Habíamos iniciado en una entrada
anterior (aquí), un repaso bastante fugaz de las andanzas de este gran explorador y
descubridor del Imperio Español. No obtante, la limitación de espacio del blog
había impedido profundizar en sus hazañas, así que en esta ocasión trataré de
ir algo más despacio, centrándome en sus correrías por el Mississipi.
La
vuelta de Hernando de Soto a España no resultó como esperaba. Había vuelto rico
y famoso. Tras instalarse en Sevilla en una gran mansión con mucho terreno y
casarse con la hija del gobernador Pedrarias, Isabel (también denominada Inés) de
Bobadilla, se acomodó a una vida tranquila, social y opulenta, pero esa no era
su vida. Se aburría hasta límites extremos, sólo gozaba cuando algún invitado
le traía noticias de México y del Perú, de ahí que al conocer los comentarios
de Cabeza de Vaca, afirmando que
podía haber reinos iguales a los señalados en La Florida, se reavivó su sangre
de aventurero, explorador y conquistador.
Estatua de Hernando de Soto en Barcarrota
(Badajoz, España).
Pidió
audiencia con el emperador y solicitó permiso a Carlos I para financiar una
expedición de exploración y conquista a esas tierras, obteniendo una carta real
para explorar, además de recibir el título de Adelantado de esos territorios,
junto con el de gobernador de Cuba. Vendió
la mayor parte de sus bienes y preparó una expedición a Florida formada por
diez barcos, 700 hombres perfectamente armados y 220 caballos, además de
artesanos, herreros, comerciantes, granjeros, sacerdotes, y varias toneladas de
suministros, munición, armamento y cañones. En 1538 llegó a Cuba, encontrando
que parte de esta isla había sido incendiada por los piratas franceses, así que
desembarcaron en Santiago de Cuba y después de limpiarla de piratas y
reconstruirla, dejó allí a Gonzalo de Guzmán como lugarteniente de gobernador
al mando de un grupo de soldados. Después, mientras Soto avanzaba por el
interior hacia La Habana, sus barcos lo hacían por la costa. Encontró que
también la capital había sido saqueada e incendiada por los piratas franceses.
Soto la reconstruyó y fortaleció el fuerte de La Habana, dejando allí a Juan de
Rojas al mando de un centenar de soldados, junto a su mujer (sería tercera
Gobernadora de Cuba), y el 18 de mayo de 1539 zarpó con nueve barcos, 520
soldados y 237 caballos hacia la Florida.
Itinerarios seguidos por distintos
exploradores del Imperio Español en tierras norteamericanas.
Desembarcó
en la bahía del Espíritu Santo (Tampa) y desde allí comenzó la exploración de
la Florida. Pronto comenzó la gran decepción porque allí no había oro, sólo
pantanos plagados de mosquitos, cocodrilos y serpientes muy venenosas, además
de indios muy hostiles, duros y violentos. El ejército de Soto fue bastante
humano. No esclavizaron indios, fueron respetuosos con las indias y no
saquearon ni incendiaron, como sí hizo repetidamente Narváez. De hecho, Soto
siempre antepuso la consecución de acuerdos con los nativos pero padecieron su
hostilidad, heredada del cruel trato que les dio Narváez. Nada más desembarcar
se encontró con Juan Ortiz, un superviviente que fue a Florida mandado por el
gobernador Pedrarias en busca de la expedición de Narváez, que fue capturado
por la tribu Uzica y, gracias a la hija del
jefe (en una historia que podía ser la precursora de Pocahontas), Hirrihigua,
que intercedió por él, se evitó que acabara en la hoguera. Permaneció once años
en cautiverio como esclavo hasta que escapó para unirse a Soto. Ortiz le fue de
mucha utilidad como traductor y explorador.
Representación figurada realizada por un
artista norteamericana, de la llegada y encuentro de Hernán de Soto y sus hombres,
con distintas tribus de Estados Unidos.
El 15 de julio de 1539 Soto avanzó hacia el norte de la
Florida buscando su El Dorado. Al frente llevaba una brillante caballería
formada por hidalgos con perros, seguida de la infantería, pero pronto
comenzaron los problemas. Las malas tierras, el clima y la falta de agua se
sumaron a los continuos enfrentamientos con los nativos. También tuvo que hacer
frente a su gente, ya que ante la dureza de la expedición y la falta de riquezas,
eran muchos los que deseaban volver a Cuba. De Soto no dudaba en coger por la
fuerza a indios para usarlos como porteadores, ya que se desplazaban con mucha
carga, utilizando para ello castigos ejemplares, lo que hizo que las
poblaciones por las que pasaba lo esperaran muy hostiles, preparándoles
emboscadas mortíferas con flechas. Avanzaron hasta Anhaica, cerca del lago
Tallahas, donde invernaron. Era una tierra tan estéril y hostil que tuvieron
que comerse los caballos para sobrevivir.
De Soto’s Trail o “El Camino De Soto”, en
Estados Unidos. Representación imaginaria del explorador con su esposa.
En marzo de 1540 avanzó hacia los Apalaches y exploró las
regiones del norte, Altamaha, Achalaque, Cofa y Cofaque (en la actual Georgia).
Habían oído de la existencia de oro en Cofitachequi, por lo que iniciaron viaje
durante semanas por los actuales territorios de Carolina y Tennese. Con sed y
hambre llegaron a la capital (la actual Columbia) donde comprobaron que el oro
soñado era cobre. De valor sólo encontraron perlas. Le hablaron de las riquezas
del este, por lo que nuevamente emprendió viaje a través de Carolinas y Georgia.
La suerte no le ayudó, ya que sin saberlo, en esa marcha pasó muy cerca de
Dahlonega, donde varios siglos después se descubrió un gran yacimiento de oro. Continuó
hasta Tascaluza, donde fue recibido por el cacique del mismo nombre, apodado Guerrero Negro. Le invitó a descansar en
el cercano poblado de Mabila (Mauvila) donde había concentrado 10.000 guerreros
de la tribu Choctaw para emboscarlo. Pronto se dio cuenta De Soto de la trampa,
por lo que atacó a los indios produciéndose una gran carnicería. Casi diez
horas duró la batalla. Aunque la ganó De Soto el resultado fue desastroso para
él. Durante la batalla y en los días siguientes fallecieron más de 80 españoles
y 45 caballos, quedando un centenar de heridos entre los que estaba De Soto.
Tuvo muchas pérdidas de equipo, provisiones y suministros. Cierto fue que los
indios se llevaron la peor parte ya que casi todos murieron peleando,
ejecutados o se suicidaron, y la ciudad fue incendiada. Muchos indios amigos se
retiraron y crecieron los indios enemigos que atacaron a los españoles en
guerrillas por un territorio duro y hostil.
Placas en el De Soto’s Trail, en Georgia
(izda), Alabama y en el puente sobre el río Mississipi en Tennessee, en honor
al explorador español y sus hombres.
De Soto tuvo que permanecer más de un mes en aquel lugar
para reponerse. No se encontró oro, por lo que la moral estaba bajo mínimos.
Soto conocía que muy cerca, al este, en Achusi, estaba su flota que tras
explorar la costa había ido a Cuba por refuerzos al mando de Diego Maldonado,
pero temiendo que su tropa quisiera marchar a Cuba, ordenó continuar la marcha
hacia el oeste, confiando aún en conquistar un reino dorado. Penetraron en el hoy
estado de Mississipi. Al acercarse a un afluente del gran río del mismo nombre,
lo esperaba un ejército de más de 5000 indios que querían vengar a los muertos
de Mabila. Nueva batalla, con más de 40 españoles muertos y la pérdida de 50
caballos, de provisiones y suministros. Los restos del ejército, cansados y
famélicos, pudieron descansar en Chicaza un par de meses, curando las heridas y
tratando de sobrevivir.
En mayo de 1541 llegaron al río Mississippi,
nombre que procedencia india (Meact Massipí o “padre de las aguas”). De Soto lo
llamó Río Grande del Espíritu Santo. Aunque
en 1519 Alvarez de Pineda descubrió
su desembocadura, se acepta a De Soto como su auténtico descubridor. Lo
cruzaron por donde hoy está Memphis (Tennessee). Necesitó tres semanas para
preparar balsas y cruzarlo, después de enfrentarse contra 6000 indios que
pretendían evitar que lo hiciera. Soto y 400 hombres lo cruzaron, continuando
su recorrido al oeste, hacia la actual Arkansas, cruzando por los actuales
estados de Oklahoma y Texas. Invernó en
Autiamque (Arkansas), cerca de Washita. Llegaron a la orilla del río Caddo, en
donde contactaron con la tribu indígena Kadahodacho
(Caddo, de forma abreviada), que llamaron Tula y que disponía de “los guerreros más expertos y peligrosos que
jamás hubiesen hallado”. La batalla ocurrió cerca de Caddo Gap (Arkansas)
en un lugar que hoy está marcado por un monumento. Las victorias de De Soto
hacían que los indígenas creyeran que era inmortal y que tenía grandes poderes.
Tras la batalla, el estado de los españoles era deplorable. Muchos murieron a
causa de la malnutrición y las
enfermedades, entre ellos el intérprete Juan Ortiz. Apenas quedaban 330
hombres y 40 caballos. Pensó en volver al Misisipi para, a través de él, llegar
a Nueva España, lo que hizo en la primavera de 1542. De Soto ya caminaba
enfermo cuando llegó a la orilla occidental del Misisipi, en Guachoya (hoy Lake
City). El 21 de mayo murió Hernando de Soto a causa de las fiebres palúdicas.
Antes había llamado a sus capitanes y los puso al mando de Luis de Moscoso de
Alvarado, sobrino del conquistador Pedro de Alvarado. Inmediatamente tras su
muerte, sus hombres lo envolvieron en una manta con diferentes objetos que
pesaran, ya que no había piedras, y lo hundieron por la noche en la mitad del
río que había descubierto, para que los indios desconocieran su muerte y lo
creyeran inmortal, evitando así además que profanaran sus restos. Para ello
organizaron una fiesta en el poblado mientras un pequeño grupo realizaba el
funeral.
Al final de la Ruta de De Soto, nos aguarda
una agradable sorpresa pues en el cementerio de Fairview de Van Buren, las
tradiciones sostienen que determinadas tumbas pertenecieron a soldados de
De Soto. Como reza el cartel, “las leyendas sostienen que esta es la tumba
de uno de los hombres de De Soto. Las marcas presentes en la lápida pudieran
ser masónicas.” De ser cierto estaríamos
posiblemente ante los restos de los primeros masones que pudieran ser
acreditados, anteriores en varios siglos a los primeros masones que se pueden
confirmar, ingleses y franceses. Es algo que, por otra parte, vengo sosteniendo
y argumentando en mi libro sobre Diego de Riaño arquitecto del antiguo
Ayuntamiento plateresco de Sevilla, en mi obra “Jesús y otras sombras
templarias” y en mi trabajo, inédito por el momento, sobre Juan de Goyeneche. Recuerdo al lector que si pica sobre las imágenes, se harán más grandes.
Después construyeron siete bergantines, fundiendo todo el
hierro para hacer las uñas de los barcos, y tras el invierno navegaron hasta la
desembocadura defendiéndose de los ataques sucesivos de tribus hostiles que les
atacaban en canoa. Los españoles no disponían ya de armas operativas para la guerra,
sólo podían utilizar sus trabajosas ballestas, por lo que fueron encuentros más
defensivos que ofensivos. Hubo algo más de diez muertos y varios heridos. Tras
50 días llegaron al Atlántico; después navegaron por el Golfo de México y
llegaron a Panuco (México) la mayoría de los españoles (la cifra aceptada es la
de 312) ya en el año de 1543.
En su largo viaje, De Soto había atravesado seis estados:
Florida, Carolina, Georgia, Alabama, Mississippi y Arkansas y se había medido
con cherokees, seminoles, creeks, apalaches, choctaws, entre otras tribus
indígenas. Su nombre está en muchísimos lugares de Florida. Hay dos condados,
De Soto y Hernando, que llevan su nombre, así como muchos memoriales, urbanizaciones,
puentes, cataratas, hoteles, calles y parques de distintas ciudades. Hasta
existe una marca de automóviles con su nombre. Hace casi 500 años que hay una
ruta turística que sigue su asombrosa peripecia. Es, sin duda, la figura más
fascinante y controvertida de estos estados.
Muy buena segunda parte de D. Hernando de Soto, Valeria. Me ha llamado la atención Juan Ruiz, ¿no actuó como cartógrafo de la expedición de De Soto?. Estupendo artículo.
ResponderEliminarGracias, Sr. Benítez por sus palabras. Con respecto a lo que señala de Juan Ruíz yo me inclinaría más por su faceta de explorador que de cartógrafo. Piense que este español estuvo perdido por esas tierras durante muchos años y conocía el terreno, además de desarrollar un gran conocimiento del idioma y de la relación con los nativos. Cierto es que a él le correspondió el trazado de las rutas que hizo De Soto, pero creo que eso no es realmente cartografía ¿o sí?, quién sabe, incluso yo misma, vaya donde vaya, siempre me descubro mirando “piedras” ya sea en las construcciones o en pleno campo. Deformación profesional, supongo... Saludos.
EliminarUn trabajo muy completo con el que hace justicia a uno de los grandes exploradores del imperio. He leído con interés su artículo y me ha extrañado lo que dice de Achusi, ¿en aquel lugar, después de la batalla, no le llevó refuerzo Diego de Maldonado a De Soto?
ResponderEliminarGracias Sr. Ruíz, por su comentario. Paso a contestar su pregunta. De Soto no llegó a recibir la ayuda de Maldonado porque temía la deserción de parte de su tropa y como buen soñador, y a pesar de la dureza de la marcha, él aún creía en encontrar un reino como el Maya, el Azteca o el Inca y en ara a esa idea sacrificó situaciones de distinta índole. Saludos.
EliminarBueno trabajo. Me gustado la history que indica de Hernando de Soto. Un gran viajante y descubridor. Su hazaña se admirar mucho por esto, pero yo creo que este saldado no está en Mississippi sino en un lage del condado de Mississippi. Bien
ResponderEliminarGracias, Sr. Leithger por sus palabras, pero creo que se confunde. Y creo adivinar el motivo de su confusión: cuando De Soto murió como usted dice fue enterrado en una fosa profunda cerca de la orilla del río. Pero como los nativos extraían tierra para sus casas por la misma zona, decidieron desenterrarlo la noche siguiente y lo enterraron en el centro del río como narro en mi artículo. Además hay muchas leyendas que afirman que el explorador está sepultado en diferentes lagos de diferentes estados del sur norteamericano. Pero la opción más apoyada es la del río Misisipi. Saludos.
EliminarThank you Mr. Leithger for your words, Mr. Leithger but I think you are confused. And I guess the reason of your confusion: when of Soto died, as you say, he was buried in a deep pit near the shore of the river. But as the natives extracted land for their houses in the same area, De Soto’s men decided to dig up the De Soto body the following night and buried him in the middle of the river, as I told in my article. In addition there are many legends that say that De Soto is buried in different lakes of different states of the south of the United States. Nevertheless, the most supported option is that of the Mississippi River. Greetings.
Me ha complacido la historia de Hernando de Soto. Es muy exacta. Yo vivo cerca de los Apalaches y he querido intentar hacer el camino de ese hombre muchas veces y no fue possible. Era muy agotante. Me gusta ese grande hombre. Es muy admirable por aqui. Hizo la historia y trajo el caballo. Muy bueno.
ResponderEliminarGracias, Sra. White por su comentario, ciertamente los “mesteños” o Mustangs son de ascendencia española. Cuando los exploradores españoles llegaron a América, el caballo se encontraba extinto. Aún hoy en Soria y en general en el norte de España es posible encontrar caballos similares a los usados por los celtiberos contra el Imperio Romano: bajitos pero terriblemente veloces. Por eso fueron tan temidos: imagínese a 30 jinetes con armaduras ligeras de cuero y tejidos vegetales, a galope en una angostura, armados con phillum o espadas algo más largas que un puñal, pillando desprevenidos a un grupo de soldados romanos portando pesados enseres a sus espaldas, armaduras pesadas, cascos metálicos, cuesta arriba y con más de 30 kilos encima: incapaz de defenderse en tres segundos. Y de ahí el éxito de los guerreros celtiberos y lusitanos contra Roma, causando infinidad de bajas al enemigo. En la película “El Guerrero nº 13”, Antonio Banderas monta uno de estos caballos y son frecuentes las bromas entre los Germanos sobre “el perro que salta bien”. Ese tipo de caballos es el que tras cruzarse con los traídos por ingleses y franceses generará un caballo más bajito pero más resistente y veloz, los Mustangs (protagonista del film “Hidalgo, océanos de Fuego”: https://valeriaardante.blogspot.com.es/2016/01/anecdotas-del-descubrimiento-de-america.html). Saludos.
EliminarTrabajos espléndido sobre De Soto. Sin éste, el primero hubiera quedado cojo. Me ha agradado la guardia y me ha completado el conocimiento de ese gran militar que siempre he admirado. Le agradezco que lo recupere del olvido, como a tantos. Felicidades.
ResponderEliminarGracias, Sr. Peña por sus palabras y me agrada que el artículo haya sido de su gusto. Ciertamente De Soto hizo cosas increíbles que merecen ser bien conocidas. Saludos.
EliminarEs certero lo que dice sobre las tumbas de los soldados de Hernando de Soto. Hay muchas por le camino que hizo y por las mas de seis batallas reconocidas que luchó. Y he visitado las que muestra del cementerio de Van Buren y he visto más en Georgia y en Carolina. No señala que otros soldados de Soto se quedaron a vivir aquí, con nativas. No todas las tribus eran enemigos, varias lo aceptaban y lo ayudaban. Antes de la batalla contra los kadahodachos se celebró el encuentro de las dos country y allí hay un memorando que lo indica. Los españoles nos mostraron otra forma de vida y nuevas experiences. Fueron molto interesantes y hicieron escuela.
ResponderEliminarGracias Sr. Alvarado por su comentario. Es cierto que muchas tribus fueron hospitalarias y actuaron como aliadas de los españoles, lo señalo en mi trabajo cuando explico cómo De Soto apostaba por la diplomacia y no por la fuerza, cómo se vivió una historia parecida a la de Pocahontas y en las imágenes puede ver a De Soto entablando relaciones de amistad con algunas tribus. Un saludo.
