Que el renacentista Michelangelo Buonarroti fue un
artista polémico y controvertido para la Iglesia católica, no es nada nuevo, ya
que fueron muy comentados los continuos enfrentamientos entre el artista y los
distintos pontífices con los que trató, pero especialmente con el papa Julio
II.
Gran parte de las discusiones se debían a licencias que se tomaba Miguel Ángel durante la
realización de su obra más conocida, los frescos de la Capilla Sixtina. Y es que, en una época
de gran censura, el artista se atrevió a representar a todos sus personajes
desnudos, por ejemplo. Eso sin mencionar la representación de personajes poco
aceptados por la curia pero admirados por otras corrientes de pensamiento y
culto. Entre otros, está representada la famosa pitonisa del oráculo de
Delfos, cuando en la iglesia no se toleraban las artes adivinatorias. También
está el hecho de poner el pintor sus propios rasgos, en la piel arrancada de san
Bartolomé (para ver más "caprichos" del artista, picar aquí).
Pero, dejando a
un lado esos atrevimientos de Miguel Ángel en los frescos que decoran la
Capilla Sixtina, me gustaría centrarme en otra obra destacada del artista. Es
la estatua que realizó del profeta Moisés, de la que destacaría como principal
característica la gran fuerza que emana.
La intención del escultor era
representar al profeta cuando la ira se apodera de él, en el momento mismo en
el que desciende del Monte Sinaí. Porta las recién creadas Tablas de los Diez Mandamientos en la
mano. Acaba de descubrir que el pueblo al que lidera, por el que ha pasado tantas penurias, ha fundido todo el oro y ha fabricado
una estatuilla pagana a la que está adorando. La estatua de Miguel Ángel congela el momento,
instantes antes de que el profeta arroje las tablas al suelo, rompiéndolas. Tal
es la fuerza de la escultura que se comentó que al finalizar la estatua y
contemplarla, Miguel Ángel le gritó fuera de sí, golpeándolo con el
martillo: ¡habla!.
Esta
imagen se diseñó originariamente para emplazarse en la parte superior del
mausoleo del papa Julio II, si bien posteriormente se decidió ubicarla a la
altura del visitante.
Irónicamente, el controvertido pontífice debió llevarse a la tumba
un último enfado por el nuevo agravio del artista ya que si nos fijamos en la
cabeza del profeta observaremos ¡¡un par de cuernos!!. ¿Por qué representó
Miguel Ángel a Moisés cornudo?.
Los entendidos
recurren a un error de traducción para justificar tamaña osadía porque en el idioma hebreo, en el que están
escritos los textos que componen la Biblia, las palabras carecen de vocales.
Así, la palabra “krn” hebrea es idéntica para “keren” (luminosidad) que para
“karan” (cuerno). De manera que cuando en el Éxodo (34:29-35) se dice que del
rostro de Moisés emanaba “krn”, San Jerónimo en su Vulgata tradujo como
que portaba un par de cuernos, en lugar de decir (como se tradujo subsanando el
error) que del rostro del profeta emanaban rayos de luz.
Ahora bien,
¿puede este error explicar la estatua de Miguel Ángel? Puede...pero no lo hace.
¿Por qué? Pues porque sabemos que el artista fue advertido de su error por
numerosos religiosos y clérigos, que se le informó de la correcta traducción y del error cometido por San
Jerónimo, y aún así dejó con apéndices a su estatua.
Supongo que, para un escultor, retirar un par de cuernos de la cabeza de una
figura debe ser lo más fácil del mundo así que, ¿por qué Miguel Ángel se
mantuvo en sus trece?. Algunos autores consideran que tal agravio fue
motivo suficiente para decidir la ubicación de la tumba del papa Julio II en San Pietro
in Vincoli, en lugar de en su destino originario dentro de la Basílica de San
Pedro. Tal vez fuese esa la última pretensión del artista, continuamente enfrentado al pontífice, también de fuerte carácter, en palabras y hechos.
Posiblemente
existe otra razón, muy similar a la que explica la presencia de la Sibila
délfica (la pitonisa del oráculo de Delfos) en la Capilla Sixtina. Es la coherencia con las
convicciones matriarcales y paganas del artista renacentista.
La Sibila era
famosa por sus dotes de adivinación, e igual ocurría con otro dios antiguo: el
dios Pan, identificado por los romanos con Fauno y en ocasiones, con Dionisos.
