer esas grandes distancias que separan a los mundos en tiempo vivible. Para tener un conocimiento de las distancias que barajamos, la distancia de dos sistemas planetarios en nuestra galaxia, la Vía Láctea, puede ser de 80.000 años luz. Es decir, la luz que emita una estrella de un sistema tardaría en llegar a los otros 80.000 años. Si yo, tumbada en la playa estuviera viendo  una de esas estrellas lejanas, lo que estaría viendo ahora en realidad es como fue ese astro hace 80.000 años. Si una estrella de ese sistema explotara en este momento, tardaríamos 80.000 años en saberlo.
 
Clasificación morfológica de las galaxias e imagen de la nuestra, mostrando la localización del Sistema Solar.

Las galaxias más normales son las de tipo espiral, como la nuestra. Nuestra galaxia gira sobre el centro, más denso, donde se concentran más mundos, y tarda 250 millones de años en dar una vuelta completa. También existen galaxias de tipo globular, parecidas a una esfera (M87) con mayor concentración de mundos hacia el centro. Las hay con otras geometrías, como sombrero (M104), remolinos (M51), espiral barrada (NGC1300), de Núcleo Galáctico (NGC7217 en la Constelación de Pegaso), galaxias en coalición (NGC2623) y muchas otras formas. En el Cosmos, incluso hay galaxias satélites, como la Gran Nube de Magallanes (se llama así porque fue este navegante quien la descubrió en su vuelta al mundo), una galaxia pequeña, satélite de nuestra Vía Láctea, que está a 180.000 años luz de distancia. Igual ocurre con las estrellas. Las hay de diferentes tipos, aunque todas ellas emiten energía: principalmente luz visible e infrarroja, aunque otras también brillan con rayos X u ondas de radio, que son dos tipos de energía electromagnética - estas energías electromagnéticas las hay de diferentes tipos en función de la frecuencia que vibran, esto es, de la energía que tienen. Más energéticos y peligrosos son los rayos cósmicos y bajando en poder energético y en peligrosidad están los rayos gamma, los rayos X, los ultravioletas, los visibles,  las microondas, las radiofrecuencias, las ondas de TV…Los tres primeros son mortales a corto plazo. Los rayos cósmicos son los más peligrosos y el espacio exterior están bombardeado por ellos. Nuestra atmósfera los filtra y evita que lleguen a nosotros. Pero fuera de ella hay que ir muy bien preparado para soportarlos. Por eso los astronautas necesitan de traje espacial diseñado para evitarlos, pero tienen tanta energía que a veces no se consiguen eliminar del todo. Aún se recuerdan los comentarios de Neil Armstrong, primer astronauta que pisó la luna, cuando dando su paseo lunar comentaba que cuando cerraba los ojos, veía puntos brillantes en su casco. A veces las estrellas se pueden distinguir por su color. Las azules son las más jóvenes y calientes, las amarillas son estrellas de edad mediana, las rojas se están acercando al final de su vida y para las blancas o negras ya está llegando el final.

Las nebulosas muestran imágenes espectaculares.

