sábado, 25 de septiembre de 2021

La Palma, lo mas grave no es el volcan

Debido a la cantidad de preguntas que he recibido sobre la entrada anterior, me he decidido a hacer esta entrada hablando de ciertos aspectos desconocidos por los ciudadanos ajenos a la Geología pero que sin embargo creo que es necesario mencionar.

Uno de ellos es la evolución del volcán, que ya ayer en un comentario mencionaba el terrible riesgo que supone que se cruce en el camino ascendente del magma, agua subterránea pues aumenta exponencialmente la explosividad y peligrosidad de la erupción, al asemejar a una botella de champán que agitemos con el corcho escasamente apretado dado que la lava, cada vez más densa, acumula la presión del agua en forma de vapor, hasta que finalmente la roca falla y el edificio volcánico vuela por los aires. Es lo que ocurrió en la erupción del Krakatoa de 1883, o incluso en la del volcán Santorini, en la isla de Tera, saliendo por los aires el edificio volcánico desmenuzado, de tal forma que lo que hoy pervive es la caldera (el interior del antiguo volcán) inundado por las aguas del mar Egeo.


El volcán de Santorini actualmente se encuentra inundado. El edificio que debía alzarse, voló por los aires con una violencia inusitada, equivalente a 3 mil bombas atómicas, convirtiéndolo en el más violento conocido. El edificio volcánico colapsó sobre sí mismo, encontrándose su núcleo a 389 metros bajo el agua.


La población que se asoma bellamente a los acantilados del Mediterráneo, en realidad se encuentra instalada en las paredes del interior del ingente cráter volcánico cuya explosión produjo un tren de tsunamis que asoló la isla de Creta arrasando las ciudades del entonces floreciente imperio cretense, que no volvería a levantar cabeza. Las cenizas llegaron hasta el delta del Nilo y Mar Negro.

Así que cuando los medios dicen que lo peor que puede pasar es que la lava llegue al mar (¿en serio?) es que sencillamente no saben de lo que hablan. Que la lava descargue en el mar es lo menos peligroso que puede suceder y como dije en la anterior entrada, en Hawaii hay incluso cruceros que acercan a los turistas a presenciar esa belleza, especialmente al atardecer o de noche.

Como señalo en el título, lo más grave no es el volcán en sí sino que cuánto más explosivo es (y aquí el agua con la que se tope el magma en su ascenso es fundamental) más alto lanzará la columna de gases, vapores y cenizas. Si éstas alcanzan la estratosfera pueden extenderse por muchos kilómetros formando una especie de filtro que impida que los rayos solares penetren en la atmósfera y lleguen a la superficie terrestre, lo que causará el descenso térmico en la superficie. A este fenómeno se le conoce como "invierno volcánico" y suele provocar anomalías climáticas (fuertes lluvias, o sequías en otras zonas, incluso nieve en meses de verano) según sea de alta y "opaca" la columna de cenizas volcánicas. Habrá que estar muy pendiente.

Lo más grave que se ha dicho, sin embargo, nadie lo ha mencionado hasta ahora en España y es que hace unos años científicos ingleses pusieron el grito en el cielo cuando, según ellos, detectaron en 2017 evidencias de una enorme falla (como se denomina en geología a las fracturas) profunda y de gran longitud, que recorre gran parte de la isla y que, de activarse, provocaría que una cantidad considerable de terreno emergido deslizara a favor de ese plano de fractura, como si de un tobogán se tratara, cayendo al mar. Semejante cantidad de peso, de acuerdo con las leyes más elementales de la dinámica de fluidos que ya el sabio Arkímedes de Siracusa enunció con aquel famoso “Eureka”, provocará un tren de ondas conocido como olas gigantes o tsunamies que asolaría buena parte de la costa andaluza, africana e incluso norteamericana.


Página web del autor de la hipótesis del megatsunami que provocaría la reactivación de la falla de La Palma e imagen de ésta, en la caldera de Taburiente ( si se desea visitar dicha web, pinchar aquí y aquí).

                

               A través de simulaciones por ordenador, determinaron que en cuestión de 9 horas, el megatsunami alcanzaría la costa norteamericana.


El lado bueno de toda esta idea tan catastrofista es que la Mancha (en España) o el estado de Kentucky (USA) tendrían playa.


Ahora bien, ¿qué hay de cierto en esta idea? Personalmente no puedo opinar puesto que para dar una respuesta coherente habría de ir al lugar e in situ tomar mediciones, efectuar determinadas observaciones, etc. No obstante, varios científicos españoles que sí decidieron considerar la idea (como digo, se armó gran revuelo con el asunto dando pie a publicaciones más o menos científicas, libros e incluso vistosos documentales), tras sopesar los datos decidieron que era una hipótesis absurda y que la isla nunca se fragmentaría, deslizando una parte de ella al mar. Al menos en teoría, pues una erupción volcánica suele ir acompañada de numerosos terremotos que podrían reactivar la falla, si se encuentra en un peligroso equilibrio inestable. Con todo, insisto, estos científicos españoles aseguraron que esta idea jamás sucedería.

Dicho esto, sí me gustaría llamar al orden a todo ese ingente grupo de curiosos y reporteros de los medios deseosos de ir hasta la Palma para tomarse un selfie o hacer cualquier otra tontería sin ser conscientes de que estamos ante una de las manifestaciones más poderosas de la naturaleza. Particularmente le daría su espacio y, de ser posible, evacuaría totalmente a todo el personal de la isla, para que el volcán pueda vomitar toda la cantidad de lava que desee, de la manera más o menos explosiva que quiera, ocupe el terreno que se le antoje y ya pasado mínimo tres meses, volvería a permitir pisar la isla. Toda precaución es poca, con un volcán.



Periódicos de todo el mundo se apresuraron a rescatar “the canary landslide tsunami theory” cuando el volcán de la Palma entró en erupción hace unos días.

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