Así es, cuando
llevábamos décadas pensando que prácticamente estaban ya todos los minerales
conocidos, nos encontramos con la sorpresa de que de pronto aparecen tres
nuevos que desconocíamos (la Changesita, la Ermeloíta y la Lonsdaleíta). Lo inusual, es que
mientras que uno de ellos es terrestre, los otros dos no lo son y eso sí es
sorprendente dado que se venía considerando que al menos el Sistema Solar
estaba compuesto por los mismos elementos y por tanto, se dispondrían en los
mismos minerales puesto que responderían a las mismas leyes físicoquímicas.
El penúltimo de los nuevos minerales en darse a conocer es la Changesita, un mineral
que los chinos encontraron al mandar sondas a la Luna para tomar muestras de
sus rocas de la superficie lunar. Su nombre lo ha tomado de una deidad lunar
china, Chang’e. Precisamente esta misma diosa “cedió” su nombre a los cohetes
espaciales que los chinos crearon para la misión lunar. Así, este mineral fue
encontrado entre los 1.731 gramos que la Chang’e 5 tomó de la corteza lunar a
finales del año 2020 (5-17 diciembre de 2020).
Se
espera que ocurra como ya sucedió con las muestras lunares recogidas por los dos
astronautas que pisaron la Luna por primera vez, en 1969, en la misión del
Apolo 11; ya en la Tierra, entre las rocas lunares encontraron minerales tales
como la armalcolita (que tomó su
nombre de parte de los tres astronautas del Apollo 11: Neil ARMstrong, Buzz
ALdrin y Michael COLlins), la tranquillityita
(la sonda aterrizó en el “Mar de la Tranquilidad”; en la Luna se denominan “mares”
a coladas de lava y corresponden a las manchas oscuras que divisamos de nuestro
satélite) y la piroxferroita [inosilicato
de fórmula (Fe 2+ , Ca) SiO3]. Posteriormente,
estos minerales se encontraron igualmente en rocas terrestres.
En cierta forma “se hizo algo de trampa” con la definición
de Armalcolita [(Mg,Fe2+,Al)(Ti4+,Fe3+)2O5],
puesto que es una variedad composicional de la Pseudobrookita [((Fe3+)2Ti)O5],
mineral de la familia de los óxidos, descubierto por primera vez en una mina
siberiana en 1878. ¿Fue una ingeniosa manera de dar en las narices a los
soviéticos rememorando la llegada a la Luna de los estadounidenses antes que
los rusos, inmortalizando el nombre de estos tres “moonwalkers” (aunque solo
dos pisaron realmente la Luna) con una variedad composicional de un mineral
descubierto por los rusos un siglo antes?.
Conforme se fueron estudiando los materiales traídos a la Tierra desde nuestro satélite (ver aquí), se fue viendo la similitud de la corteza lunar con la corteza terrestre, a la vez que nos fuimos sorprendiendo por una serie de peculiaridades que presentaba (ver aquí); no entraremos en la surrealista cuestión del propietario de la Luna, que ya abordé hace unos años (les remito aquí a aquel asunto ).
A la derecha, los distintos mares de la Luna, señalado mediante un asterisco el Mar de la Tranquilidad (para información curiosa relacionada, ver aquí).
Por
su parte, también la tranquillityita
y la piroxferroita (nombre derivado
de “piroxeno” –un grupo de silicatos- y “hierro”) se encontraría posteriormente
en rocas ígneas de la corteza terrestre, en distintos lugares de la Tierra.
En lo que respecta a la Changesita, como no podía ser de otra manera, dado a conocer cerca de la Festividad china de la Luna (también conocido como Festival del Medio Otoño), hace unos días. En un comunicado de la CNNC (Corporación Nuclear Nacional de China), se informaba de tres importantes aportaciones: “China determinó, por primera vez, la concentración de Helio-3, la futura fuente de la energía de fusión, a partir de muestras de suelo lunar y sus parámetros de extracción, proporcionando datos científicos fundamentales para la evaluación y exploración de los recursos lunares” (…) “El segundo es que las características morfológicas de las partículas del suelo lunar fueron identificadas a través de extensos y sistemáticos estudios, brindando una base científica para estudiar cómo se formó el suelo lunar”, y el tercero era el hallazgo de un nuevo mineral lunar, denominado Changesita-(Y).
Mineralógicamente hablando, está emparentado con la merrilita (Ca9 NaMg (PO4)7), fostatos de calcio que se han encontrado también en meteoritos.
Poco antes de darse a conocer este mineral lunar, la Universidad de Santiago de Compostela, en Galicia, España, daba a conocer la primera semana de septiembre el hallazgo de un nuevo material terrestre al que han denominado Ermeloíta, tomando su nombre del lugar de su procedencia, el pontevedrés Monte Ermelo. Mineralógicamente es un fosfato de aluminio monohidrato perteneciente al grupo de la Kieserita (MgSO4·H2O, del grupo VI, según la clasificación de Strunz). Se trata del cuarto mineral descubierto en Galicia, por primera vez (los tres anteriores se dieron a conocer hace un par de siglos y se llamaron la Cervantita, la Morenosita y la Bolivarita).
Otro de los minerales descubiertos, el CHNOPS, no es un mineral propiamente dicho sino que es un complejo con los elementos esenciales para que se desarrolle la vida tal como la conocemos en la Tierra y de ahí su nombre, por los elementos químicos que contiene: carbono (C), hidrógeno (H), nitrógeno (N), oxígeno (O), fósforo (P) y azufre (S). Lo relevante es que puede disolverse en agua, desprendiendo estos elementos vitales para constituir materia orgánica. Fue encontrado por científicos de la Universidad de Turku (Finlandia), en el cometa 67P y publicado científicamente a finales del 2020. Siguiendo la estela de este descubrimiento, casi un año después, en noviembre de 2021 se daba a conocer un nuevo mineral encontrado dentro de un mineral de diamante de un cometa, la davemaoita.
Pues bien, el último mineral nuevo en darse
a conocer ha sido la Lonsdaleíta, aunque pudiéramos decir que realmente nuevo no es
puesto que ya en 1967 se mencionó, en muestras de cráter Barringer (el tal vez
más famoso cráter terrestre producido por un meteorito, hace unos 50.000 años,
en el estado norteamericano de Arizona). El problema es que este tipo de
impactos, como las erupciones volcánicas, generan tal cantidad de energía que
modifica las rocas de la corteza terrestre sobre las que actúa y dado que este
mineral era una estructura de muy alta presión y dureza similar o superior al
de los diamantes (hasta ahora, el mineral más duro del planeta Tierra), se
creyó que tal vez estas muestras eran una anomalía de muy elevada presión de
otro mineral previo (el propio diamante, que a su vez puede considerarse una
variedad de alta presión del grafito, de carbono). Sin embargo, ahora que se ha
encontrado en meteoritos, se han decidido a considerarlo un mineral distinto de
los conocidos hasta el momento, tomando su nombre de la cristalógrafa Kathleen Lonsdale, la primera
mujer socia de la Royal Society of London (de esta manera se reconocía la labor
de las mujeres en el mundo de la Geología, concretamente en el de la
cristalografía).
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