sábado, 28 de noviembre de 2015

La curiosa cacería de Carlos I, rey emperador


          En el Museo del Prado (Madrid) existe un cuadro realizado por Lucas Cranach “el viejo” y que lleva por nombre “Cacería en honor de Carlos V en el castillo de Torgau”. Como sin duda sabrá el lector, Carlos V es el “rey emperador” en cuya vida se basa la serie homónima de RTVE. Este monarca se conocía como Carlos I de España y Carlos V de Alemania.

           Pues bien, regresando al cuadro, no es que sea uno de mis favoritos ya que está abarrotado de figuras, en ocasiones la perspectiva no está bien considerada y además aparecen numerosos animales agonizantes. Sin embargo, sí hay ciertos aspectos que han llamado mi atención, así que paso a analizar algunos detalles de esta obra realizada en 1544.
            Lo primero que me sorprende es la variedad de perros de raza española que aparecen en el cuadro. Podemos identificar, por ejemplo, el bello y esbelto Galgo, el sólido Mastín español o diversos Perdigueros (en la imagen) con su típica posición señalando la presa (con el rabo tieso hacia arriba y una pata delantera doblada). Además, junto a unos jinetes, hacia el centro de la imagen, también puede reconocerse un peludo y nervioso perro de aguas, también autóctono de España.


            Otro aspecto curioso es que, como se observa en el detalle del cuadro tomado en la imagen anterior, también las mujeres cazaban.
            Además, estas cacerías presentaban numerosos riesgos tanto para los sirvientes como para los perros y este aspecto aparece recogido en diversas partes de la obra (en la imagen)



donde podemos apreciar, desde un hombre que se ha subido a un árbol huyendo de un oso, a otro lacayo que ha fallecido a consecuencia del ataque de un jabalí que también ha provocado la muerte de varios perros. Para agrandar las imágenes, picar sobre ellas.
            Este cuadro también es una buena fuente para estudiar la indumentaria de la época pues aparecen recogidos varios modelos


             Pero además hay un detalle muy curioso en este cuadro. Si lo observamos con detenimiento no podremos encontrar firma alguna en toda la obra. Así pues, ¿cómo asegurar que esta obra fue realizada por el artista al que se le atribuye?. Pues, sencillamente, observando un curioso animalejo que empleaba el autor alemán a modo de firma y que consiste en una serpiente alada llevando un anillo en su boca, nada más y nada menos.
            Cuesta bastante verlo, así que permítame el lector que se la muestre con más detalle:


            Lo más extraño es que si se observa bien la figura de la serpiente, con su cuerpo el ofidio rodea una I que no vuelve a aparecer en ninguna otra “firma” del autor y que ha llevado a muchos especialistas en Arte plantearse qué significado pudo tener esto y la razón por la cual no volviera a repetirla el artista en ningún otro cuadro.
            Otro dato curioso, ¿sabía el lector que esta obra tiene varios gemelos y todos ellos realizados por el mismo pintor alemán y su equipo?.


             En todos ellos se muestran diversas escenas de la cacería con el castillo-palacio de Torgau al fondo y en primer plano al emperador Carlos I (Carlos V de Alemania) junto a algún caballero y al dueño del castillo, el elector de Sajonia Juan Federico. De acuerdo con diversos autores, parece ser que este gran señor deseaba reafirmarse en diversas cortes europeas regalando a los monarcas pinturas de estas cacerías donde figuraran ellos. Además, parece ser que estas cacerías fueron ficticias, simplemente usadas como propaganda de la época ya que los monarcas eran muy aficionados a este tipo de actividades, en las que conseguir prestigio y trofeos, sin mucho esfuerzo por su parte.


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