¿Dónde nacen las estrellas? En los criaderos o nebulosas, formados de polvo oscuro y restos de estrellas que murieron, en medio de nubes comprimidas calientes, allí es donde se cree que tienen su origen. En el interior de una nebulosa, la energía es tan alta que las moléculas de hidrógeno, uno de los elementos más comunes en el cosmos, comienzan a chocar entre ellas, produciendo núcleos de helio con desprendimiento de energía (luz), que hace que en un momento se inicie la fusión nuclear. En el fondo, la fusión nuclear hace que restos de estrellas muertas renazcan de sus cenizas, como el ave fénix. Tras iniciar la fusión nuclear, las estrellas jóvenes o pléyades, abandonan la nebulosa donde nacieron y brillan muy fuertes en los cielos arrastrando aún nubes de polvo estelar iluminado, que poco a poco se va pegando a ella por la gravitación, e inicia su viaje interestelar hasta ser captada por una galaxia. En la nebulosa de Orión, la mayor acumulación de gas y polvo estelar de la Vía Láctea, se ha llegado a conocer nacimiento de pléyades (Observatorios Hale) igual que en la nebulosa de Trífida, en la constelación de Sagitario. Cuando miramos al cielo de noche, la luz de las estrellas procede de fusiones nucleares.
Una fusión nuclear se produce cuando cuatro átomos de hidrógeno de transforman en un átomo de Helio. En esta reacción, en la que se necesita mucha energía para iniciarla, se produce algo extraño. La masa de los cuatro átomos de hidrógeno es mayor que la masa del átomo de helio que se obtiene (4 H1  = He4 + energía). Esa energía liberada (E) se obtiene al transformarse la masa (m) que se pierde en energía de acuerdo con la ecuación de Einstein,  E = m c2, donde  c es la velocidad de la luz. Si analizamos nuestro Sol, el calor y la luz que nos llega es producido por la transformación de miles de millones de átomos de hidrógeno en helio por segundo. Esto irá ocurriendo en la estrella mientras quede hidrógeno en su interior, pero si éste se agota, la fusión se para y la estrella muere, arrastrando con ella a sus planetas.
El destino final de una estrella dependerá de su masa. En una estrella de masa media como nuestro sol, cuando todo el hidrógeno se transforme en helio, los átomos de Helio se irán concentrando hacia el centro de la estrella y cuando la densidad sea muy grande habrá una repulsión de carga que hará que su atmósfera se expanda, convirtiéndose en una estrella gigante roja que devorará a los planetas cercanos. En el caso del Sol, a Mercurio, Venus y la Tierra. Las “gigantes rojas” acaban su vida lanzando su atmósfera hacia el espacio. Cuando se enfría se transforma en una estrella muerta, llamada “enana blanca”. Las estrella de gran masa (doble o triple que la del Sol) pueden tener un destino diferente. Como la cantidad de combustión nuclear es enorme, el fin de estas estrellas es explotar y se les llama “supernovas”. La supernova Cangrejo, situada a 5000 años luz de la Tierra, está formada por los restos de una estrella de gran masa que explotó en la Vía Láctea en 1054 (en realidad se percibió entonces, explotaría millones de años antes, recordemos el final del párrafo quinto). La explosión dio una luz tan intensa que se podía ver durante el día y leer un libro a simple vista por la noche. En sus escritos, el astrónomo Tycho Brahe describe una explosión de una supernova en 1572 y Johannes Kepler lo hizo en 1604. Cuando se produce una explosión de una supernova, la mayor masa de la estrella se lanza al espacio exterior, pero en su centro se concentra una gran cantidad de hidrógeno, helio, carbono, hierro, nitrógeno, silicio y aluminio en una atmosfera muy caliente, cuyas colisiones hacen que haya fuerzas nucleares potentes y se crea así un núcleo muy pesado (un gramo de este material pesaría más que una tonelada) que gira rápidamente sobre sí. Se ha transformado en una “estrella de neutrones”, un núcleo inmenso del tamaño de Soria que gira treinta veces por segundo, produciendo un ruido tic-tic en el Cosmos. A estos núcleos se le conoce por “púlsares”. El primero que se descubrió se creyó obra de seres inteligentes, pero estaban equivocados.

Dos de los aportes más revolucionarios de Albert Einstein a la astronomía: la idea de un universo flexible (susceptible a la gravedad) y los “puentes de gusano” conformados cuando el universo, replegado, pone en contacto dos partes situados muy alejados entre sí, dando lugar a estos “atajos espaciales”.

Si es una estrella supergigante de muchísima masa (veinte soles), la gran explosión (supernova) no arroja la mayor parte de su masa al espacio, sino que puede quedar en el núcleo una masa equivalente a cinco soles. Cuando esto ocurre, las fuertes fuerzas nucleares hacen que se produzca en él una atracción (gravedad) tan enorme, que irá encogiéndose hasta que desaparezca totalmente la masa. Llega a alcanzar una gravedad de valor 1010g y se introduce por una fisura que ella ha creado, dejando de ser visible. Es tan grande la gravedad, que atrae hasta la luz. Estoy hablando de un “agujero negro”, que aun siendo invisible puede ser detectable por su presencia gravitatoria. De hecho, el continuo flujo de materia y antimateria hace que aparezca una fuente de rayos X donde no hay nada. Es el principal peligro para los viajes interestelares, caer en el área de un agujero negro, ya que se lo traga todo. Fue en 1971 cuando el primer observatorio de rayos X (de nombre Uhuru) descubrió en la constelación del Cisne una gran fuente de rayos X justo en el lugar donde explosionó una superestrella. Se cree que es un agujero negro que acompaña a una superestrella visible. Es uno de los estudios del futuro. Se cree que en un universo tan enorme pueden existir galerías para desplazarse de un lugar a otro sin cubrir la distancia global. Muchos científicos apuntan a los agujeros negros como esos túneles en el continuo espacio-tiempo.

