En el Museo del Prado (Madrid)
existe un cuadro realizado por Lucas Cranach “el viejo” y que lleva por nombre
“Cacería en honor de Carlos V en el castillo de Torgau”. Como sin duda sabrá el
lector, Carlos V es el “rey emperador” en cuya vida se basa la
serie homónima de RTVE. Este monarca se conocía
como Carlos I de España y Carlos V de Alemania.
Pues
bien, regresando al cuadro, no es que sea uno de mis favoritos ya que está
abarrotado de figuras, en ocasiones la perspectiva no está bien considerada y
además aparecen numerosos animales agonizantes. Sin embargo, sí hay ciertos
aspectos que han llamado mi atención, así que paso a
analizar algunos detalles de esta obra realizada en 1544.
Lo
primero que me sorprende es la variedad de perros de raza española que aparecen
en el cuadro. Podemos identificar, por ejemplo, el bello y esbelto Galgo, el
sólido Mastín español o diversos Perdigueros (en la imagen) con su típica
posición señalando la presa (con el rabo tieso hacia arriba y una pata
delantera doblada). Además, junto a unos jinetes, hacia el centro de la imagen,
también puede reconocerse un peludo y nervioso perro de aguas, también
autóctono de España.
Otro
aspecto curioso es que, como se observa en el detalle del cuadro tomado
en la imagen anterior, también las mujeres cazaban.
Además,
estas cacerías presentaban numerosos riesgos tanto para los sirvientes como
para los perros y este aspecto aparece recogido en diversas partes de la obra
(en la imagen)
donde podemos apreciar, desde un
hombre que se ha subido a un árbol huyendo de un oso, a otro lacayo que ha
fallecido a consecuencia del ataque de un jabalí que también ha provocado la
muerte de varios perros. Para agrandar las imágenes, picar sobre ellas.
Este
cuadro también es una buena fuente para estudiar la indumentaria de la época
pues aparecen recogidos varios modelos
Pero
además hay un detalle muy curioso en este cuadro. Si lo observamos con detenimiento
no podremos encontrar firma alguna en toda la obra. Así pues, ¿cómo asegurar
que esta obra fue realizada por el artista al que se le atribuye?. Pues,
sencillamente, observando un curioso animalejo que empleaba el autor alemán a
modo de firma y que consiste en una serpiente alada llevando un anillo en su
boca, nada más y nada menos.
Cuesta
bastante verlo, así que permítame el lector que se la muestre con más detalle:
Lo
más extraño es que si se observa bien la figura de la serpiente, con su cuerpo el
ofidio rodea una I que no vuelve a aparecer en ninguna otra “firma” del autor y
que ha llevado a muchos especialistas en Arte plantearse qué significado pudo
tener esto y la razón por la cual no volviera a repetirla el artista en ningún
otro cuadro.
Otro
dato curioso, ¿sabía el lector que esta obra tiene varios gemelos y todos ellos
realizados por el mismo pintor alemán y su equipo?.
En
todos ellos se muestran diversas escenas de la cacería con el castillo-palacio
de Torgau al fondo y en primer plano al emperador Carlos I (Carlos V de
Alemania) junto a algún caballero y al dueño del castillo, el elector de
Sajonia Juan Federico. De acuerdo con diversos autores, parece ser que este
gran señor deseaba reafirmarse en diversas cortes europeas regalando a los
monarcas pinturas de estas cacerías donde figuraran ellos. Además, parece ser
que estas cacerías fueron ficticias, simplemente usadas como propaganda de la
época ya que los monarcas eran muy aficionados a este tipo de actividades, en las que conseguir prestigio y trofeos, sin mucho esfuerzo
por su parte.
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