Representaba a la naturaleza, habitaba en una cueva en los bosques, y en la
condición humana regía los instintos desenfrenados masculinos, siendo
característica su representación con un gran órgano sexual erecto, acosando a todo
tipo de criaturas. Este dios era mitad carnero, mitad humano y presentaba, por tanto, pobladas cabellera y barba...y un par de cuernos (así como las
patas posteriores y rabo de cabra). Así que si observamos nuevamente el rostro
de Moisés y lo comparamos con representaciones de Pan realizadas en la
antigüedad, el parecido es más que considerable.
Claro, que ambas interpretaciones bien pudieran ser complementarias, no incompatibles..
Claro, que ambas interpretaciones bien pudieran ser complementarias, no incompatibles..
no hay que olvidar la interpretación que hace Giovani Panini que lo une al texto en que se menciona la pelea del diablo y el arcangel Miguel por el cuerpo de Moises, esto por las habilidades del profeta.
ResponderEliminarCierto, de hecho siempre me sorprendió cómo el Dios del Antiguo Testamento llega a mi parecer a sobrepasar el sadismo con Moisés, pues lo hace llevar todas las plagas posibles a las tierras de la familia que le cuidó y adoptó, hace morir al primogénito y heredero de su hermano adoptivo, se le lleva la supuesta mano de obra que permitía que Egipto siguiera floreciendo (digo supuesta porque en ningún escrito egipcio ni en documento histórico alguno existe nada que respalde la salida de tantísimos esclavos que dicen las Escrituras y a día de hoy los historiadores y académicos consideran que los templos y pirámides no se hicieron por esclavos sino por hombres libres que en penitencia o como respeto decidieron contribuir a alzar esos monumentos a sus dioses), separa a Moisés de su familia (esposa y grupo tribal de pastores),...para finalmente impedirle a él ingresar en la Tierra Prometida. Por eso han sido varios los autores que llegaron a considerar que Moisés pudo no ser del todo "puro" a los ojos de Dios y de ahí los cuernos que le encasquetó Miguel Ángel, pues recordemos su ataque de ira rompiendo las Tablas de la Ley divinas, anteponiendo su furia a los deseos divinos de otorgar "al pueblo elegido" unas leyes y normas de conducta sagradas. En fin, que creo que nunca llegaremos a saber qué pasó realmente por la cabeza del artista para añadir dos cuernos al profeta, pero todo comentario es grato para tratar de ver todas las posibilidades y que cada cual se decante por la que más le convenza. Gracias por su aportación en este asunto. Un saludo.
EliminarTambién hay otro cornudo que rompe algo bastante preciado, el dios carnero egipcio Jnum, el modelador o alfarero (claro que hay que escribir con mayúsculas estos últimos apelativos con que los egipcios nombraban al dios creador de las personas), hasta que un día, cansado y molesto, Jnum, rompe su gran torno de alfarero. Además de parecerse al mito de la creación del Génesis donde el hombre es hecho del barro...
ResponderEliminarCuriosamente Jnum era oriundo de Elefantina, donde hoy se sabe que habitaba una colonia de judíos en el siglo V a.C., que seguramente nada sabían del Moisés de nuestra Biblia; tenían un templo dedicado a Yahvé (nombrado Yahú), junto a la capilla erigida para el culto a Jnum,, representado por un hombre con cabeza de carnero; era conocido como el dios de las fuentes del Nilo (donde según el Éxodo, Moisés fue depositado en una cesta flotante para ser salvado), era el dios de las aguas que circulaban por el mundo inferior, donde el sol navegaba en la oscuridad de la noche, era cuando Jnum se unía al dios Amón (representado también por un hombre con cuernos https://www.google.com/url?sa=i&url=http%3A%2F%2Fxsierrav.blogspot.com%2F2021%2F03%2Fhipocampo-iii-el-cuerno-de-ammon.html&psig=AOvVaw1LbJHsHW1SKi1yZ2-jNy7c&ust=1671626087636000&source=images&cd=vfe&ved=0CBAQjRxqFwoTCPCfssuaiPwCFQAAAAAdAAAAABAT).
Cierto, pero como argumento en mi libro sobre la Biblia, muchos de estos relatos posiblemente fueron tomados del Egipto faraónico y de la bella Babilonia durante las etapas en que los judíos estuvieron en estos reinos como esclavos. Un saludo, gracias por comentar y feliz navidad.
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