Estas posibilidades han despertado la imaginación creativa, porque si los agujeros negros fueran “túneles  de gusano” ¿conectarían siempre dos lugares del universo o podrían conectar con otros universos? ¿Por qué tiene que haber un universo único? Es más razonable que el cosmos esté integrado por una riqueza de variedades y posibilidades diferentes como las galaxias, las estrellas o los planetas. Todo puede ser imaginable. Razonable es sentar los pasos para que la ciencia, la nueva ciencia, actúe como jueza. Todo apunta a que allá en el universo(s) una gran cantidad de sorpresas, felicidad, satisfacción y aventuras nos aguardan, para lo que se necesitará una inteligencia y una disposición a borrar fronteras en nuestras mentes. Factores que me parecen casi inalcanzables viendo la actitud acomodaticia y el egocentrismo soberbio de los privilegiados de nuestro tiempo. A fin de cuentas, me quedo con la maravillosa expresión de mi admirado Carl Sagan “Somos polvo de estrellas”, a la que no vendría mal acompañar de la máxima del sabio griego: “Solo sé que no sé nada”.

26 comentarios:

  1. Desconociamos el elenco de películas que se habían hecho en Almeria. Somos muy amantes del cine. La semana próxima iremos a Mojacar, ¿habría algun sitio o museo sobre el cine y sus peliculas rodadas en Almeria para visitar?. Gracias

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    1. Gracias Layla e Iñaki. Contestando a su pregunta les diré que en la ciudad de Almería, en la C/ Camino Romero,núm. 1, está el Museo del cine de Almería, con referencias, carteles, anécdotas y bastantes elementos que les harán muy grata e instructiva la visita a este céntrico y bello cortijo, en el que se alojaron varios actores durante sus rodajes, entre ellos el gran Clint Eatswood y el mismísimo John Lennon, que también rodó por esta tierra. En la página web del museo encontrarán toda la información de horarios y acceso. Además, en la zona de Tabernas encontrarán al menos dos poblados típicos del Oeste, que se crearon como escenario para los western y se han habilitado como espacios temáticos de ocio, donde pasar el día disfrutando del salón, cabalgadas, duelos, etc. Hasta los tippis o cabañas indias rodean alguno de estos poblados en los que a determinadas horas hay actuaciones muy curiosas. Los encontrarán por la A-92, hacia Guadix, tomando el desvío hacia Tabernas. Están bien anunciados. Un saludo.

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  2. Un trabajo muy didáctico sobre el cielo, Valeria.Lo he entendido hasta yo, aunque me han quedado muchas lagunas. ¡Es que habla usted de tanto!. Buscaré un libro básico para enterarme mejor, porque ha despertado mi curiosidad. Saludos.

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    1. Gracias Sr. Uribe. Cierto es que el camino hacia el conocimiento del Cosmos es inabarcable. La comprensión de algunos conceptos básicos ha costado muchos siglos, no pocos vaivenes y bastante sufrimiento cuando la intolerancia religiosa pretendía adueñarse del quehacer científico. Puedo decirle Sr. Uribe que en el instituto y universidad a veces nos ponían algún capítulo de la serie Cosmos, de Carl Sagan (que mis padres veían con pasión, pues la tenían completa en casa). Compramos el libro del mismo título y creo que me abrió las puertas, a veces con dificultad, a ese apasionante tema (también la película “Contacto” se basó en el libro de Sagan). Han pasado muchos años de su edición, Sagan hace tiempo que nos abandonó prematuramente, se han actualizado no pocos conceptos, pero para mí sigue siendo lo mejor para percibir y a veces hasta entender el GRAN TEMA. Saludos.

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  3. Me ha gustado mucho su trabajo. Me ha parecido muy interesante. Tengo varias preguntas. Esos rayos que dice que salen de las estrellas, como los rayos X ¿son iguales a los que hay en los hospitales? ¿y los otros que señala, tambien se pueden crear? ¿podrían llegar aquí?. Gracias

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    1. Gracias por su comentario, Sr. Fabian. Cuando habla Vd. de las emisiones de rayos X y los compara con los de los hospitales debo decirle que no anda Vd. muy descaminado. Las emisiones electromagnéticas, entre las que están los rayos X, son emisiones de energía que tienen sus orígenes en las reacciones naturales que se dan a todo lo largo del universo. Las galaxias llevan estrellas, planetas, satélites y otros restos de explosiones de astros, como los meteoritos y las nubes de polvo estelar. En las galaxias se producen transformaciones físicas de explosiones (fisiones) o de uniones (fusiones) de las partículas que la integran, produciendo en esas transformaciones o reacciones nucleares grandes cantidades y tipos de energía electromagnética en forma de ondas, como las solares, “que nos pone morenos o nos quema en la playa” en verano. Estas radiaciones se pueden clasificar en función de la energía que lleva. Por ejemplo, para un deportista en pleno esfuerzo, beber agua le da menos energía que si bebe una bebida edulcorante con sacarina, que a su vez le proporciona menos energía que una bebida edulcorante con azúcar (como zumo de naranja, que lleva glucosa), que a su vez le da menos energía que una bebida isotónica, que además de glucosa lleva otros azúcares o hidratos de carbono (hasta 271g por litro) y vitaminas, y que a su vez tiene menos energía que una bebida energética, que lleva azúcares hasta más de 500 g por litro junto con otros compuestos energéticos. Son todas bebidas, pero se diferencian en la energía que llevan o aportan. Igual ocurre con los rayos o radiaciones. Estas radiaciones electromagnéticas integran lo que se llama el espectro electromagnético. En él están incluidos los rayos o radiaciones más energéticas como los rayos cósmicos (que son las que producen más daño a los seres vivos, los mata directamente) hasta las radiaciones menos energéticas, que son las radiofrecuencias. El espectro electromagnético es una distribución o clasificación de los rayos o radiaciones en función de su poder energético. Van de mayor a menor, de arriba abajo. Arriba están los rayos cósmicos, le siguen los rayos gamma, los rayos X, los rayos ultravioleta, los rayos visibles (o luz visible, se llama así porque el ojo humano puede ver sus diferentes ondas o colores, que en función de su energía van del violeta al rojo), los rayos infrarrojos, las microondas, las ondas de radio y las radiofrecuencias. Esto está dicho en plan global, porque dentro de un mismo tipo de radiación puede haber diferentes gamas de ella. Por ejemplo, en la radiación infrarroja podemos distinguir tres de mayor a menor energía: cercano, medio y lejano o submilimétrico; igual ocurre con las ondas de radio, de las que hay cuatro tipos: onda corta, onda media, onda larga y de baja frecuencia ( a veces, a éstas se les llama radiofrecuencias). Cuanto menos energética es una radiación menos daños produce. Y todas ellas son emisiones naturales que se producen en las reacciones de la naturaleza. Por ejemplo, aquí en las reacciones de fisión nuclear natural o provocada (la bomba atómica) se producen rayos gamma. En mi entrada sobre Madame Curie se puede ver como se producen los rayos X…Una emisora de radio genera las ondas de radio, que suelen también ser generadas por cualquier astro caliente del Universo.
      Todas las radiaciones electromagnéticas bombardean nuestra Tierra, pero su atmosfera frena o filtra las radiaciones. Frena las más energéticas y sólo deja pasar pocas radiaciones ultravioleta, mucha radiación visible (en la fracción del color azul, por eso nuestra atmósfera tiene ese color) y también las radiaciones de más baja energía que nuestro ojo no está preparado para verlas. Espero haber contestado a sus preguntas. Un saludo.

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  4. Sorprendente artículo. Me he quedado maravillado con él. Recuerdo que en la guardia de noche era lo mejor que hacer: mirar a la estrellas sobre el mar. He entendido mucho de lo que dice, aunque me pierdo en parte.¿Dice que lo que vemos en el cielo no es verdad? ¿cómo se si miro a Martes si existe o no?. Tendré que tener paciencia en este tema, reconozco que me sobrepasa, aunque me gusta mucho los misterios del cielo. Saludos.

