martes, 4 de noviembre de 2014

Madrid celebra el 25 aniversario de la caída del muro de Berlín

     El 9 de noviembre de 1989, por fin las televisiones de todo el mundo mostraban cómo se derribaba “el muro de la vergüenza”, tal y como se llamaba al Muro de Berlín, tras 28 años que estuvo separando la nación alemana en dos. Este gesto supuso un gran paso a favor de la lucha de las libertades y por eso esta semana Madrid le rinde homenaje con un maravilloso juego de luces e imágenes, 25 años después.

   Si tienes la suerte de estar en Madrid entre el 6 y 9 de noviembre podrás disfrutar de un bello espectáculo de imágenes proyectadas sobre la Puerta de Alcalá, en conmemoración del evento. Si deseas más información, pica aquí.
    Para visualizar el montaje de luces, proyección y sonido, puedes visualizar el siguiente vídeo:
    Tras la derrota definitiva de los alemanes, con la entrada de las tropas rusas en Berlín, Alemania sufrió las consecuencias de la barbarie y de la cantidad de muertes provocadas por el movimiento dirigido por Adolf Hitler, que tuvo en jaque al resto del mundo en forma de Segunda Guerra Mundial.  
    El territorio alemán se dividió en cuatro partes o sectores: el sector estadounidense, el soviético, el inglés y el francés. Conforme la historia prosiguió su curso, se fueron haciendo más evidentes dos posturas cada vez más enfrentadas, la de Rusia (entonces la URSS) y la del resto de Europa junto con  USA. Se crearon dos monedas distintas, así como dos mentalidades muy opuestas, hasta que en 1949 la URSS decidió amurallar su sector mediante un muro de 45 kilómetros que dividía a Berlín (capital de Alemania) en dos, la República Democrática Alemana (RDA o Berlín Este, comunista y bajo el gobierno soviético) y la República Federal Alemana (RFA, también llamada Berlín Occidental, que agrupaba los sectores norteamericano, inglés y francés).
   Inicialmente, llegaron a existir hasta 81 pasos “fronterizos” entre el sector soviético y los otros sectores colindantes, que permitían la relativa movilidad de la población alemana siempre que se poseyeran los salvoconductos necesarios. Sin embargo, conforme las diferencias fueron agrandándose, la gente emigraba en cuanto podía, despoblando la zona oriental de tal forma que en 1961 cerca de tres millones de alemanes habían cruzado a zonas occidentales. Y parecía ser la tónica dominante, lo que llevó a la URSS a transformar su valla fronteriza en un férreo muro de 115 kilómetros de longitud (45 en pleno Berlín) dejando únicamente operativos 12 puntos. Esto supuso un repentino fin a todo tipo de relaciones y contactos entre ambas zonas, la oriental y la occidental de Alemania. El hecho de cruzar desde la Alemania Oriental (RDA) a la Alemania Occidental (RFA) se convirtió entonces en un duro calvario para los alemanes del este, tal y como se muestra en el siguiente vídeo, así como la muerte para muchos. Gorbachov, presidente de la URSS, consideraba que el muro de 115 kilómetros de extensión evitaba que los aires no comunistas de la Alemania Occidental pudieran “contaminar” a su población, de manera que durante 28 años multitud de familiares, amigos y conocidos alemanes tuvieron que vivir separados de los suyos por un muro fuertemente protegido (fueron muchos los que murieron al tratar de saltarlo) que aumentaban las diferencias sociales, económicas y de mentalidad a ambos lados del muro. 

   Afortunadamente la tragedia llegó a su fin el 9 de noviembre de 1989 gracias en parte a las repetidas súplicas del presidente estadounidense Ronald Reagan a su homólogo ruso Gorbachov para que pusiera fin a todo aquello. Por desgracia, Reagan no llegaría a ver la caída del muro durante su presidencia, ya que se produjo con George Bush padre en la Casa Blanca. 


    Tristemente, parece ocurrir que el ser humano nunca aprende de su historia y termina repitiendo errores. Salvando las diferencias, actualmente las víctimas que tanto sufrieron el holocausto judío realizado por los nazis alemanes han terminado construyendo un muro de la vergüenza en Palestina, separando familias, amigos y creando mundos y mentalidades enfrentadas a ambos lados de la dolorosa muralla. Por eso hay cada vez más personas en todo el mundo que, con las distintas conmemoraciones de la caída del muro alemán que se están realizando en todos los continentes, vuelven sus ojos al de Palestina alzado por los israelitas, preguntándose cuándo caerá también ese muro de la vergüenza, procurando que las dos mitades acaben entendiéndose y puedan arreglar mediante el diálogo lo que las balas, muros y humillaciones no han podido conseguir en tantas décadas de penalidades para ambos bandos.


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