EliminarErróneamente señala a Pedro Menéndez como el primer europeo que levantó un asentamiento en los Estados Unidos de America, lo nombra como San Agustín y le dá el año de fundación de 1655, cuando reconoce que los ingleses levantaron Jamestown en 1607. ¿No cree que 1607 es antes que 1655? ¿No está de acuerdo con me? Reconocerá entonces que el primer asentamiento europeo allí fue inglés ¿verdad?. Gracias
ResponderEliminarGracias, Sr. Spider por escribir. No es cierto que el primer asentamiento europeo fuera inglés, de nuevo siento desmontarle una falsa historia, pero permítame remitirle a mi entrada donde doy datos oficiales de la primera mitad del siglo XVI (http://valeriaardante.blogspot.com.es/2016/01/hallado-el-primer-asentamiento-europeo.html). Y creo que eso va antes de 1607, ¿no cree usted?.
EliminarCon respecto a la clase de ordenación matemática que me da en su entrada, créame que estoy de acuerdo en que lo hace muy bien y en que usted sabe distinguir un número menor de otro mayor. También estoy conforme con su observación sobre que 1607 es anterior a 1655 y a 2000 o 5000; pero creo que no procede ese razonamiento matemático, ya que en ningún momento ni lugar de mis artículos sobre De Soto cito la fecha de 1655. En el primero, hablando de Menéndez, la fecha que cito es la de 1565, y aunque tenga los mismos números que la que usted señala de 1655, convendrá conmigo en que no es igual cantidad y que siguiendo su brillante ordenación matemática, mi fecha escrita – la de 1565-, va antes que 1655 y antes también que la de 1607. ¿Estamos de acuerdo?. Su problema ha sido que ha bailado usted dos números en la fecha que yo señalo y, claro, así su razonamiento ya no es correcto. Créame que lo lamento, pero sigo defendiendo mi afirmación sobre D. Pedro de Menéndez y ya que estamos, que D. Pedro de Menéndez levantó un asentamiento en EEUU mucho antes que cualquier británico. ¡Por supuesto!. Y esto será cierto mientras se mantenga esa ley de ordenación matemática. Un saludo.
Valeria, ¿le consta a usted que Don Hernando de Soto catografió toda la costa sur desde Nueva York a Florida?
ResponderEliminarHola, Sr. De Uribe, gracias por escribir. Paso a responder su pregunta. No me atrevería a afirmar que De Soto llegara hasta Nueva York, pero que su cartografía de la costa atlántica norteamericana llegara hasta cerca de ese lugar está fuera de toda duda, además también había cartografiado parte de las costas del golfo de México cuando años antes navegó buscando un paso entre los dos océanos por orden de Pedrarias. Un personaje del que estar bien orgulloso. Saludos.
EliminarInmejorable trabajo, Valeria. ¿Puede decirse que tras la muerte de Juan Ortiz comenzó realmente la decadencia de De Soto?
ResponderEliminarGracias por sus palabras, Sr. De la Serna. Posiblemente la situación empeoró para De Soto tras la muerte de Ortiz. Ese hombre era el encargado de dirigir su expedición por caminos que le parecían correctos, además de ser el traductor y el encargado de las posibles compras y abastecimiento de alimentos y pertrechos a las comunidades indígenas. Es indudable que su fallecimiento fue para De Soto una terrible pérdida en muchos sentidos. Saludos.
EliminarHa completado muy bien la ingente hazaña de Hernando de Soto. Señala datos atractivos que crearan un buen debate. Los hay de todos los gustos, militares, humanos, sentimentales, guerreros…. Nuestras felicitaciones por ello.
ResponderEliminar¡Qué gran hombre fue Hernan de Soto! Mostró el perfil genuino del conquistador español, noble, fuerte y responsable. El libro: “La sombra del conquistador” es un complemento amplio a lo que usted describe. Hombres como esos crearon el imperio.
ResponderEliminarGracias por su comentario, Sra. Rosanna, totalmente de acuerdo con usted. Rememorando las palabras de Heinrich Heine: “un amigo me preguntaba por qué no construíamos ahora catedrales como las góticas famosas, y le dije: los hombres de aquellos tiempos tenían convicciones; nosotros, los modernos, no tenemos más que opiniones, y para elevar una catedral gótica se necesita algo más que una opinión”. Lo extrapolaría a la gran hazaña de la exploración del continente americano. Hacían falta personas hechas con otra pasta. Un saludo.
EliminarHa creado una buena polémica tras la batalla de Mabila al señalar que De Soto prefirió avanzar hacia el norte antes de permitir recibir ayuda de Maldonado. ¿Antepuso su interés al bienestar de sus hombres?
ResponderEliminarSerá la primera pregunta del debate.