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    1. Gracias por sus comentarios, Sr. Rodri. Cuando Vd. mira al cielo, la visión que tiene es unidimensional. Es como si mirara al techo de su dormitorio. Pero cuando se mira al cielo los ojos engañan, porque no aprecian la enorme profundidad de éste. Muchísimas luces (mundos) que estamos viendo no están situados a la misma distancia de nosotros, están muy, muy, muy lejos. Nosotros los vemos gracias a la luz que emiten, pero aunque la luz viaja a una velocidad enorme (recorre 300.000 km en 1segundo) tardar un tiempo en llegar en función de la distancia a la que se encuentre. La luz de una estrella que esté a 600.000 km tardaría en llegar a nosotros 2 segundos. Si estuviera a 3.000.000 Km (diez veces más lejos que la velocidad de la luz, tardaríamos 10 segundos en verla. De esta forma, si su distancia fuera diez mil veces más grande, esto es: 3.000.000.000 Km, la veríamos diez mil veces más tarde. Si esa estrella hubiera explotado, tardaríamos en ver la explosión (que nos llegara la luz de la explosión) 10.000 segundos. Hasta que ese tiempo pase, nosotros seguiríamos viendo la estrella. Por eso señalo que en el momento de la explosión no tenemos una visión “real” del cielo, ya que durante ese tiempo (esos 10.000 segundos) estaríamos viendo la estrella a pesar que había explotado y ya no existe. Con respecto a cualquier astro cercano como Marte, al estar más cerca, su luz tarda menos en llegar. Marte se encuentra a una distancia de la tierra que va de los 59 millones de kilómetros en el perihelio (cuando las órbitas de la Tierra y Marte están más cerca) a los 102 millones de kilómetros en el afelio (cuando sus órbitas están más alejadas). Si estallara cuando estuviera más cerca, es decir a una distancia de 59.000.000 km, tardaríamos en ver la luz de la explosión 196,67 segundos (resultado de dividir 59.000.000 entre 300.000), esto es, 3,28 minutos. Ese sería el tiempo que tardaríamos en darnos cuenta que Marte había estallado. Espero con esto haber contestado a su pregunta en este tema tan apasionante que, créame, nos excede a todos. Saludos.

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  5. Muy buen artículo y muy didáctico.Una pregunta, ¿puede un agujero negro llevarno a otro tiempo como la serie del Ministerio del Tiempo?

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    1. Gracias por su comentario, Sr. Romero. Hablar de los agujeros negros es hablar de algo poco tangible. Se conoce muy poco de ellos y sólo en función de las radiaciones que se emiten de su corteza debido a la continua entrada en ellos de materia y ondas se ha pensado que pueden ser sumideros o túneles hacia otro sitio del infinito universo. Afirmar con certeza total lo que hay al otro lado sería una imprudencia, sólo podríamos entrar en el terreno de las intuiciones y de las ilusiones y en ese terreno todo es posible, incluso lo que pregunta. Pero me temo que habrá que esperar un tiempo para disponer de una respuesta algo más certera. Un saludo.

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  6. Estoy de acuerdo contigo que el cielo esta lleno de vida. ¿No crees que esas estrellas que cruzan por la noche el cielo pueden ser naves espaciales que nos observan?. Escrito muy bueno.

