Hay cientos de maravillas geológicas que la Naturaleza
realiza a nuestro alrededor y en las que apenas reparamos por nuestras rutinas
cotidianas y agobios varios. Una de ellas, que raramente ocurre, es la
geoda gigante de Pulpí, en Almería, desconocida por muchísimos españoles y visitantes que no
llegan a valorar la riqueza de nuestro país. Desde aquí deseo cambiar esa
situación hablándoles de la singularidad que supone esta increíble maravilla natural,
su extraña rareza y lo relativamente cerca que se encuentra de todos nosotros
(las comunicaciones y transportes en España son uno de los fuertes de nuestro
país, aprovechémoslo).
Geológicamente
hablando, una geoda es una roca internamente hueca cuyas paredes se
encuentran rellenas de infinidad de preciosos cristales que apuntan hacia tal
cavidad central.
En
uno de mis viajes por el mundo, visité Túnez. Eran otros tiempos y
entonces la situación estaba más calmada. Fuimos en 4 x 4 a la frontera con Argelia, en
una zona de cañones, oasis y restos de fortalezas militares del Imperio Romano.
Allí sí nos acompañaron un par de soldados armados con metralletas, pero salvo su presencia,
todo era aparente normalidad. Los niños de las aldeas se nos acercaban llevando numerosas piedras
que malvendían por muy poco dinero y que contenían restos de peces fósiles,
madera silicificada y bellísimas geodas.
Geodas con amatistas
(izquierda), pequeños cristales de cuarzo (centro) y cortes de diversas geodas de
ágata coloreadas artificialmente (derecha).
Por
lo general, las geodas son rocas porosas con huecos en su interior. Las aguas
subterráneas ricas en sales minerales que circulan entre los sedimentos
enterrados, se cuelan por los poros cristalizando en el interior de las rocas,
ocupando todo el espacio o parte de él, para desarrollar vistosos cristales.
Normalmente
suelen precipitar variedades de la sílice (cuarzo rosa, amatista violeta,
cuarzo cetrino amarillo-anaranjado, aventurina verde, etc) o de la
calcita, si los fluidos hidrotermales o aguas subterráneas están en pleno
proceso de formación de sistemas kársticos (simas, galerías, cuevas,…en
materiales carbonatados).
Son
igualmente vistosas las geodas que se forman en burbujas de lava en cuyo
interior precipitan “agujas” de cuarzo generalmente, contrastando las blancas agujas de cristales con la oscura roca volcánica que las rodea.
Lo
normal es que las geodas alcancen tamaños de un puño, si bien las geodas con
amatistas que llegan de Brasil son espectaculares y en ocasiones, de grandes
dimensiones.
Generalmente las geodas
no sobrepasan el tamaño de un huevo de gallina, como se aprecia en la imagen izquierda comparándose con las dimensiones de un pico de geólogo “inoxidable” (o
eso dicen siempre). No obstante hay geodas espectaculares, como las brasileñas
(a la derecha).
No
sé si los lectores habrán visto la película “The Core”, “El Núcleo”, de
catástrofes asociadas a la paralización del núcleo interno terrestre. Aunque
sobre el papel la idea suena curiosa, en la práctica la película pudo conmigo y
la añadiría gustosa a la lista de torturas del ámbito doméstico. Sin embargo, si la
traigo a colación es porque en cierto momento en que varios científicos están
atravesando las diversas capas de la
Tierra, llegan a una zona que es una enorme geoda con
afiladísimos cristales de amatista que al romperse provocan que se inunde de magma
del manto (en la imagen).
Pues,
¿qué diría el lector si le dijera que puede vivir su peculiar y particular escena de “El
Núcleo” en una geoda gigante y en este caso perfectamente real, encontrada
en la provincia de Almería?.
Detalle del interior de
la geoda de yeso de Pulpí.
Adentrarse
en el interior de esta geoda es alucinante, es como penetrar en otro mundo donde
los enormes y bellísimos cristales de yeso se abren paso por doquier. El hombre
allí alcanza proporciones de hormiga y no puede más que maravillarse.
Sin
embargo el equilibrio de estos descomunales cristales de superficies
iridiscentes es terriblemente frágil por lo que se necesita un cuidadosísimo
control de las visitas a fin de preservar para la posterioridad esta
extraordinaria rareza natural.
Se
ubica a unos 50 metros
de profundidad, dentro de la abandonada mina de plomo de Pilar de Jaravía,
coincidiendo con el nivel del mar, que actualmente se encuentra a unos escasos 3 kilómetros de la
mina.
Fue
encontrada fortuitamente en una excursión celebrada en diciembre de 1999 a dicha antigua mina,
por parte de la Asociación
“Grupo Mineralogista de Madrid” y hasta el momento, constituye la geoda más
grande del mundo de la que se tenga constancia.
A continuación se
puede ver un vídeo de 5 minutos que el Canal Sur hizo de esta peculiar maravilla natural:
Como la Ciencia nos enseña siempre, todo lo que ocurre una vez volverá a pasar, así que lo
más extraordinario es que no es única en el mundo -aunque sí en Europa por el
momento-, ya que existe otra (en este caso cueva, que no geoda) llena de enormes
cristales afilados como sables, en Chihuahua, México. Se trata de la cueva de
Naica, con cristales, también de yeso, de hasta 11 metros de longitud en
su interior. Fue encontrada también de manera casual, en este caso por unos trabajadores de la mina.
Dentro
de esta cueva, a unos 50 grados centígrados y en una humedad del 98 % se
encuentra trabajando desde hace más de quince años un equipo científico
dirigido por Juan Manuel García Ruíz, del Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra (dependiente del
CSIC) con el fin de desentrañar las peculiaridades de estos enormes crecimientos
de cristales de yeso en el desierto de México.
Se puede ver un vídeo de 8
minutos con algunos de los aspectos más relevantes de esta cueva mexicana en:
Para los interesados en visitar la geoda, existe una recreación en la atalaya árabe de la localidad almeriense de Huercalovera, donde se proporciona información de esta peculiar formación geológica.
Y
ya que hablamos de dimensiones colosales, no podemos dejar de mencionar la mina
más enorme de diamantes del mundo, la de Ekati, localizada en Canadá.
La mina Ekati (en la
imagen), junto con las minas Jericó, Diavik y Snap Lake proporcionan a Canadá
tal cantidad de diamantes que lo posicionan como tercer país mundial en
proporcionar estos minerales para elaboración de joyas.
A continuación cederé la palabra
al National Geographic para que hable de ella y de las colosales megamáquinas
usadas en la explotación de esta mina situada cerca del Círculo Polar Ártico:
No hay comentarios:
Publicar un comentario