Gracias por sus palabras, Sr. Candau. Creo que he contestado su pregunta en la respuesta al Sr. Ruíz. Posiblemente le pudo más su ilusión y esperanza que el deseo de unos hombres desanimados, pero creo que él pensaba que al final se lo agradecerían. Saludos y buen debate.
EliminarGustó su escrito. A Don Soto se le estima como un guerrero mítico y excepcional. Intentó dialogar y alcanzar acuerdos. Fue el primero en abrazar una alianza y un encuentro de civilizaciones en Caddo Gap. Los españoles que vinieron antes no le facilitaron la empresa.
ResponderEliminarGracias por su comentario, Sr. Sanches. Estoy de acuerdo con usted en lo diplomático que llegó a ser este explorador español, como verá en mi trabajo, muestro el monolito alzado como homenaje a ese contacto de civilizaciones. Lamentablemente hubo otras tribus que no deseaban extranjeros ni contactos con gentes ajenas a su tribu. Un saludo.
EliminarMuy buen artículo, Valeria. Cuando habla de la llegada de De Soto a Cuba ¿quiere decir que el Adelantado conquisto esa isla?. Nuestra enhorabuena.
ResponderEliminarGracias Sr. De la Seca, por su comentario. Paso a contestar su pregunta. Cuba fue una isla que prácticamente la conquistaron los españoles después de La Española (República Dominicana), lo que ocurrió fue que en aquella época de expansión española en América no eran muchos los soldados españoles que salvaguardaban esa isla, lo que aprovechaban los piratas franceses, ingleses y holandeses para asaltarla y robar a las propiedades del Imperio Español, hasta que poco a poco se comenzaron levantar construcciones defensivas para evitarlo. Con De Soto le tocó a Cuba, que quedó totalmente blindada. Saludos.
EliminarUn trabajo muy didáctico para conocer a ese gran militar. Lo habia oido pero desconocia su gesta, que fue realmente impresionante. Teniendo en cuenta los hombres que navegaron a la orden del sobrino de Alvarado y los que llegaron a México en los bergantines deduzco que tuvo muchas perdida los españoles mientras navegaban por el Misisipi, ¿tan mal les fueron?.
ResponderEliminarGracias, Sr. Prieto, por sus palabras. Muchos de los españoles que ayudaron a construir los bergantines se quedaron a vivir con las nativas que conocieron en Norteamérica. Las pérdidas humanas en los tres meses que duró el viaje hasta México no llegaron a media docena, y del resto, ninguno de estos españoles regresó a España, sino que se quedaron a vivir en América. Un saludo.
EliminarTuvo que ser un gran guerrero De Soto para salir vivo de tantas batallas, ¿nunca recibió refuerzos de Nueva España por el sur?
ResponderEliminarGracias por su comentario, Sra. Helena. De Soto nunca recibió ayuda ni de Cuba ni de Nueva España. Renunció a la ayuda de Cuba por el motivo que le indico en la respuesta del Sr. Ruíz. De Nueva España no llegaron refuerzos ya que desconocían dónde se encontraba De Soto con sus hombres, ya que justo cuando estaba más retirado de la frontera, murió Ruíz que era quién realmente guiaba la expedición del extremeño. A partir de la muerte del Sr. Ruíz, De Soto prefirió volver al Misisipi para salir por su desembocadura antes que buscar otras rutas por tierras desconocidas, hacia Nueva España. Un saludo.
EliminarMe ha impreesionado la historia de Hernando de Soto. Sobre todo, su periplo por el sur de los Estados Unidos y en referencia a las tribus indias que Ud. señala que se enfrentó. ¿nunca perdió una batalla?
ResponderEliminarGracias por su comentario, Sr. Camargo. Paso a contestar a su pregunta. La verdad es que De Soto fue un militar excepcional, ya que todos los enfrentamientos contra tribus tan guerreras y admirables como semínoles, cherokes, Sioux, creeks, apaches, choctaws,…. las saldó con victorias más o menos holgadas. En algún caso lo pasó realmente mal, como ocurrió frente a los Mississippi, cuando se enfrentó contra 5000 guerreros que lo esperaban a orillas del Gran Río sedientos de venganza, tras lo de Mabila. Ahí estuvo en un tris de perder la batalla; sólo la táctica defensiva de repliegue triangular salvó a De Soto de la derrota, ya que ante esa defensa el jefe de los Mississippi entendió que sería mucho desgaste para ellos seguir combatiendo y dio por zanjada la batalla, con grandes pérdidas en ambos lados. Lo admirable fue que a partir de entonces, con un ejército disminuido y famélico continuó el avance y los enfrentamientos sin que ninguna tribu consiguiera detenerlo. Fue un militar admirable, teniendo en cuenta que la relación de personal en los enfrentamientos llegó a ser de 100 enemigos por 1 español. Cabría preguntarse como hubiera acabado el admirado y cinematográfico 7º de Caballería en esa situación, aunque estuviera a su mando Glenn Ford o John Wayne. Un saludo.
EliminarMe ha parecido una buena y exacta biografia de Hernando de Soto, que ha sabido muy bien completar con las interesantes respuestas que da a los distintos comentarios. Recoge lo esencial. Es un personaje que he admirado y he leido mucho de ese gran explorador. He intentado buscar la biografia que señala Rosanna sobre ese gran soldado, pero no la he encontrado por ninguna fuente. ¿Me podria indicar a donde acudir para obtener un ejemplar?. Gracias
ResponderEliminarGracias por su comentario, Sr. Carrere. Contesto a su pregunta. Lo cierto es que el manual que señala no lo conozco, referido a Hernando de Soto. Sí conozco uno de igual nombre pero referido a Hernán Cortes. Si busca una buena bibliografía literaria de Hernando de Soto le aconsejaría que leyera “Las huellas del conquistador” de José Luís Pérez Regueira, publicada en la Editorial Roca bolsillo, sección histórica, cuya primera edición vio la luz en 2008. Un saludo.
EliminarUna pregunta Valeria que ha surgido en el debate, ¿porqué no convenció De Soto a Cabeza de Vaca en la entrevista para que lo acompañara en la expedición?. Conocía rutas. Con él es posible que hubiera tenido otro resultado.
ResponderEliminarGracias por su comentario, Sr. Asensi. Contestando a su pregunta, De Soto no pudo convencer a Cabeza de Vaca porque nunca llegaron a encontrarse. Cuando De Soto conoció los comentarios de De Vaca, nuestro conquistador se encontraba en Sevilla, y Alvar estaba explorando por el sur de América. No hubo posibilidad alguna de encuentro entre ambos. Un saludo.
EliminarUna consulta Valeria tras la discusión. A pesar de la situación que iba atravesando De Soto conforme avanzaba la expedición, del cansancio y deterioro de su ejercito y de enfrentarse cada vez con indios más numerosos y con más sed de venganza, ¿no perdió ninguna batalla? ¿en cuantos enfrentamientos participaron?. Gracias
ResponderEliminarGracias por su comentario, Sr. Uribe. De su primera pregunta, puede encontrar la respuesta en lo señalado al Sr. Camargo. En lo referente al número de batallas en las que lidió De Soto en EEUU, es difícil de contabilizar ya que no es fácil distinguir entre batallas y enfrentamientos. Los historiadores señalan alrededor de media docena las batallas contra distintas tribus que le tocó pelear a De Soto, pero hay que tener en cuenta que tras la batalla de Mabila fueron muchas las emboscadas, escaramuzas y los enfrentamientos en general contra nativos que De Soto tuvo que pelear durante su marcha. Fueron mucho los testigos e historiadores americanos que afirman que la primera cama del gran conquistador era su caballo. Saludos.
EliminarHe leído su constesta a Spider y creo que es cierto que españoles se sentaron antes aquí que ingleses, pero no tener cuenta las visitas que marinos ingleses hicieron aqui. De contarlas possibly fueron analogous, aunque fueran mas important la de Vaca y Soto. Creo que los dos paises tuvieros amalogous meritos. ¿Es correcto?
ResponderEliminarBuenos días, Sr. Norris, gracias por su comentario. ¿Pudo llegar algún marinero inglés antes que los españoles a territorios de la actual USA?, es posible, sin embargo poco probable. Sin intención de caer en lo expeculativo de si un barco de vikingos perdidos llegó a USA antes que Cristóbal Cólon basándose en pruebas que pasan muy mal los análisis más serios, la cuestión que abordamos no es si un naúfrago o alguien "despistado" pudo llegar a cierto lugar sin saberlo sino que hablamos de expediciones ya bien fundadas, financiadas, con cartografía que se levanta de las nuevas tierras y contactos atestiguados y prolongados en el tiempo entre diversas naciones a partir de entonces. Por tanto, siento discrepar con usted en este asunto pero no compare méritos de posibles marineros despistados que ni constancia dejaron de su hipotético paso (que presupone o desea hacerlo), con todas unas expediciones financiadas por la Corona del entonces mayor imperio de Occidente. Lo siento pero es que ni procede en mi mente esa comparación. Que un burro haga sonar una flauta por casualidad mientras la olfatea, ¿le equipara en méritos a Bach o a Mozart?, lo dudo muy seriamente. Si desea considerar posibles iguales méritos, le aconsejaría en ese caso olvidarse del por entonces aún por desarrollar imperio inglés y centrarse en Asia, ya que cada día hay nuevas evidencias genéticas que respaldan la colonización del continente americano por asiáticos y polinesios, antes de la llegada de europeo alguno. Un saludo.