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    1. Gracias por escribir, Sr. Arriola. Ha tocado usted uno de mis puntos escépticos ya que mi empirismo me puede en ese asunto. Por él considero que como no existe nada único en el Universo (de hecho las leyes físicas se cansan de mostrar que todo lo que ha ocurrido una vez, volverá a ocurrir cientos de veces, es cuestión de tiempo que nosotros –con nuestra escala de tiempo limitada por nuestro periodo de vida- lo veamos suceder una, ninguna o mil doscientas una vez), si en nuestro planeta se dieron las condiciones favorables para generar vida, por fuerza ha debido darse en miles de ocasiones en otros puntos del Universo (de hecho, son varios los meteoros con presencia de moléculas orgánicas). Ahora bien, resulta bastante pretencioso, en mi opinión, considerar que esas formas de vida sean como nosotros o que incluso se basen en el carbono. Sin ir más lejos, el silicio, que se encuentra en la tabla periódica muy cerca del carbono y que reacciona y combina de manera muy parecida a él, es un elemento abundantísimo en el Universo. ¿Por qué no esperar formas de vida basadas en ese elemento y no en el carbono, por ejemplo?. Otro punto bastante interesante a considerar es la propia definición de la vida en sí. ¿Qué entendemos por ello?. De pequeña recuerdo haber recitado en la escuela “un ser vivo, nace, crece, se reproduce y muere”. ¿Es eso estar vivo? Porque si lo es, ¿qué me dice de los virus? Son cadenas de ADN inertes, si vida, pero que cuando se infiltran en una célula, la usan para replicarse (se reproduce) e infecta a otros organismos, por lo que sigue ¿con vida?, si nunca la ha tenido en el sentido de que no come, no respira…pero existe. Es un tema complicado, como ve. Por otro lado, no sé si habrá oído de una investigación publicada hace unas décadas en una revista científica estadounidense. Estudiaba a los astronautas que habían regresado del espacio (sabrá que muchos de ellos hablaban de haber visto “ahí fuera” miles de luces cruzándose por todos lados e incluso existen grabaciones de estas luces, muchos de estos astronautas incluso llegaron a decir –como usted sugiere- que creían que eran naves alienígenas). Pues bien, esta publicación evidenciaba que muchos de estos astronautas habían estado expuestos a la dañina radiación espacial, sumamente peligrosa a falta de atmósfera, de manera que sus nervios ópticos habían resultado dañados y así como algunas personas con problemas de vista ven “moscas”, o manchas, estos astronautas y las cámaras dañadas por la radiación grababan esas luces que cruzaban aquí y allá. La conclusión del trabajo científico era que al contrario de lo que la NASA venía sosteniendo, las viseras y trajes espaciales no protegían al 100 % a los astronautas. Como supondrá, rápidamente se echó tierra sobre el asunto, no fuera a ser que tuvieran que indemnizar a estos hombres por las consecuencias sufridas por el uso de un material e indumentaria de trabajo defectuosos. Y finalmente, mi empirismo se impone: admito que exista vida en otros planetas pero hasta que no toque, analice y vea que son estructuras distintas de las biológicas terrestres, no puedo admitir que ET existe (y aún así tendría mis reservas viendo lo visto porque, ¿acaso si no hubiera oído hablar de ellos y yo le mostrara la fotografía de un ornitorrinco, de un saltamontes, de una jirafa o de un oso hormiguero, no pensaría estar ante un alienígena; la vida terrestre -y sus variedades- es terriblemente asombrosa…y eso que aún no la conocemos totalmente, gran parte de nuestros océanos y fosas marinas nos son del todo desconocidos; soy de las que piensan que antes que saber de Marte y sus peculiaridades, mandando allí sondas y vehículos articulados, preferiría conocer nuestro planeta totalmente). Un saludo.

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  7. Encomiable artículo el que ha escrito. Nos sorprendió a todos y nos cuesta digerirlo. Tenemos algunas preguntas, le hago solo dos. ¿Qué significa que el Universo está muy vacío?, por la noche lo vemos con muchos mundos brillando. ¿Qué quiere decir que los agujeros negros son túneles en el continuo espacio y tiempo?. Nos quedamos aquí. Gracias.

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    1. Gracias por su comentario, Sr. Santacruz. Para responder a su primera pregunta le remito a la respuesta dada al Sr. Rodri. Piense que las galaxias y los astros están enormemente alejados, como dato puedo señalarle que la distancia media entre dos galaxias en el universo es superior a los seis mil millones de años luz (6.000.000.000) y hay tantas que el universo podría ser infinito. El Proyecto BOSS (Baryon Oscillation Spectroscopy Survey) nació, con la colaboración de científicos y astrónomos de varios países, para hacer una estimación de la escala del Universo y, aunque no lograron esa finalidad, se aproximaron mucho en el cálculo de galaxias que pueden detectar en el Hemisferio Norte, llegando a citar la cantidad de 1.277.203 galaxias, más 160.000 cuásares y cientos de millares de otros cuerpos celestes. Si suma la distancia que hay entre galaxias tendrá una aproximación de la enorme extensión que ocupa esa parte de Universo de Hemisferio Norte y del exorbitante y colosal vacio que hay en ese hemisferio. Se cree que el vacio representa más de 85% de la proporción de universo.
      Sobre la pregunta de los agujeros negros hay teorías que señalan que son túneles a través del universo, algo así como los metros suburbanos. Sólo que en la concepción del Cosmos, además de las dimensiones normales que se utilizan en la tierra, existe una cuarta dimensión que es el tiempo, de forma que puede haber diferentes dimensiones y universos en función de estas dos variables. Un saludo.

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  8. ¿Todas las estrellas están constituidas por hidrógeno y helio? He entendido que dice que el hidrógeno se transforma en helio y que libera calor, que hace que esto vaya más rápido, luego llegará un momento en que todo el hidrógeno arda y el calor será muchísimo y después la estrella se apaga ¿es correcto lo que digo? y si es correcto, ¿se puede saber de forma aproximada con los telescopios cuanto hidrógeno le queda a nuestro sol?. Gracias.

