miércoles, 23 de abril de 2014

Errores de película: Gladiator (II)


Ya en una entrada anterior sobre Gladiator comentábamos varios errores encontrados en esta película, pero debido a que aún pueden mencionarse otros, ampliaremos la lista en esta entrada.
Comencemos por el principio. Estamos en la batalla de Germania y si nos fijamos en cierto momento, hay un entusiasta extra que hace de germano que está, él sólo, rodeado de legionarios romanos que van en dirección contraria. ¿Sería este hombre un pariente lejano de Obélix, en su afán por ser siempre el primero en repartir leñazos a los latinos?

        Vayamos ahora a otra de las famosas escenas de la película, en el Coliseo. ¿Pensaba el espectador que en la escena de los carros, los caballos eran dirigidos por los actores que aparecían llevando las riendas? Pues mal pensado, ya que si nos fijamos bien (ver imagen) puede distinguirse a un hombre vestido con un polo y vaqueros, agachado delante del actor que parece conducir el carro y que es el verdadero dirigente de los animales. ¿Y cómo sé que iba agachado? Pues porque en otra toma se observan las suelas de unas botas tipo trekking asomando entre las piernas de otro actor.
Da calor sólo con ver esas botas asomando. Y algo así debieron pensar los extras de las gradas pues en otra imagen uno de ellos saca una botella de plástico de litro y medio para tratar de calmar la sed.

            Por otro lado, ¿recuerda el lector cuando hablábamos de los botines a lo Robin Hood tan “cucos”, usados por Gladiator y nada propios de la época romana? Pues bien, fijémonos en los que calza el gladiador al que se enfrenta, con careta de plata de Hércules (Tigris de Grecia, era su personaje) que son más atípicos aún. Mírenlos bien. Sí, sí, no se equivocan. ¡¡Lleva unos preciosos zapatos deportivos!!, suponemos que marca Nike, por aquello de que así se llamaba la diosa griega patrona de Atenas...

            Eso por no hablar del precioso traje de noche tan atípico en la moda femenina griega, que lleva una mujer perseguida por un hombre que la sigue en un carro, en la coraza-peto del emperador Cómodo.
        Y en fin, que a pesar de darse bastantes fallos de este tipo (como que las armas cambien de manos de una toma a otra), comprensibles por lo caro que resultaría la repetición de tomas para arreglar estos detalles, sigo considerando que tanto la ambientación como los personajes de esta película son de lo mejor que he visto en mucho tiempo en “una de romanos”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario