Para
los partidarios de conspiraciones y humanidades prediluvianas, una de las
“evidencias” que barajan es precisamente el hecho de encontrar, cada día más,
pirámides distribuidas por gran parte del globo terráqueo. Sin embargo, como
todos los científicos e historiadores señalan acertadamente, nada hay más
simple que construir una pirámide. De hecho, cada uno de nosotros, de pequeños,
cuando nos daba por hacer hoyos en la playa o en el campo, al apilar la arena
que sacábamos obteníamos una forma piramidal. Así pues, ¿realmente evidencian
contactos entre diversas poblaciones de todo el mundo?.
Es cierto que cada día se descubren
más pirámides en diversos lugares del planeta, lo que ha creado dos teorías
contrapuestas, la del “isolacionismo” o aislamiento, del inglés “isolationism”
(defiende que se crearon de manera independiente, en distintos puntos
simultáneamente) y la del difusionismo (defiende que un país creador divulgó
sus conocimientos, en este caso la construcción de pirámides, conforme se fue
desplazando).
Entre los autores conspiracionistas,
partidarios de la existencia de una cultura que contactó con distintos pueblos
(que creen fueron los supervivientes del hundido continente Atlante) o incluso
que los “hombrecillos verdes” del espacio llegaron al planeta a enseñar a
distintas culturas a construir pirámides, el parecido existente entre pirámides
de lugares alejados geográficamente es una prueba esgrimida para corroborar sus
hipótesis. Sin embargo, recomiendo la precaución, pues con frecuencia tienden a
forzar ciertos parecidos razonables, acallando las muchas diferencias palpables
observables entre ellas.
En la parte superior, imágenes que circulan sobre el parecido entre las
distintas pirámides de todo el mundo. Bajo ellas, distintas imágenes mostrando
pirámides, que realmente dejan ver que no son tan similares. En el caso de
Egipto, se muestra la que se cree que fue el primer intento de construcción
piramidal que logró no derrumbarse, en la necrópolis Dahshur.
A día de hoy se han encontrado
pirámides en el continente americano: Norteamérica (Illinois), Centroamérica
(México, Guatemala, Belice y Honduras, con pirámides aztecas pero sobre todo
mayas) y Sudamérica (exclusivamente en Perú, si bien algunos mencionan la
estructura piramidal de Akapana, en las ruinas de Tiahuanaco, Bolivia). En el
continente europeo las encontramos en España (Güímar, Tenerife, islas
Canarias), Francia (una pirámide medieval se atribuye a los templarios, que
estuvieron en Oriente Próximo y posiblemente en Egipto), Italia (el magistrado
romano Gaius Cestius se hizo construir una pirámide en su tumba a imitación de
las egipcias, impresionado por éstas y las por ahora dudosas de la milanesa
Montevecchia), Bosnia (Visoko). En 1997 se aplicaron análisis
termoluminiscentes al cerro Hellinikon, en el puerto de Argos (Grecia),
mostrándose una estructura piramidal construida hacia el 2720 a.C. (Tsoukalow, 2000).
También hay quien dice que en Inglaterra, cómo no, hay pirámides, al considerar
como tal al túmulo-colina de Silbury, si bien no existe nada que corrobore tal
afirmación.
En el continente africano se han encontrado
pirámides en Egipto, Sudán (se han contabilizado más de 250 pirámides) y Etiopía (en ambos países influenciadas por
las egipcias), Irán (Choga Zanbil) e Iraq (Borsippa, los ziggurats
mesopotámicos de los que se dice haber encontrado uno en el Monte d’Accodi de
Cerdeña) y Argelia (Medracen). Por su parte, en Asia se han mencionado
pirámides en India, Indonesia (destaca la pirámide Barabudur y la de Cani Sukuh
de Java, también hay en Samoa), Tailandia, Camboya, China y Japón (las dudosas
pirámides sumergidas de Yoraguni y la pirámide de Asuka, fechada en el siglo VI
d.C.).
Como se observa, no suelen coincidir los autores al identificar pirámides, ya
que algunas como las marcadas en negro en el mapa derecho, aún presentan serias
dudas.
Es cierto que el parecido entre
algunas pirámides es más que considerable. Por ejemplo, las pirámides
tinerfeñas recuerdan a las mexicanas aztecas de Teotihuacán (ver la imagen, mostrando las canarias a la
izquierda y las mexicanas a la derecha), pero considero que este parecido responde
más a un carácter práctico que a un contacto transatlántico y es que en ambos
casos la tierra es volcánica así que la única manera de evitar la pérdida del
fino polvo por acción de las corrientes superficiales de agua es mediante la
construcción de bancales que, además de sujetar el terreno, permitiera
cultivarlo.
En lo que respecta a las pirámides
de Canarias, prácticamente se desconoce todo sobre ellas puesto que pasaron desapercibidas
por la vegetación hasta hace poco. En los últimos años se han realizado
mediciones in situ, comprobando cierta alineación con determinados hechos
astronómicos, lo que ha llevado a varios escépticos a atribuir su
construcciones a masones de no más allá del siglo XVIII, algo que considero tan
falto de base científica como el explicarlas por influencias mexicanas
precolombinas.
Ahora bien, llegados a este punto
voy a separarme un poco de mi tendencia analítica basada en datos para plantear
una pregunta, que confieso me ha acudido numerosas veces a la mente al
contemplar determinados paisajes, y es la siguiente: ¿pueden existir en la Península Ibérica,
estructuras piramidales no descubiertas?.
Imagen de un monte piramidal en Ogassa (tomada de aquí),
en la zona mágica de Ripoll (Cataluña). A su lado, comparación con la imagen de
una de las supuestas pirámides de Bosnia.
En diversas páginas web encontramos referencias
a posibles pirámides ocultas por la maleza y sedimentos en Ogassa (Cataluña),
en “El Cabezuelo” con los restos de un castro en su cima llamado “castro del
Calvillo” (Cañete, Cuenca, ver más detalles aquí,
a continuación adjunto una entrevista realizada al supuesto descubridor de esta última posible pirámide,
Otra estructura piramidal se ha descrito en el Cabezuelo II (también en Cuenca, ver vídeo aquí), en la Morrilla (de acuerdo con Gabriel Silva, que menciona otras posibles pirámides en la provincia, aquí), en Codes (Guadalajara, ver más datos aquí), en Camas (Cerro de Santa Brígida en Sevilla, según Soliman Orta aquí).
Personalmente, considero que un buen candidato
es un cerro piramidal que se observa desde la autovía 92, desde Granada en
dirección a Málaga a la altura del desvío a Lopera y a Purullena. Como se muestra en las fotografías que tomé (a continuación), presenta incluso un
gemelo, también piramidal, de menor tamaño. Como geóloga, considero que probabilísticamente el porcentaje que tienen dos montañas o cerros para terminar generando un relieve idéntico de manera natural, aunque a menor escala, es muy bajo ya que cada relieve tiene sus peculiaridades, los factores erosionables climáticos inciden de diferente forma y trayectoria y la composición de los estratos varía igualmente. Aún así, ambos relieves piramidales presentan una forma casi idéntica y encima están muy próximos. Picar sobre las imágenes para agrandarlas y verlas con mayor detalle:
También en la provincia de Granada hay otro cerro bastante piramidal en La Puebla de Don Fabrique (Collado de la Sagra, donde se encuentra la Ermita de las Santas, lindando con la sierra jienense de Cazorla; en la imagen).
También en la provincia de Granada hay otro cerro bastante piramidal en La Puebla de Don Fabrique (Collado de la Sagra, donde se encuentra la Ermita de las Santas, lindando con la sierra jienense de Cazorla; en la imagen).
El problema que ocurre en España es
que es un país tremendamente montañoso y por ello se puede cometer el error de
considerar estructuras piramidales truncadas a meros “montes-isla”, formados de
manera natural al existir en la parte alta del cerro un estrato de roca más
dura que los depósitos inferiores. Entonces la erosión y la escorrentía
superficial, durante siglos, produce la formación de estos curiosos cerros. En
la imagen, esquema de la formación de los “montes-isla” o “cerros testigo”
típicos en las mesetas españolas, así como en la archifamosa película
“Centauros del Desierto”, rodada en la reserva de los Navajo.
Cuando en este conjunto de estratos duros
dispuestos próximos a la horizontal se generan fracturas (generalmente
asociadas a la pérdida de presión al ser erosionados los sedimentos que tenía
por encima) suelen generarse bloques más o menos rectangulares que pueden ser
erróneamente considerados como de fábrica artificial, por acción del hombre,
cuando no es así. Por eso hay que ser muy precavidos y realizar estudios concienzudos
en busca de evidencias de verdaderas construcciones que muestren que
efectivamente estamos ante una pirámide. Con todo, considero que existen cerros
cuya morfología tan perfectamente piramidal requiere de unas circunstancias
naturales muy raras y peculiares, que llevan a pensar en una acción antrópica
como causa más probable y que creo que los arqueólogos deberían abordar sin
temor a ser tachados de especuladores o poco serios. De hecho precisamente para
ser rigurosos debería recurrirse a cualquier tipo de análisis que pudiera
considerar, sopesar pruebas y evidencias y aceptar o rechazar definitivamente
tal hipótesis a fin de que la
Ciencia continúe su avance serio y formal.
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