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    1. Gracias por su comentario, Sr. Del Pino. Es correcto cuando comenta la vida de las estrellas y cuando habla de la fusión nuclear, de la transformación del hidrógeno en helio. Sólo puedo decirle ahí que no sólo se obtiene calor (ya que de ser así sólo se obtendría radiación infrarroja), sino energía radiante, en general. Y sobre su preocupación sobre la muerte de nuestro Sol no guarde cuidado; los estudios astronómicos señalan que aún no se ha consumido ni la mitad del hidrógeno de su composición. Seguro que nosotros ni muchísimas generaciones posteriores a las nuestras no verán su fin y el día que llegue espero que nuestros descendientes hayan aprendido a navegar por el espacio y tener otros lugares en el Cosmos donde habitar. Un saludo.

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  9. ¿Cómo sabe usted que un rayo de luz es más fuerte que otro y puede matar? ¿Cómo se mide su fuerza?.

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    1. Gracias por su comentario, Sr. Cosme. Si lee la respuesta dada al Sr Rodri puede que encuentre respuesta a buena parte de su pregunta. Con más profundidad le indicaré que una radiación electromagnética está integrada por un número de impulso o vibración, de forma que conforme vibre más frecuentemente acumula más energía. Para que me entienda, es como si Vd. se frotara las manos; si lo hace lento no se calentará mucho, si lo hace más rápidamente se podrá empezar a calentar y si las frota muy rápidamente puede hasta quemarse. Pues igual ocurre, salvando las distancias con la vibración. Si vibra poco, la radiación tiene poca energía, conforme aumente la frecuencia de vibración la radiación será más energética. Tenemos aparatos para medir la frecuencia con la que una radiación vibra y ya un científico alemán, Max Planck, calculó la energía (E) que lleva una radiación u onda en función de la frecuencia (f) en que vibraba, aplicando esta fórmula E = h . f, en donde h era una constate llamada constante de Planck, que cuando la energía se mide en la unidad julios y la frecuencia en hertzios, tiene un valor de 6.62606957×10 elevado a -34 julios x segundo. En estas unidades se sabe que los rayos gamma llevan una energía superior a 20 10 elevado a -15 julios; los rayos X superior a 20 .10 elevado a menos 18 j; en el ultravioleta extremo es mayor que 993. 10 elevado a -21 j (hace mucho daño a la salud), el ultravioleta cercano mayor que 523. 10 elevado a -21j (hay que protegerse); en el infrarrojo cercano es mayor que 79 10-21 j; en el medio, mayor que 4 10-1 julios y en el infrarrojo lejano mayor que 200. 10 elevado a -24 j (esta fracción se emplea en los hornos de infrarrojos); los microondas mayor que 2.10 elevado a -24 j (esta radiación se usa en los hornos microondas) y las diversas ondas de radio van desde 18,29. 10 elevado -26J (las de ultra altas frecuencias), 18,26. 10 elevado a menos 28 j (muy altas frecuencias de radio), 11,22. 10 elevado a menos 28 j (para las ondas cortas), 42,29 elevado a menos 29j (para las ondas medias de radio), 19,8 10 elevado a menos 30 j (para las ondas largas) y 20 10 elevado a menos 30 j (para la TV). Perdón pero no acepta superíndices. Un saludo.

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  10. ¿Porque dices que el universo es negro? ¿No hay día en él como aquí?

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    1. Gracias por su comentario, Sra. Remedios. Dese cuenta que el Universo es vacío en gran parte de él (y donde no, como por ejemplo los agujeros negros, tienen tal gravedad que absorben todo sin dejar escapar siquiera ni la luz) y para que exista el día, debe haber superficie en la que reflejarse la luz de las estrellas o soles. Tomemos el símil de su coche por la noche. Cuando viaja por la carretera sin ningún objeto próximo, ¿verdad que está todo muy oscuro?. Ahora consideremos que va a aparcar contra el muro de la casa del vecino, de paredes claras. ¿Verdad que cuánto más acerca el vehículo y los faros iluminan más el muro, ve todo mucho más luminoso?. Es porque una superficie está reflejando su luz. A esa propiedad de reflejar se denomina “albedo”. Se cree que por él precisamente en las imágenes que se tomaron en la Luna no se veían estrellas. El albedo de la superficie terrestre oscila entre 37 y 39 % (que es el porcentaje de luz que refleja, de los rayos solares que inciden, es mayor en superficies claras, de ahí el daño que la nieve y el mar causa en nuestros ojos si no los protegemos con cristales apropiados). Además debemos añadir a ello que la Tierra posee atmósfera, lo cual contribuye a una mayor luminosidad aumentando más aún con según qué gases, por eso no podemos ver estrellas en zonas urbanas, generando la contaminación lumínica). Un saludo.