EliminarMe ha gustado su escrito, señora Ardante. Me he enterado de parte de nuestra historia que no se explica en el school. Indica tres exploradores hispanos con su recorrido, ¿hubo algunos exploradores hispanos más que hicieran exploraciones importantes?. Gracias.
ResponderEliminarGracias por sus palabras, Sr. Somoza. Respondiendo a su duda, le invito a visitar entradas anteriores en este blog y encontrará una larga lista de nombres (especialmente en la entrada sobre "The Spanish Lake") y en la sección "América". Si visita periódicamente el blog encontrará nuevas entradas tratando de sacar del olvido las gestas de grandes hombres que hicieron igualmente grande al Imperio Español. Un saludo.
EliminarCreo que no me he explicado o no me ha entendido. Mi pregunta era si hubo algunos exploradores españoles más que dejaron sus huellas y sus hazañas en mi país. He mirado algunas páginas suyas y no encuentro lo que busco. Quiero centraeme sólo en mi pais, no me interesa los pobladores del sur. ¿puede contestarme con nombres concretos? Gracias
ResponderEliminarGracias por su comentario, Sr. Somoza, le entendí mal, creía que me hablaba de gestas de los conquistadores españoles en general y por eso le dirigí a otros artículos de mi blog. Con respecto a los exploradores españoles que profundizaron por su país le señalo los más notables en orden cronológico. Fernández Labrador fue el primer explorador español que cruzó su país y llegó hasta Canadá descubriendo la península que lleva su nombre (Península de Labrador) en 1495. Le siguió Ponce de León, en 1513, al que se señala oficialmente como el explorador que descubre su país. En 1528, Alvar Núñez Cabeza de Vaca cruzó todo el sur y suroeste de su país durante 9 años. En 1539 lo hace Fray Marcos de Niza, que cruzó desde México el desierto de Sinaloa, Arizona y Nuevo México. En 1540 Vázquez de Coronado llegó a Kansas y recorrió el Gran Cañón del Colorado. Juan de Oñate en 1589 saliendo desde Guadalajara llegó a Nuevo México. En 1767, Fray Junípero Serra fundó en la Alta California un gran número de misiones. Toda la costa pacífica fue recorrida por diferentes expediciones navales españolas. En 1774 Juan Pérez llega hasta Alaska desde Acapulco. En 1775 lo hace Bruno Ezeta y en el 1776 le toca el turno a Ignacio Arteaga. En 1775 Juan Bautista de Anza llegó hasta las Montañas Rocosas y construyó San Francisco. Dejo a otros importantes como Hernando de Soto, Narváez o Ponce de León cuyos logros puede seguir en diversos artículos de mi blog. Espero acertar esta vez con lo que solicitaba.
EliminarGracias Valeria por responder a lo solicitado. Creo que le ha faltado el navegante español Pedro Hernandez Cabral, que recorrió la costa de La Florida.
ResponderEliminarGracias por su comentario, Sr. Somoza, pero el navegante Pedro Hernández Cabral no fue un navegante español, sino portugués, y además nunca estuvo en su país. Tocó tierra en la costa oeste de Brasil cuando al navegar hacia Las Azores una tormenta lo arrastró hacia allá. Después volvió a Las Azores y costeó África. Un saludo.
EliminarMuchas gracias Valeria por el regalo que nos hace con su interesante blog.
ResponderEliminarQuisiera conocer más acerca de la vida de Hernando de Soto y le agradecería cualquier recomendación de libros o fuentes.
Saludos
Gracias por sus palabras, Sr. De la Fuente y disculpe el retraso en mi respuesta. Lo cierto es que la bibliografía en que se alude a este singular personaje es variada, dado que dan por lo general breves pinceladas de determinados hechos, aparte de ser de la década de 1990 o anteriores. Lo mismo puede decirse de las hazañas de otros grandes exploradores españoles, contemporáneos a él. Es por ello que llevo ya unos meses trabajando en la elaboración de un libro donde se hable de cada uno de estos personajes, recopilando fuentes y datos, con el fin de ofrecer al lector una visión de estos magníficos personajes que llevan ya bastante tiempo soportando manipulaciones y ocultaciones de información sobre sus hazañas, para atribuirlos a otros hombres que llegaron posteriormente y con otras banderas. Por ello le ruego algo de paciencia pues la labor es ingente ya que no se trata únicamente de recopilar datos, sino también de contrastarlos y confirmarlos, redactarlos y exponerlos de una manera amena y clara, y sobre todo, sin limitación de espacio. Un saludo.
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