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  11. Hay algo que no me encaja. Si dices que el universo es tan grande ¿cómo pueden los americanos llegar a las estrellas si dices que están lejísimas? ¿es verdad lo que dicen las películas el espacio?

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  12. Gracias por su comentario Sonsoles, con respecto a lo que dicen las películas, ¿cuál de ellas?. Aunque por lo general, si tratan del espacio, es muy posible que tengan un muy elevado porcentaje de inventiva. Con respecto a las estrellas, ¡los americanos nunca han llegado a una sola estrella! y de hecho, dudo mucho que puedan llegar alguna vez porque es materialmente imposible (no llegar, sino sobrevivir, debido a su elevada masa y sobre todo, a las energéticas reacciones que en ellas ocurren a miles de grados de temperatura, se fundiría cualquier nave mucho antes de llegar a una distancia prudencial de la superficie de la estrella). Tenga en cuenta que las estrellas son soles. Por otro lado, las imágenes que tenemos del espacio son una combinación de imágenes tomadas por potentes telescopios, de sondas y satélites que tardan años y décadas en enviarnos esas imágenes, que por cierto son retocadas antes de mostrarlas, pues carecen de color o se han tomado en otros espectros, etc. Como le digo, el cine generalmente es espectáculo e inventiva para entretener. Y en lo tocante al Universo, me temo que aún tenemos más dudas que certezas. "Se hace camino al andar", como dijo Antonio Machado, "estamos en ello", como digo yo. Un saludo.

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  13. Muy buen artículo, cómo siempre. Lo que me extraña, y más aún viniendo de usted, que siempre intenta poner en el sitio que le corresponde a nuestros héroes nacionales, es que haya cometido el desliz de decir que la Gran Nube de Magallanes lleva el nombre en honor al navegante portugués que la descubrió en su vuelta al mundo. Magallanes se quedó en el camino, no la llegó a completar ya que fue muerto por los indígenas. Fue El Cano y unos cuantos desarrapados los que la llegaron a completar. A cada cuál lo suyo. Pero me encantan sus artículos, siga así. Un saludo.

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    1. Gracias por su comentario, anónimo, pero no cometa el error de interpretar que mencione el viaje de la vuelta al mundo (dado que Magallanes la inició, como podrá leer en diversas entradas de mi blog) con la afirmación de que él lograra completarla, algo que nunca he dicho porque no es cierto. Permítame dos anotaciones, Juan Sebastián no se apellidaba Cano sino Elcano (todo junto) y segunda, esos "desarrapados" como usted los llama fueron gente bastante digna que pasaron numerosas calamidades antes de lograr completar la primera vuelta al mundo, un paso de gigantes para su época. Creo que se han ganado ser tratados con algo más de respeto (otros, por poner repetidamente pies en polvorosa, huyendo presa del pánico de navíos españoles, sin dejar de mirar a sus espaldas -mientras se dedicaba al pillaje de ciudades de países con los que su reina tenía tratados de paz firmados- lograron el título de sir, aparecer machaconamente en libros y películas pseudohistóricas y que se le diera su apellido a un mar que muy seguramente ni cruzó, así que como bien dice, demos a cada cual lo suyo, incluido el reconocimiento que merecen). Gracias por sus palabras. Un saludo.

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  14. Nos ha encantado su artículo sobre las estrellas. Lo hemos entendido muy bien y teniamos interés en encontrar un artículo como el suyo tan didáctico, elemental y sintético. ¿Habría alguna oportunidad de que siga escribiendo sobre los secretos del cielo?. Gracias

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  15. Gracias por sus palabras, Sra. Parejo. Es uno de los asuntos a tratar en el blog, así que tenga por seguro que se volverá a hablar de él. Puede leer otras entradas anteriores en los que se trata, como los solsticios, las evidencias de la llegada del hombre a la Luna, el hallazgo de los quásars y púlsares (en la entrada de ET), el conocimiento que Babilonia tenía del cielo, o el conocimiento de los antiguos egipcios (calendario egipcio), etc. Un saludo.

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